El mañana no existe, es una interpretación de la sensación que tiene el hombre del tiempo. Que dicho sea de paso tampoco existe porque el tiempo no puede ser comprendido por el ser humano de tal manera que el agua de un océano no puede contenerse en un vaso. Yo esta mañana he sentido una paralización de eso que llamamos tiempo, no tenía nada que hacer, no tenía planes para esta tarde, ni para esta noche, ni para eso que se llama mañana. Y entonces he sentido como la vida transcurría, como me oxidaba a cada bocanada de aire puro que daba. Y todo esto mientras estaba echando de comer a las gallinas y recogiendo los huevos, al solecito, con el campo ya verde por las lluvias. Había tanta tranquilidad y serenidad en mi existencia que he tenido miedo, miedo a que esa etapa tan bonita de mi vida donde no tengo nada de qué preocuparme se me acabe. Solo se puede estar en armonía con uno mismo cuando se es consciente del momento. Dejaos de mañana ni ayer, la vida es un continuo fluir sin dimensiones conocidas.
Asiduo