El problema de España está en la gente que piense que hay un problema sin haberlo: izquierdistas y nacionalistas periféricos.
Cuando esta gente rasca poder, España acaba sumida en el caos económico y las discusiones bizantinas de índole paletil.
Las dos repúblicas son inmejorable ejemplo de esto de lo que digo, la primera acabó en el caos surrealista de la cantonalización, y la segunda en un baño de sangre calculado por los socialistas, aunque el muerto lo hayan cargado a la cuenta de los a priori víctimas, que a la postre resultaron vencedores.
Mas modestamente tenemos el ejemplo vivo de como quedó el país tras las legislaturas de latrocinio felipista, y ahora estamos viendo como la prosperidad trabajosamente labrada por el PP que nos ha llevado a ser octava potencia económica mundial en ocho año partiendo de una situación de quiebra es dilapidada en concesiones a los fanáticos independentistas y subvenciones a fondo perdido para el populacho.
Aunque ahora que lo pienso, la España de orden también tiene gran parte de culpa por dejarse dominar por los complejos y no aplastar a los parásitos que comprometen el progreso de nuestro país.
En cualquier caso y como medida de urgencia para acabar con los imbéciles desocupados que gustan de promover estos estériles debates, cada vez que oigais a un catalán lastimero llorar sobre "el problema de España" invocando el penoso poema de Maragall avi ignoradlo.
Ya basta de tanta tontería, coñó!