Religare

Abres una puerta por la que se cuelan los perroflautas, los cuentistas, los vividores y los hijos de puta. Los que vienen rebotados de otras carreras, los de san canuto, los del teatro alternativo, los consumidores de drogas. Los que pertencen al movimiento estudiantil con 27 años. Los de asociaciones politicoculturales.

Yo le digo no a ese mundo, yo soy fáustico, busco la verdad y me gustaría ser una mujer superficial.

Jeje, los primeros años de la carrera de filosofía deben ser un coladero de fumetas y otras almas descarriadas que se tiene que hacer muy cargante, pero supongo que la mayoría lo van dejando en los primeros cursos. Una fracción de esto ya ocurre en BBAA y sé perfectamente lo que es. Pero la puerta ha de estar abierta, los que entran por razones indignas ya van cayendo ellos solos según pasa el tiempo.
 
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No entiendo una puta mierda, y no se si es por un problema cognitivo de retraso o por el empeño vuestro de adornar con prosa incomprensible lo que quereis decir.
Por favor, simplificar el mensaje que esto no es un puto concurso de saber y ganar.

No te preocupes, lo del lenguaje intrincado, insufrible y oscuro para evitar ataques externos es algo común en toda la filosofía de la modernidad. No te pierdes mucho.

De hecho, la filosofía ha perdido su contacto con la realidad y cualquiera cosa que escojas tiene más sentido, lógica y claridad expositiva que muchos autores consagrados.

Por ejemplo, en Descartes hay un cabroncete llamado genio maligno que nos induce constantemente en el error. Pero...

"Obsérvese como Descartes comienza su sistema usando el concepto “error”.

Los hombres han estado equivocados, y por lo tanto, alega, nunca pueden saber lo que es correcto. Pero si no pueden, ¿cómo consiguieron descubrir que estaban equivocados? ¿Cómo puede uno formar conceptos como “equivocación” o “error” mientras ignora completamente lo que es correcto? “Error” significa apartarse de la verdad; el concepto de “error” presupone lógicamente que uno ya ha captado alguna verdad. Si la verdad fuera incognoscible, como Descartes implica, la idea de apartarse de ella no tendría sentido.

Lo mismo se aplica a conceptos que denotan formas específicas de error. Si nunca podemos estar seguros de que un argumento es lógicamente válido – si la validez es incognoscible – entonces el concepto de un razonamiento “inválido” es imposible de alcanzar o de aplicar. Si nunca podemos saber si un hombre está cuerdo, entonces el concepto de “locura” es imposible de formar o de definir. Si no podemos reconocer el estado de estar despierto, entonces no podemos reconocer o conceptualizar un estado deno estar despierto (como soñar). Si el hombre no puede comprender X, entonces “no-X” no significa nada.

La falibilidad no hace que el conocimiento sea imposible. El conocimiento es lo que hace posible el descubrir la falibilidad."

Esto es de un autor brasileño no-travelo y de hace varios años. Yo lo leo en portugués aunque si lo pasas por el filtro traductor de Google más o menos se entiende bien.

Hace un tiempo, cuando leía Las puertas de la percepciónPor Aldous Huxley, estaba fresco en la memoria de la generación Woodstock y todavía estaba de moda elogiar las virtudes iluminadoras de la ingestión de drogas. Conocí a dos hermanos que hacían al menos viajes semanales en las alas del LSD. Con esto creyeron que estaban adquiriendo poderes extraordinarios, ascendiendo al pináculo del conocimiento espiritual. Aunque noté que, en cambio, se volvieron cada vez más idiotas, me abstuve de cualquier esfuerzo para sacarlos de la ilusión. Solo una vez presenté a uno de ellos con una modesta objeción a sus afirmaciones, y esto fue suficiente para dejarlo atónito hasta el punto de enfriar su devoción lisérgica por un tiempo. Fué así. Me estaba diciendo que la droga agudizó su percepción sensorial, la suya y la de su hermano, hasta el punto de que este último, a cincuenta metros de distancia, podía ser devuelto con un simple susurro.

"Pero si ambos estaban drogados", le pregunté, "¿cómo sabe que fue su hermano quien, a cincuenta metros de distancia, escuchó como si estuviera a cincuenta centímetros de distancia, y no usted mismo, a cincuenta centímetros de él, ¿Lo viste como si estuviera a cincuenta metros de distancia?

Abrió mucho los ojos, se rascó la cabeza y confesó:

- ¡Maldición! Nunca pensé en eso.

Tan pronto como él y su hermano abandonaron mi círculo de convivencia, no sé si mi observación llegó para ayudarlos o si, después del momento de perplejidad, volvieron a la rutina estupefacta.

Lo que sí sé es que, para mí, la conversación fue extraordinariamente útil, en un sentido que ninguno de ellos podría sospechar. A partir de ese día, adquirí el hábito de examinar el problema de la percepción siempre desde dos lados, emisor y receptor, en lugar de hacerlo solo desde el punto de vista del sujeto, como siempre había sido la norma en filosofía. tres siglos, desde Descartes hasta Husserl. Así es como me libré no solo de las inhibiciones escépticas contraídas por la lectura de David Hume, sino también de la medicina aún más profundamente inhibitoria constituida por las precauciones críticas de Immanuel Kant. Si la primera lección del entrenamiento filosófico es confrontar objeciones escépticas sobre la posibilidad del conocimiento, dejarse atrapar en la jaula kantiana y aprender a escapar de ella ya es una etapa superior de aprendizaje, en el que muchos filósofos profesionales permanecen atrapados hasta la muerte. El día que gané esta etapa pude mirarme al espejo por primera vez y proclamar con orgullo: "Hijo mío, ya eres un hombrecito". Cerca de eso, aquellos que, al no evadir el subjetivismo cartesiano, apelaron al subterfugio de negar la existencia del sujeto, como Foucault y Heidegger, comenzaron a parecerse a adolescentes que, impidieron llegar a la condición de pequeños hombres, y aún más. la de los hombres, forjaron un consuelo de consuelo al negar la posibilidad de madurar.

