Para mi era una sublimación del taja de pueblo, ese individuo que cuando sus coetaneos deciden tomar los caminos marcados de la vida (cerda, larva, trabajo) por unas circunstancias u otras decide que no. A veces es el entorno familiar, otras un desengaño amoroso o la naturaleza.
Generalmente tuvieron novia de su edad, incluso de buen ver, que en un momento dado se rinden a la evidencia de que no lo van a cambiar y decide que la carga genética del interfecto a fin de cuentas tampoco es lo mejor del mercado como para sufrirlos. Ahi cuando sus colegas generacionales van desapareciendo se va reenganchando con las generaciones posteriores, cuando hay un salto grande, 5 o 10 años, tiene su punto álgido de fama, es la leyenda, el rey de la noche, incluso algunos toman el desvio ahí, engañan a alguna yogurina que tragan con todo y vuelven a los cauces marcados por la sociedad.
Pero otros irredentos siguen a lo mismo, solo que ya pasas a ser el taja, el que puede ser el padre del resto del bar, y como a fin de cuentas en la mayor parte de las ocasiones ni tienen patrimonio ni a quien dejarselo, a las 60 ya el cuerpo dice basta y entregan la cuchara.