No está claro que haya una conspiración, pero es evidente que los inmigrantes en Occidente se están reproduciendo como conejos mientras que la población blanca tiende a disminuir. Esto se está haciendo evidente en el sur de Europa (con unas tasas de natalidad que han bajado muy rápido) y en algunos países nórdicos (sobre todo Suecia).
Alain De Benoist, un intelectual de prestigio, como sabréis, y teórico de la llamada Nueva Derecha, ha descrito en su obra estos procesos de disgregación y destrucción de vínculos sociales, familiares y nacionales que desembocan en el materialismo, el individualismo desarraigado y otra serie de procesos análogos en los que el llamado "multiculturalismo" o la "inmigración", por no decir invasión, impuesta a Europa, y esto lo digo yo, no son más que parte de ese proceso en la formación del homo economicus, cuyos lazos son exclusivamente entre productor y consumidor y su pertenencia radica en las marcas comerciales.
En otro orden de cosas, la sustitución étnica y racial del continente por una masa heterogénea de gentes de todas partes, es más que evidente. Las propias leyes de inmigración son incumplidas de forma reiterada por los propios países que las promulgan, siempre en virtud de los llamados "derechos-humanos". Al caso paradigmático de Francia, se le han unido otros muchos países del norte de Europa o el propio Reino Unido, donde encontramos barrios enteros copados por esa masa heterogénea de no-europeos fundamentalmente, que son una buena baza para el sistema, no solo bajo la idea del "multiculturalismo" para tratar de destruir el concepto de nación étnica homogénea, contra el que es evidente que están en contra, sino también para destruir cualquier forma de mejora social o laboral entre los sectores más desfavorecidos y castigados de la sociedad, de las llamadas "clases trabajadoras", que tienen que competir con esos foráneos en el mercado de trabajo, (recordemos el viejo y falso mantra progre-demoliberal de "vienen a hacer los trabajos que los nacionales no quieren" y demás mentiras vergonzosas) rebajando salarios y condiciones laborales, lo que básicamente interesa al capitalismo.
Esto no nos debería extrañar mucho desde el momento que el régimen partitocrático que tenemos que sufrir en todas las democracias liberales europeas gobiernan para los mercados, siempre en referencia a los valores macroeconómicos que reflejan las bolsas, las grandes instancias financieras internacionales y demás organismos al servicio de la usura y la plutocracia.