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		Hyuga
Guest
Al hilo del post de Selene en el que soñaba que se tiraba al tito Torbe en su piscina, me ha venido a la mente el tema de las poluciones nocturnas masculinas (no sé si las mujeres tienen), vamos, lo que nos pasa cuando sin comerlo ni beberlo eyaculamos en mitad de nuestros más dulces sueños.
Me gustaría saber qué recordáis de algunos de esos sueños vuestros que os hayan provocado una buena corrida.
Por mi parte, del último que recuerdo, y ha sido reciente, lo único que me viene a la mente es la imagen final, una chica asiática bellisima, de rodillas, esperando mi descarga...mmmmmmmmm ;)
	
		
			
		
		
	
				
			Me gustaría saber qué recordáis de algunos de esos sueños vuestros que os hayan provocado una buena corrida.
Por mi parte, del último que recuerdo, y ha sido reciente, lo único que me viene a la mente es la imagen final, una chica asiática bellisima, de rodillas, esperando mi descarga...mmmmmmmmm ;)
 
	 
  
 
		 Asiduo
Asiduo 
 
		 Clásico
Clásico Forero del todo a cien
Forero del todo a cien 
 
		 Leyenda
Leyenda Por eso las únicas descargas seminales de mi tierna juventud se quedaban en los calzoncillos, y vaya pringue que era. Recuerdo la primera vez, no sabía qué cuernos era aquello pero tenía su gracia. A partir de ahí esperaba con temor el engorroso momento de la escapada de espermatozoides traidores, digamos una vez cada semana o semana y pico. Cuando aprendí a autoordeñarme dejé atrás los sueñecitos guarros -como veo que le pasa a mucha gente-. Llegué a tener tantos que poco a poco se transformaban en una peli porno de las bien malas: ni había argumento ni nada, sólo una calle con tías buenorras en pelotas y yo allí en medio para elegir la que quisiera. También le pillé el truco a despertarme antes del final, pero tenía menos gracia aún.
 Por eso las únicas descargas seminales de mi tierna juventud se quedaban en los calzoncillos, y vaya pringue que era. Recuerdo la primera vez, no sabía qué cuernos era aquello pero tenía su gracia. A partir de ahí esperaba con temor el engorroso momento de la escapada de espermatozoides traidores, digamos una vez cada semana o semana y pico. Cuando aprendí a autoordeñarme dejé atrás los sueñecitos guarros -como veo que le pasa a mucha gente-. Llegué a tener tantos que poco a poco se transformaban en una peli porno de las bien malas: ni había argumento ni nada, sólo una calle con tías buenorras en pelotas y yo allí en medio para elegir la que quisiera. También le pillé el truco a despertarme antes del final, pero tenía menos gracia aún.
 Veterano
Veterano
 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		