En este país no hay filosofía de trabajo. Desde el más insignificante hasta el magnate aspiran a mangonear, a currar lo menos posible y a vivir de rentas. Se aplaude al sátrapa y se ridiculiza al que es un crack y saca el curro adelante. Aquí no se pide la cabeza del que ha hecho estraperlo, se le envidia por no haber podido hacer lo mismo. Unos se conforman con robar bolis mientras otros desvían dinero a cuentas externas (que le estarán esperando cuando salga de prisión, si es que le llegan a condenar alguna vez).
El I+D español da risa. Lo importante no es que el refocilador de trimburcitos sea eficiente para producir energía o calentar una vivienda con bajo consumo. No. Lo que realmente importa es la subvención que vas a trincar por dejar que te planten uno en el patio de tu casa.
En cuanto a empresarios e incentivos...
ilovegintonic rebuznó:
Sí, lo soy. A mi modo de ver yo tengo que tratar bien a mis empleados, con incentivos, con un buen sueldo, con unas buenas condiciones, y exigirles que me sean rentables, que produzcan y que me traigan dinero. Ni se me ocurre, ni entiendo cómo a nadie se le puede ocurrir, andar tocándole los cojones a un tío que es rentable. A un tío que me trae dinero lo único que se me ocurre darle es facilidades. A un tío que me cuesta dinero lo único que se me ocurre es decirle que cierre la puerta por fuera. Yo cada vez que tengo que contratar a un tío se lo digo bien clarito: el primer mes pierdo dinero, el segundo no me cuestas y el tercero me das dinero. Si me dan dinero desde el primer mes a ese tío le ato con billetes para que no se me vaya; si en el tercero me sigue costando, le pongo en la calle. Y no hay más. Y el tejido empresarial de España está formado en su grandísima mayoría por empresas que tienen esta filosofía. Aliertas hay uno. Amancios Ortegas hay uno. Como yo, o como tú, somos todos los demás. No sé a santo de qué esta imagen del empresario como un déspota pisacabezas aprovechado, cuando la mayor parte de nosotros somos como describo.
Pues por mi experiencia personal, puedo decirte que desgraciadamente, lo que marco en negrita, se ve demasiado. Yo me dedico al tema de las IT, supongo que conocerás un poco el gremio.
He visto a compañeros míos (muy válidos) ninguneados, en vez de ser escuchados cuando han propuesto buenas ideas. O incluso insultados. Al final se piran a otro sitio o fuerzan un despido improcedente. También me ha pasado a mi, que aunque no me considero un fuera de serie, doy el callo como el que más y resuelvo problemas.
Yo mismo estoy hasta los cojones de dejarme los cuernos en trabajos que exigen dedicación, esfuerzo (y sobre todo vocación), para que después la recompensa sea en forma de horas extras que no se pagan, días de vacaciones totalmente inflexibles, y encima aguantar malas caras a los compañeros que encima se creen que me dedico a lamerle el culo al jefe.
En mi último empleo me pagaron las subidas pactadas, saqué mucho más trabajo que cualquier otro que ocupó anteriormente mi puesto, cumplí más allá del deber y después de un año, mira donde estoy ahora. Al menos me queda el subsidio.
Por eso, uno de los grandes problemas empresariales de este país es el
sistema de castas cerril que han ido creando de forma artificial (porque lo natural sería que al inútil le dieran la patada). Dirás de los funcionarios, pero a mi me faltan dedos en manos y pies para contar a los gerentes, mandos intermedios y jefes de proyecto inútiles que conozco y deberían estar en la puta calle. Alguien les puso ahí (a cambio de un par de mamadas semanales, supongo) y alcanzan el grado de casi intocables. Ahí tienes a Zaplana calentando su sillón de lujo en Telefónica. No creo que sea por su titulación en Telecomunicaciones...
En el desarrollo y mantenimiento de sistemas informáticos, las castas no funcionan, se pongan como se pongan. De poco le sirve al jefe de proyectos diseñar castillos en el aire, cuando ignora a los obreros que le estan diciendo que construir sobre fango va a ser una cagada mayúscula.
Y es que esto también está relacionado con esos "iluminados" que en vez de comparar proyectos y tomar las mejores ideas de cada uno, no ven más allá de sus narices, se empecinan y finalmente fracasan. En realidad nunca ven su fracaso, que es lo más grave. Les ciega su soberbia.
Un buen ejemplo: la película
El puente sobre el río Kwai. Volved a verla y comparad las dos formas de trabajar, a ver cual es más eficiente.
Así que yo mismo barajo, entre varias opciones, de irme a trabajar al extranjero o sacarme unas oposiciones. Porque puestos a dar el callo, por lo menos que sirva para algo. Que esto de ir a salto de mata es un puto sinvivir y así no hay quien pague una jodida hipoteca.