Sin embargo, la llave de la jaula kantiana, invisible para tantas generaciones, siempre estuvo a la vista. Para encontrarlo, fue suficiente recordar que ningún sujeto puede ser sujeto único y exclusivo, sin ser nunca un objeto. En la relación cognitiva, el sujeto es quien recibe la información, el objeto es quien la emite. En la relación activa, por el contrario, el sujeto es el que actúa, el objeto es el que recibe la acción; pero como cada acción es una transferencia de información, ninguna entidad puede ser el sujeto de la acción sin ser simultáneamente objeto desde el punto de vista cognitivo, ni el objeto de la acción sin ser cognitivamente sujeto. Para que un hombre en una relación cognitiva esté sujeto total y unilateralmente, sin ningún objeto, necesitaría estar totalmente desprovisto de la posibilidad de actuar sobre el objeto, es decir, de transferirle información y, por lo tanto, ser para él, objeto cognitivo Hablando lógicamente, es obvio decir que sujeto y objeto son términos relativos, que expresan posiciones y relaciones accidentales entre entidades, y no la naturaleza fija y definitiva de ninguno de ellos. Pero precisamente esta obviedad ha dejado de tenerse en cuenta en la práctica filosófica durante tres siglos, de ahí el subjetivismo que inevitablemente cayó en escepticismo y fenomenismo, es decir, en la reducción del mundo a un conjunto de apariencias sin esencia identificable. El error allí era, de hecho, primario: el sujeto siempre fue examinado como un sujeto, el objeto como un objeto, generando meras posiciones en relación con la condición de diferencias ontológicas irrevocables. Solo gracias a este cacoete fue posible argumentar, como Montaigne, que "cómo nuestro estado acomoda las cosas para sí mismo y las transforma de acuerdo a sí mismo, ya no sabemos qué son realmente las cosas; porque nada llega a nuestro conocimiento sino falsificado y alterado por nuestros sentidos "(Éssais , París, Garnier, 1962, I, p. 632). En ese párrafo, el príncipe de los escépticos modernos, que ya penetra el puro kantismo avant la lettre , supone que los sentidos humanos alteran la información recibida de las cosas por sí mismos, sin preguntar si las cosas, a su vez, tendrían el poder de enviar ellos diferentes de lo que los recibimos. Veo, por ejemplo, un elefante a cincuenta metros de distancia, y me mira del tamaño de un conejo. ¿Pero él, a su vez, tenía el poder de hacerse ver como si estuviera a cincuenta centímetros de distancia? En caso de duda, puedo probar esto mirándome en un espejo a varias distancias. Si mis ojos no pueden, a cincuenta metros, verme más de lo que admite la distancia, es porque mi cuerponi puede, a esa misma distancia, proyectar una imagen ampliada de sí mismo para que los ojos lo vean más grande. La limitación no está en los ojos, sino simultáneamente en ellos y en el cuerpo que ven. No está en el sujeto, sino simultáneamente en él y en el objeto. Y esta limitación recíproca, obviamente, no es una limitación: es la adecuación del mensaje enviado al mensaje leído, es la proporcionalidad de enviar y recibir, es, en resumen, la percepción de la realidad en su tejido vivo de interacciones y perspectivas. Descartes, Hume y Kant podrían haber hecho este experimento, pero nunca aceptaron descender de la dignidad de los sujetos a la humilde condición de los objetos. Se tomaron a sí mismos como ojos puros, desprovistos de cuerpos, transformando el mundo en un cuerpo sin ojo, que vieron pero no pudieron ver. Desprovisto de la condición de un objeto que es concomitante e inherente a su posibilidad de ser un sujeto, el sujeto humano se excluyó de la realidad al tratar de alcanzarlo, exactamente como si intentara saborear la comida sin llevársela a la boca. y, naturalmente, al no hacerlo, concluyó que había un abismo entre sujeto y objeto, entre conocimiento y realidad, sin darse cuenta de que el abismo solo existía porque él mismo lo había cavado. René Descartes se hundió tan profundamente en este estado de autohipnosis que, al ver a las personas caminando por la calle desde la ventana, le resultó difícil admitir que, como él, eran sujetos cognitivos y no simplemente movían cuerpos. El sujeto solo puede cerrarse a sí mismo cuando olvida su condición de objeto, degradando a otros sujetos a los objetos. Tornado permanente, este estado sería pura despersonalización esquizofrénica.


Fue a través de estas consideraciones que pude deshacerme del subjetivismo moderno, sin tener que recurrir al recurso "posmoderno", y aún más profundamente esquizofrénico, de negar, además del conocimiento, la existencia del propio conocedor.

No creo que la pareja drogadicta haya aprovechado tanto mis observaciones.

Esto también.

" La cama es un mueble metafísico ". (Nelson Rodrigues)

Mi primer experimento de investigación filosófica tuvo lugar en la cama, y no por las razones licenciosas que la palabra puede sugerir hoy. Era solo un niño y, estando enfermo durante varios años, inmovilizado por la fiebre, me acostumbré a una perspectiva vertical del mundo, que comenzó en el suelo (extendiéndose imaginariamente hasta el centro de la Tierra) y se elevó hasta el fondo ilimitado. desde el cielo, adivinado más allá del techo. De vez en cuando, la fiebre me dejó y descubrí, asombrado, que tenía que volver a aprender a caminar. Ya te dije esto. Pero el giro de mi persona de horizontal a vertical fue acompañado por un giro inverso concomitante de la imagen del mundo. Así, se formó naturalmente un esquema de proporciones, que estructuraba, de una vez por todas, la imagen relacional de las cosas: arriba-abajo, adelante-atrás, cerca lejos. Estas líneas, que se cruzaban con mi humilde personita en el centro, no designaban solo direcciones del espacio, sino diferentes significados de la experiencia de vivir. Lo horizontal era salud, vida, acción: jugar y correr, conocer a mis amigos, participar en los dramas y alegrías de la tribu. La vertical era la soledad, la presencia de la muerte, pero también la apertura al cielo infinito, en una paz sobrehumana.

