Ahora es cuando vengo yo preguntando "¿qué tienen de raro los gallegos?" y nadie puede decir nada mejor que "a un amigo del primo del sobrino de mi novia un gallego le..."
En fin, volviendo al tema del nacionalismo, estoy de acuerdo en que los nacionalismos más estúpidos son los que se construyen por oposición. Triste es el caso de las zonas que pueden tener una identidad propia y aún así recurren a la oposición. Lo cual indica su grado de madurez social: no pretenden progresar sino exigir cuentas. Irrisorio es cuando, en lugar de decir "nosotros somos (por ejemplo) turolenses" se dice "nosotros no somos españoles". ¿Es que ese es el mejor argumento?
Lo cierto es que, quitando a los portugueses, el resto de la península es española. No porque, de facto, seamos un estado. No por dominación u ocupación. Somos todos españoles porque tenemos una historia común, tenemos una lengua, tenemos una cultura. Al margen de que en algunas zonas tengan cultura e identidad propia, el rango de español es para todos.
Ahí estabamos todos cuando nos invadió Napoleón, Cataluña y Madrid luchando juntas. Sangre vasca y aragonesa se derramó en el Rif. Gallegos y andaluces murieron en el 98 en Cuba.
Nadie puede negar esa historia común, ese hermanamiento. Llevamos quinientos años juntos.
Hay quien llama a esto nacionalismo español. Yo, sin embargo, no diría tanto porque afirmar lo anterior es compatible con reconocer y respetar el sentimiento de pertenencia a un lugar, la "patria chica", lo que llaman hoy "nacionalistas".
No acabo de entender porque han de ser forzosamente sentimientos excluyentes.
La variedad cultural es riqueza, no ruptura.
El problema es que no hablamos de respeto y cultura, sino de presupuestos y dinero.