El que trabaje de noche y diga que nunca se ha pajeado es un cochino mentiroso.
Y tanto, señor Mauricio. En mi caso, cosas alfas como las que están siendo relatadas en el hilo, que si un polvo en la oficina, que si un teatro , que si el Corte Inglé, que si me beso con una de la secta, que si probadores, en ese ámbito carezco de anecdotario que relatar. A no ser que sea una anécdota que vaya uno a comprarse calzoncillos y se eche unas risas un poco con una dependienta rompiendo el hielo preguntándole por tallas y modelos y ver miradas de soslayo de la otra mientras me colocaban los calzoncillos en la caja al quitarles en antirrobo, pero bueno poca cosa.
Centrándonos en el tema del hilo, en mi caso puedo hablar de la típica gayola de baño (poco mérito), gayola delante de un ordenador estando solo, con riesgo moderado de que llegase alguien, la típica paja con tangas y alguna braga de encaje, eyacular en la puerta del coche de una guarra dentro de un parking. Todo ello en horario laboral. Ya digo bastante tristec.
La anécdota tal vez más curiosa que puedo relatar no es menos tristec. Trabajo nocturno controlando un recinto, digámoslo así. Observo a dos gitanos toxicómanos, hombre y mujer, inyectándose heroína en una calle adyacente colindando con el recinto en el que trabajaba. No sabiendo muy bien qué hacer se me ocurrió hacer una llamada a los topboxes para ver si venían y lograban que se fueran. Total que les llamo y me dicen que se acercaba un coche para allá. Yo seguí a lo mío y ni los vi venir ni nada, pero al volver a pasar por el lugar de los hechos vi que el tío había desaparecido dejando a la chica sola. Supongo que algún coche se acercaría y lo escamparía de allí.
Era una gitana típica, muy morena, fea de cara y aunque yonki, no estaba aún demasiado demacrada, tenía sus buenos pechos y una constitución normal. Estaba sentada en unas escaleras durmiendo con el colocón de la droga, era de madrugada y no había nadie.
Me empecé el pajote pero no delante de ella sino en el baño para empezar la paja tranquilo yo solo y poder calentar motores y empalmar bien. Estuve un rato así y me dirigí al lugar donde estaba ella para tratar de acabar el pajote corriéndome ahí a su lado. Ya digo que estaba algo escondida pero en medio de la calle al fin y al cabo. Total con mil ojos mirando hacia todos los lados, el pene obviamente por la tensión y los nervios de estar pajeandome en la calle perdió fuerza pero aún así logré eyacular delante de ella cayendo el lefote en sus vaqueros. Muy triste todo señores.