Estas dos direcciones no solo se cruzan estáticamente: fueron movidas por la alternancia irregular de distancia y cerca. Horizontalmente, la distancia a veces significaba libertad, aventura, a veces era como estar perdido e indefenso, sin encontrar el camino a casa; el cierre ahora designaba la estrechez de la habitación que me encarcelaba periódicamente, la limitación y el aburrimiento de la vida doméstica, ahora el calor de los brazos de mi madre y la riqueza inagotable del pequeño mundo: tenía docenas de miniaturas: soldados, animales, automóviles ... y, arreglándolos en una caja con arena entre plantas y piedras, estaba componiendo un pequeño universo, casi tan complejo como el grande. En la vertical, el cierre ahora representaba el techo que colgaba sobre mí como la tapa de una tumba, ahora la variedad interna de sensaciones e imaginaciones que hicieron de mi cuerpo un ingenioso microcosmos, donde el paciente inmovilizado podía establecerse durante semanas sin molestias; la distancia, a veces, era la inmensidad serena del cielo silencioso, a veces el abismo del olvido, una oscuridad confusa y agitada, sin fondo ni fin.

Tal, en resumen, era el esquema del mundo. Debo su descubrimiento al peculiar ritmo de existencia que la enfermedad prolongada impone al cuerpo humano. Las personas sanas viven en el mundo horizontal: cuando se sumergen verticalmente, duermen y olvidan todo. No se dan cuenta de que hay otro espacio allí, tan real como el de la agitación cotidiana: el universo del silencio. El paciente percibe claramente el pasaje, el pulso entre lo oculto y lo manifiesto, lo latente y lo patente, el misterio y la claridad, así como las incesantes rotaciones de significado entre los seis polos de una cruz tridimensional donde el hombre está incrustado. en el centro de la esfera armilar del mundo.

El signo de la esfera armilar estaba grabado en mí, sin nombre, sin palabras, finalmente sin imágenes, latencia interior pura, incluso antes de que fuera consciente de cualquier énfasis religioso asociado con ella. Lo encontré muchas veces más tarde, en los ritos de la Iglesia, en la arquitectura de los templos, en el orden interno de las obras de arte y en dos de los mejores libros escritos en este siglo: El simbolismo de la cruz , de René Guénon, y La estructura absoluta. , por Raymond Abellio, que, una vez leído, se incorporó definitivamente a mi concepción de las cosas, como traducciones verbales casi perfectas de una experiencia primordial y arquetípica.

Supongo que todos los hombres han tenido esta experiencia. Solo que, pasándolo demasiado rápido, no notaron ni su belleza ni su alcance metafísico. Tan distraído y fútil es el ser humano, que solo la enfermedad tiene el poder de obligarlo a contemplar. Pero no todas las enfermedades funcionarán: no puede ser breve e intenso como un desmayo, ni tan largo que conduzca a un adormecimiento de la conciencia. Solo la enfermedad de consumo, que cae sin quedarse dormido, que se debilita sin derrotar, produce esa inmovilidad paciente y serena en la que la profundidad de las cosas comienza a revelarse lentamente. Más tarde, la oración de Aristóteles: "La inmovilidad engendra sabiduría", sonó en mi alma como una verdad tan cierta y tan elevada que reconozco la marca de lo sagrado en ella.

II La realidad del mundo exterior.

Mi segunda experiencia filosófica fue, por el contrario, banal y baja: me llevó desde las alturas de la contemplación metafísica lanzarme a los juegos dialécticos ordinarios que muchos consideran como si fueran la filosofía misma, toda la filosofía. Esta es la pregunta sobre la existencia del mundo exterior. Surgió en mí tan pronto como me recuperé de la enfermedad a la edad de siete años, definitivamente entré en el mundo humano. Ahora debo moverme, orientarme activamente en el espacio horizontal. El esfuerzo físico no me sorprendió: fue solo una traducción activa del sufrimiento y el dolor habituales. Lo que me tomó por sorpresa fue la repentina necesidad de usar la visión, acostumbrada a las sombras y las largas ilusiones, para mapear el espacio físico a su alrededor. Fue entonces cuando me di cuenta de que mis ojos eran malos. Peor: no estaban de acuerdo entre ellos. La derecha mostraba una perspectiva jerárquica cónica, donde la nitidez disminuía con la distancia. El otro me mostró un mundo plano y bidimensional, donde todo, desde dos metros en adelante, tenía el mismo perfil difuso, pero lo suficientemente claro como para ser reconocido, y los objetos más cercanos desaparecieron como manchas en papel mojado. Más tarde, los médicos, sin corregir el defecto, me brindarían la notable comodidad de conocer su nombre técnico: tenía una ligera miopía en el ojo derecho, una hipermetropía intensa mezclada con astigmatismo en la izquierda. Buena droga! Pero, en ese momento, el fenómeno me planteó las preguntas más profundas y ociosas en las que el cerebro filosófico ya se ha embadurnado: entre las dos imágenes contradictorias, ¿cuál es la verdadera? ¿Deberían ser excluidos o sintetizados en un tercer marco? Y, Si la síntesis es imposible, la aporía tomó la forma clásica: ¿no estoy completamente equivocado en cuanto a lo que veo? ¿Puedo confiar en mis sentidos? ¿Existe, después de todo, un mundo sensible, o todo es ilusión y fantasmagoría?

Entonces, por experiencia, confirmé lo que dijo Fontenelle, que para ser filósofo se necesita un cerebro sano y ojos enfermos.

Lo curioso es que me hacía estas preguntas varias veces al día, pero al mismo tiempo tenía un sentimiento vívido de su hecho. Me envolví en ellos como un pez en una red, sintiendo que me permitía involucrarme en una forma singular y exquisita de perder el tiempo.

¿Cómo resolví la aporía? La solución ya ha sido expuesta en mis escritos y clases. Pero el punto de partida fue este.

Observé que la duplicidad de opiniones no era permanente; se desmoronó tan pronto como dejé de prestarle atención, volviendo a ocupaciones verdaderamente serias, como alinear soldados de plomo o llevar a mis tortugas mascotas (había siete) a nadar en el tanque. Ahora, incluso con la doble perspectiva, los soldados que utilicé a la izquierda estaban a la izquierda, los de la derecha a la derecha. De la misma manera, observadas alternativamente por ambos ojos, las tortugas, si parecían duplicarse en número, mantenían fielmente, las de la pantalla izquierda y las de la pantalla derecha, un comportamiento homogéneo: cuando la tortuga número 1 en la pantalla izquierda fue al fondo , o flotó, o siguió adelante, lo mismo hizo el equivalente de la pantalla derecha; y así los seis, o más bien los doce restantes. En un día en que estaba completamente absorto en ocupaciones anfibias, totalmente ajeno a las preguntas filosóficas, de repente me di cuenta de que la duplicidad de visiones se resumía en el trasfondo común del mismo sistema de direcciones en el espacio. Si no hubiera tenido claramente la noción intuitiva de derecha, izquierda, frente, abajo, cerca, lejos, arriba, abajo, nunca habría sido capaz de notar la diferencia entre las visiones que me mostraron un ojo y el otro, desde esa diferencia consistía precisamente en distancias medidas en estas direcciones. Por supuesto, no lo entendí con esas palabras, y de hecho ni siquiera con palabras, sino con una súbita superposición de esquemas geométricos en la pantalla de la conciencia. Me llevó décadas expresarlo en palabras, pero en ese momento, en lenguaje de imágenes,

El mundo real no era el de la izquierda ni el de la derecha. Ni siquiera era un lienzo, sino el espacio en el que me movía, que permanecía estrictamente organizado a mi alrededor, desarrollándose en innumerables perspectivas que se seguían mientras me movía y nunca se desconectaban el uno del otro. En resumen, el mundo era lo que más tarde llamé un " continuo espacio-tiempo", un tipo de cosa que tenía al menos dos propiedades: (1) la de estar compuesto por un número infinito de ángulos, que se fusionaron a medida que las personas se movían, siempre juntas sin saltar ni romperse, y (2) la de parecer diferente, sin dejar de ser la misma, según los ojos que lo vieron. Ahora, fue precisamente este continuoque rompí cada vez que comencé a examinar la duplicidad de puntos de vista y me expuse a la duda escéptica humillante, paralizando la sucesión viviente de perspectivas para detenerlas en dos de ellas, aislándolas de todas las demás y oponiéndose entre sí en sus respectivas afirmaciones de una realidad soberana. Esta ruptura no ocurrió sin quererla o, al menos, consentirla: fui yo quien la produjo, fue mi voluntad la que rompió el mundo en pedazos y luego se quejó de que no podía pegarlos; fue mi voluntad la que exigió injustamente, de dos partes del mundo, las propiedades de un mundo entero. La duda escéptica no fue impuesta por la realidad, sino que fue creada artificialmente por una conciencia que, impulsada por algún instinto maligno, le gustaba atraparse en el cuenco de una pregunta estúpida. Más tarde, La experiencia de la vida me confirmó que cualquier duda escéptica, cada desafío al poder de la inteligencia humana para conocer lo real siempre es parte de una decisión de la voluntad, o más bien, de una mala voluntad, que se niega a saber y luego se deleita en Demuestra la validez universal de tu impotencia. El escepticismo es siempre una abstracción pérfida, que se engaña por miedo a engañarse a sí mismo.

Tampoco necesité mucho esfuerzo para disipar más tarde la objeción de Kant de que las direcciones del espacio eran proyecciones de mi mente. Después de todo, ¿cómo iban a moverse las tortugas en una proyección de mi mente, en lugar de hacerlo en el agua del tanque? Mi mente no proyectaba una pantalla, sino dos: y quien las unificó no fui yo, pensando, sino las tortugas, nadando. Fue lo contrario de lo que dijo Kant: en lugar de que la mente diera unidad a los fragmentos sensibles cosechados del mundo exterior, fue la unidad del mundo exterior la que anuló, imperiosamente, la confusión de la mente fragmentada. Estar en el mundo no es coser un caos atomístico de sensaciones a priori , sino conquistar gradualmente la unidad de conciencia a través de la participación en la unidad de lo real.

Rosmini también tiene unas críticas a Kant muy interesantes. Y eso que lleva morido mucho tiempo, jejejeje
 
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No te preocupes, lo del lenguaje intrincado, insufrible y oscuro para evitar ataques externos es algo común en toda la filosofía de la modernidad. No te pierdes mucho.

De hecho, la filosofía ha perdido su contacto con la realidad y cualquiera cosa que escojas tiene más sentido, lógica y claridad expositiva que muchos autores consagrados
¿Y no puede ser que confundas, como muchos hacen, oscuridad con otras cosas? También se confunde comúnmente pedantería con un lenguaje preciso, y la actitud defensiva en este caso está en la ignorancia de quien se siente atacado por algo que no comprende.

Es importante ser precisos con el lenguaje en según qué enunciaciones, sobre todo las filosóficas.

Me sorprende la afirmación de que toda filosofía ¿moderna? es un timo. No sé qué entiendes con moderno, porque Kant es el máximo exponente de la modernidad.

Me gustaría leer por tu parte una crítica concreta hacia alguno de esos autores que han perdido la relación con la realidad. Que no digo que no los haya, pero tachar toda filosofía actual de eso me parece, como poco, bastante osado.

Sobre todo me gustaría leer cómo entiendes tú a esos autores del pasado que sí eran claros y elocuentes, no como los de ahora. ¿Kant? ¿Hegel? Ah, no, que estos eran modernos. ¿La escolástica quizá? ¿Los griegos?

A ver si va a ser que tú también expones lo que has aprendido a base de resúmenes o manuales y no a través de los textos mismos, asumiendo así una falsa sensación de control.
 
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Lo más gracioso es que sabéis de filosofía lo mismo que el que escribe los papelillos de las galletas de la suerte.

Todo el mundo tiene un "sistema" filosófico, por mediocre o poco sistemático que sea. Es inherente al ser humano.

Actividad muy sana y necesaria, por ingenua o torpe que te parezca a ti.

Al margen de que creo que Demian tiene parte de razón y que podría hacer aportes bastante valiosos, diré que esto se asemeja más a una reunión de místicos que otra cosa. Cuando entramos en materia de verdades autoreveladas e iluminaciones, el debate tiene poco de filosófico.
 
Todo el mundo tiene un "sistema" filosófico, por mediocre o poco sistemático que sea. Es inherente al ser humano.
Sabía desde tu post número uno que eras Esther :lol: Un placer reencontranos aquí otra vez.

Estoy de acuerdo con lo que dices ahí con Gustavo Bueno.



Al margen de que creo que Demian tiene parte de razón y que podría hacer aportes bastante valiosos, diré que esto se asemeja más a una reunión de místicos que otra cosa. Cuando entramos en materia de verdades autoreveladas e iluminaciones, el debate tiene poco de filosófico.

Yo no he tratado esto en ningún momento de debate filosófico. Ni siquiera sé lo que es, pero efectivamente, tiene más de reunión de místicos que de debate filosófico. Este último episodio no es más que una puesta a prueba.

A mi lo que me interesa es que la gente exprese lo que realmente piensa con sus propias palabras, aunque sea balbuceando. A veces el único punto posible más allá de lo ideológico y la vida cosificada es cuando se habla de estas cosas.
 
Sabía desde tu post número uno que eras Esther :lol: Un placer reencontranos aquí otra vez.

Estoy de acuerdo con lo que dices ahí con Gustavo Bueno.





Yo no he tratado esto en ningún momento de debate filosófico. Ni siquiera sé lo que es, pero efectivamente, tiene más de reunión de místicos que de debate filosófico. Este último episodio no es más que una puesta a prueba.

A mi lo que me interesa es que la gente exprese lo que realmente piensa con sus propias palabras, aunque sea balbuceando. A veces el único punto posible más allá de lo ideológico y la vida cosificada es cuando se habla de estas cosas.

Ya no sé quien soy, antes un Honda con muchos km, ahora una tal Esther...

Interesante hilo, sigan.
 
¿Y no puede ser que confundas, como muchos hacen, oscuridad con otras cosas? También se confunde comúnmente pedantería con un lenguaje preciso, y la actitud defensiva en este caso está en la ignorancia de quien se siente atacado por algo que no comprende.

Es importante ser precisos con el lenguaje en según qué enunciaciones, sobre todo las filosóficas.

Me sorprende la afirmación de que toda filosofía ¿moderna? es un timo. No sé qué entiendes con moderno, porque Kant es el máximo exponente de la modernidad.

Me gustaría leer por tu parte una crítica concreta hacia alguno de esos autores que han perdido la relación con la realidad. Que no digo que no los haya, pero tachar toda filosofía actual de eso me parece, como poco, bastante osado.

Sobre todo me gustaría leer cómo entiendes tú a esos autores del pasado que sí eran claros y elocuentes, no como los de ahora. ¿Kant? ¿Hegel? Ah, no, que estos eran modernos. ¿La escolástica quizá? ¿Los griegos?

A ver si va a ser que tú también expones lo que has aprendido a base de resúmenes o manuales y no a través de los textos mismos, asumiendo así una falsa sensación de control.

¿Por qué no se puede? ¿Por qué puedo decir que el cine moderno es un mierda, la música moderna es una mierda, y si lo digo de los filósofos es una osadía? "Bah, es que no lo entiendes, es eso". Tanto subjetivismo posmodernista (iniciado por Descartes y Kant) y tanto ego de ser innecesariamente oscuro ("Soy muy profundo porque no se me entiende") no puede ser bueno. Mi Organon en tu culo.


Por cierto. Cuando citaste a Heidegger recordé esta anécdota curiosa que me hizo gracia.

Hace un tiempo, en un congreso, me pusieron a coordinar un foro de filósofos (por ausencia del titular). Uno de ellos citó a Heidegger diciendo algo que recuerdo como: “No por estar más cerca es más corta la distancia”. Cuando se terminó el foro hice una pequeña encuesta privada con varios amigos asistentes, sobre el significado de la cita. No hubo dos interpretaciones iguales, pero todas eran muy ingeniosas. Mi conclusión fue que nadie explicaba lo que había dicho Heidegger, sino que cada uno inventaba lo que le parecía que debía haber dicho. El método perfecto para no equivocarse es ser tan oscuro que no se entiende sino que se interpreta.

Heidegger tiene la culpa
 
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¿Por qué no se puede? ¿Por qué puedo decir que el cine moderno es un mierda, la música moderna es una mierda, y si lo digo de los filósofos es una osadía? "Bah, es que no lo entiendes, es eso". Tanto subjetivismo posmodernista (iniciado por Descartes y Kant) y tanto ego de ser innecesariamente oscuro ("Soy muy profundo porque no se me entiende") no puede ser bueno. Mi Organon en tu culo.

Lo que ocurre es que tengo problemas con estos análisis de brocha gorda. Puedes decir que el cine moderno (¿Existe cine premoderno?) o la música moderna es una puta mierda, faltaría más, pero diciendo eso estás diciendo realmente muy poco. Además seguro que te podría pillar con afectos por infinidad de autores de esos que podríamos considerar modernos según tus parámetros.

Y no te equivoques, la filosofía, por definición, es algo muy jodido de pillar. Es difícil porque va contra nuestro discurrir de piloto automático con el que pasamos la mayoría de nuestras vidas. Cuando te enfrentes a un texto y no lo entiendas puedes tomar dos actitudes a) reconocer que aún no posees las herramientas para interpretarlo b) asumir que el autor está intentando vender humo a base de un lenguaje oscurecido pretendidamente para que no se le entienda o para parecer más complejo de lo que realmente es. El problema es que para dar b) por buena has de tener un dispositivo crítico bien afilado y eficaz que solamente vas a conseguir... leyendo filosofía. Yo desde luego reconozco mi ignorancia ante la gran mayoría de filosofías y si no las he estudiado es porque me provocan menos interés que otras, pero no me atrevo a decir de antemano y sin haberlas tocado que son una mierda.

Por eso estas opiniones tan desarticuladas que simplemente dicen que es una mierda sin soltar más prenda que eso realmente no aportan nada. Una manera de demostrarlo sería por ejemplo que expusieras aquí por qué la crítica de la razón pura es un tirabuzón innecesario, una ornamentación sobre una cuestión que es mucho más sencilla. O que es un error directamente.

Las críticas que vas haciendo son muy deslavazadas, no estás planteando nada serio. Son como un rechazo animal, como si tirásemos un libro a la jaula donde vive un mastín y cuando se pusiera a orinar sobre él dijéramos que le está haciendo una crítica.
 
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Que me pongas el artículo este no hace otra cosa que confirmar lo que digo. Un científico escribe un artículo periodístico que critica a Heidegger en base a una anécdota y tú lo lees reafirmando tus prejuicios sobre algo que no entiendes para, cuando ves que nombro a Heidegger y como un resorte, hacer relación de lo que digo con la idea general de timo que asociaste con Heidegger.

No es serio.

Se transluce lo suficiente de las palabras del artículo como para ver de qué pie cojea quien lo escribe, afirmando en el segundo párrafo que los filósofos más serios del siglo XX en su opinión (un bioquímico colombiano) son el grupo de los positivistas, una escuela enfrentada absolutamente con la de Heidegger. Pues sí señor, muy interesantes las opiniones de este bioquímico, plas plas, que pase el siguiente, por favor.
 
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Lo que ocurre es que tengo problemas con estos análisis de brocha gorda. Puedes decir que el cine moderno (¿Existe cine premoderno?) o la música moderna es una puta mierda, faltaría más, pero diciendo eso estás diciendo realmente muy poco. Además seguro que te podría pillar con afectos por infinidad de autores de esos que podríamos considerar modernos según tus parámetros.

Y no te equivoques, la filosofía, por definición, es algo muy jodido de pillar. Es difícil porque va contra nuestro discurrir de piloto automático con el que pasamos la mayoría de nuestras vidas. Cuando te enfrentes a un texto y no lo entiendas puedes tomar dos actitudes a) reconocer que aún no posees las herramientas para interpretarlo b) asumir que el autor está intentando vender humo a base de un lenguaje oscurecido pretendidamente para que no se le entienda o para parecer más complejo de lo que realmente es. El problema es que para dar b) por buena has de tener un dispositivo crítico bien afilado y eficaz que solamente vas a conseguir... leyendo filosofía. Yo desde luego reconozco mi ignorancia ante la gran mayoría de filosofías y si no las he estudiado es porque me provocan menos interés que otras, pero no me atrevo a decir de antemano y sin haberlas tocado que son una mierda.

Las críticas que vas haciendo son muy deslavazadas, no estás planteando nada serio. Son como un rechazo animal, como si tirásemos un libro a la jaula donde vive un mastín y cuando se pusiera a orinar sobre él dijéramos que le está haciendo una crítica.

Vaya, tienes problemas con esos análisis de brocha gorda pero para ti una persona que ose criticarlo es porque "no lo entiende". ¿No es eso también un prejuicio simplista?

Aunque no lo diga, Kant ataca abiertamente la objetividad del conocimiento (para él, la realidad noumenal que es donde está todo el meollo del asunto, se encuentra fuera del alcance humano). El amor por la sabiduría (que es lo que significa filosofía) debería conllevar también el amor por la verdad. Y la verdad tiene que revelar qué hay debajo de las faldas de la realidad, su andamiaje eterno; y no lo la mera convención arbitraria, social y circunstancial de los conceptos que pregona la intelectualidad moderna más rampante.

Que me pongas el artículo este no hace otra cosa que confirmar lo que digo. Un científico escribe un artículo periodístico que critica a Heidegger en base a una anécdota y tú lo lees reafirmando tus prejuicios sobre algo que no entiendes para, cuando ves que nombro a Heidegger y como un resorte, hacer relación de lo que digo con la idea general de timo que asociaste con Heidegger.

No es serio.

Se transluce lo suficiente de las palabras del artículo como para ver de qué pie cojea quien lo escribe, afirmando en el segundo párrafo que los filósofos más serios del siglo XX en su opinión (un bioquímico colombiano) son el grupo de los positivistas, una escuela enfrentada absolutamente con la de Heidegger. Pues sí señor, muy interesantes las opiniones de este bioquímico, plas plas, que pase el siguiente, por favor.

Nuevamente ¿qué te hace inferir que no lo entiendo? En dicho artículo también se nombra a dos de los filósofos más importantes del siglo XX y su escaso aprecio por Heidegger (uno llega incluso a tildarlo de timo). ¿También vas a decir que no lo entendieron o que son cortitos? Simplemente quería mostrar una anécdota. Nada más. El estado actual de la filosofía es lo que te acabo de decir y está a la vista de todos. No es ningún misterio. Que poco falta para que uno se tire por la ventana creyendo que la gravedad es una construcción social. Es todo de un subjetivismo sonrojante.


El mayor ataque contra la objetividad en la historia fue ejecutado por Kant. Fue un ataque tan exitoso entre otras razones porque no fue frontal, sino un flanqueo maestro. Es fácil entenderlo: si la verdad es relativa, acabará determinándola la pura fuerza bruta. Y ahí es cuando se llega al Auschwitz del que hablabas antes. Es su resultado lógico.
 
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Hegel, los hegelianos, que la mayoría no saben que lo son, ése fue el principio, y el establecimiento de las disciplinas, no el bueno de Kant, que se limitó a establecer, aunque de manera más oscura de lo que pudiera parecer unos límites al conocimiento. Auschwitz, es hasta el momento, la obra cumbre del estado moderno, que surge después de Kant. El estado disciplinario.
 
Vaya, tienes problemas con esos análisis de brocha gorda pero para ti una persona que ose criticarlo es porque "no lo entiende". ¿No es eso también un prejuicio simplista?


No hombre, no censuro el hecho de que lo critiques, señalo la manera en que lo haces. De hecho, como hacia cualquier otro filósofo, hay cientos de críticas a Heidegger muy pertinentes que yo puedo comprar. En filosofía -siento si no te gusta, pero es así- no existe autor que posea la verdad absoluta, así que en principio toda crítica es bienvenida y nutre el conocimiento si está bien formulada. Las criticas que he leído de los positivistas hacia Heidegger suelen ser muy flojas, solamente se basan en lo que tú repites, que es muy oscuro, que vende humo y tal, tienen mucha más enjundia las críticas que hacen los que sí le comprenden desde la fenomenología, existencialimo u otras corrientes afines.


Aunque no lo diga, Kant ataca abiertamente la objetividad del conocimiento (para él, la realidad noumenal que es donde está todo el meollo del asunto, se encuentra fuera del alcance humano). El amor por la sabiduría (que es lo que significa filosofía) debería conllevar también el amor por la verdad. Y la verdad tiene que revelar qué hay debajo de las faldas de la realidad, su andamiaje eterno; y no lo la mera convención arbitraria, social y circunstancial de los conceptos que pregona la intelectualidad moderna más rampante.


No sé qué te ha dado con Kant cuando he dicho unos cuantos posts atrás que el eje sujeto-objeto me parece un gran problema, pero bueno, ya que estás: ¿estás diciendo tú accedes al mundo en sí, es decir, a la vedad, a través de los sentidos? ¿Alguna filosofía accede a la Verdad con V mayúscula? dime cual, porfa. También, ya que estás, delimita y define un concepto de verdad, para ver si estamos hablando de la misma cosa, no vaya a ser que cada uno habla de una diferente.

Nuevamente ¿qué te hace inferir que no lo entiendo? En dicho artículo también se nombra a dos de los filósofos más importantes del siglo XX y su escaso aprecio por Heidegger (uno llega incluso a tildarlo de timo). ¿También vas a decir que no lo entendieron o que son cortitos? Simplemente quería mostrar una anécdota. Nada más. El estado actual de la filosofía es lo que te acabo de decir y está a la vista de todos. No es ningún misterio. Que poco falta para que uno se tire por la ventana creyendo que la gravedad es una construcción social. Es todo de un subjetivismo sonrojante.

Cuanto antes asumas que ese artículo es una brabuconada de un panchito jugando a ser europeo, mejor. Veamos lo que dice:

panchito que se vino arriba rebuznó:
Los filósofos más serios del siglo XX (en mi opinión) lo tenían en muy poca estima. Bertrand Russell ni siquiera lo menciona en su Historia de la filosofía occidental, y en alguna ocasión, cuando le preguntaron respondió que su terminología muy excéntrica era oscura “Uno no puede dejar de sospechar que se trata de un alboroto”. Karl Popper lo llama directamente estafador; afirma que “sus escritos son una verborrea vacía reunida en declaraciones que están absolutamente vacías”. Hace un llamado a los filósofos serios a abstenerse de citarlo. Hay muchísimos que lo citan y lo estudian. Yo, habiendo leído poco, quedo con la misma impresión del foro: la mayoría no lo explica, sino que lo inventa.

Lo que es sonrojante es que vengas aquí a criticar a Heidegger con esta putísima mierda, macho. La confusión viene por llamar filósofos a gente que más valdría considerar teóricos de la ciencia, porque cada vez que se salen del redil, patinan estrepitosamente. Bertrand Russell, de quien en otra época más perdido leí algún libro, puedo decir que es un tío limitadísimo, que sabrá algo de matemáticas pero no vale para pensar. A Bertrand Russell sí que nadie se toma en serio hoy día. Luego el autor ya ni siquiera dice que no tiene ni puta idea sobre Heidegger porque es algo evidente, es que termina el párrafo diciendo que no ha leído mucho, así en general; no hace falta que se humille diciéndolo, ya se nota por el nivel de redacción del artículo. Luego se pone a cuestionar la relación entre su filosofía y el nazismo cuando el tío ni siquiera ha leído un puto párrafo de Heidegger en base a unas especulaciones totalmente peregrinas. Y el tío hablando de los filósofos "serios"; Dios mío, menuda categoría de puto subnormal. En fin, es que no hay por dónde cogerlo, si quieres seguimos, pero es que es una cosa lamentable.
 
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Hegel, los hegelianos, que la mayoría no saben que lo son, ése fue el principio, y el establecimiento de las disciplinas, no el bueno de Kant, que se limitó a establecer, aunque de manera más oscura de lo que pudiera parecer unos límites al conocimiento. Auschwitz, es hasta el momento, la obra cumbre del estado moderno, que surge después de Kant. El estado disciplinario.

Por favor, si Kant es el príncipe del deber por autonomasia. Esto escribía en uno de sus libros:

"toda oposición al poder legislativo supremo, toda sublevación que permita traducir en actos el descontento de los súbditos, todo levantamiento que estalle en rebelión es, en una comunidad, el crimen más grave y condenable, pues arruina el fundamento mismo de la comunidad. Y esta prohibición es incondicionada, hasta tal punto que cuando incluso ese poder o su agente, el jefe de Estado, han violado hasta el contrato originario y de ese modo se han desposeído, a los ojos del súbdito, del derecho de ser legisladores, puesto que autorizan al gobierno a proceder de manera absolutamente violenta(tiránica), sin embargo al súbdito no le está permitida resistencia alguna en tanto contraviolencia".

https://josefranciscoescribanomaenza.files.wordpress.com/2015/12/aquc3ad36.pdf
 
Por favor, si Kant es el príncipe del deber por autonomasia. Esto escribía en uno de sus libros:



https://josefranciscoescribanomaenza.files.wordpress.com/2015/12/aquc3ad36.pdf
Sí. imperativo hipotético, muy influenciado por Rouseau, del que Kant era acérrimo seguidor. Pero te recuerdo que el estado disciplinario, se basa en el uso de la violencia que se legitima en sí, como implica el hecho de poseerla, y ahí Hegel emerge como el gran precursor que justifica tanto la violencia del estado, como la violencia contra el estado como afirmación del individuo de sí mismo, sólo basta esa justificación. Los nazis se rebelaron en 1923, y luego dieron un golpe desde el poder en 1933. Al menos Kant, que en ese párrafo, practicamente, como he dicho, parafrasea a Rouseau e impone un criterio moral basado en el contrato originario del que tanto se burlaba Voltaire.

Edito: Hitler rompe con los restos de legalidad en Alemania, en 1934, al morir Hinderburg, no en 1933. Y luego está el acto de obediencia absoluta del ejército alemán, pero no encuentro el video, cada vez hay más censura en google y en internet.
 
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Y por cierto, ruego y pregunto al hacedor del hilo, ¿qué tiene todo esto, ataque descarnado a la filosofía alemana, sin mucho conocimiento del asunto, incluido, que ver con el propósito inicial de la armonización del espíritu con la naturaleza llevado a sus últimos extremos si es posible, es decir, la vivencia o crítica de lo místico que cada uno pueda aportar?

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Y por cierto, ruego y pregunto al hacedor del hilo, ¿qué tiene todo esto, ataque descarnado a la filosofía alemana, sin mucho conocimiento del asunto, incluido, que ver con el propósito inicial de la armonización del espíritu con la naturaleza llevado a sus últimos extremos si es posible, es decir, la vivencia o crítica de lo místico que cada uno pueda aportar?

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Pues sería mejor preguntarle eso a los autores del ataque. Yo lo que dije fue que esta distinción sujeto-objeto tan radical característica de occidente supone una barrera para esa armonización del espíritu con la naturaleza por motivos evidentes. Si uno tiende a verse a sí mismo como un sujeto inmanente, estanco en sí mismo y a todo lo demás lo segrega bajo las categorías de diferentes objetos, pues tiene grandes problemas cognitivos para religar.
 
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Y por cierto, ruego y pregunto al hacedor del hilo, ¿qué tiene todo esto, ataque descarnado a la filosofía alemana, sin mucho conocimiento del asunto, incluido, que ver con el propósito inicial de la armonización del espíritu con la naturaleza llevado a sus últimos extremos si es posible, es decir, la vivencia o crítica de lo místico que cada uno pueda aportar?

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Pues sería mejor preguntarle eso a los autores del ataque. Yo lo que dije fue que esta distinción sujeto-objeto tan radical característica de occidente supone una barrera para esa armonización del espíritu con la naturaleza por motivos evidentes. Si uno tiende a verse a sí mismo como un sujeto inmanente, estanco en sí mismo y a todo lo demás lo segrega bajo las categorías de diferentes objetos, pues tiene grandes problemas cognitivos para religar.

Modo coñopowermorado on//

Lo que viene a ser que las monjas se metían el uso/dardo dorado por el coño mientras gemían de placer por el "extasis mistico" de una buena corrida, y oh wait, que es que me comunico con la Santísima Trinidad

Modo coñopowermorado off.//
 
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Lo que viene a ser que las monjas se metían el uso/dardo dorado por el coño mientras gemían de placer por el "extasis mistico" de una buena corrida, y oh wait, que es que me comunico con la Santísima Trinidad

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Pues no te digo que no.

Hoy día, al ser más marginal, la iglesia se presenta como una institución ordenada y con los límites claros, pero en épocas que era omnipresente las comunidades cerradas que se apartaban de la sociedad a ensayar nuevas formas de expresar la devoción serían el equivalente a lo que hoy consideramos una comuna de punkis. En esos lugares ha ocurrido de todo.
 
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Tremendo.

Grande, Talega, muy grande, y sobre todo lo demás decía Nietzsche y a propósito del racionalismo puesto que razones hay muchas, que el que algo sea convincente no significa que sea verdadero, sino que es más convincente que otra cosa que no lo es tanto, y luego ponía entre paréntesis al terminar esta idea, (nota para los asnos).
 
Pues no te digo que no.

Hoy día, al ser más marginal, la iglesia se presenta como una institución ordenada y con los límites claros, pero en épocas que era omnipresente las comunidades cerradas que se apartaban de la sociedad a ensayar nuevas formas de expresar la devoción serían el equivalente a lo que hoy consideramos una comuna de punkis. En esos lugares ha ocurrido de todo.

La historia de las fundaciones de ordenes religiosas dan para Lol, en efecto, muchas de ellas que ahora son rancias de cojones, en su momento estaban bajo el ojo de la Inquisición por ser "progres". Joder, que a Santa Teresa y a San Juan de la Cruz les metieron en el talego los joputas por "hippies". :face::lol: Santa Teresa dicen los medicos que a) tenía ataques de epilepsia y por eso veía hasta a la paloma de la Trinidad b) tenia unos ardores uterinos del copón bendito y sus climax sesuales los transmutaba en extasis de misticimo.

«El hombre sólo será libre cuando el útimo rey sea ahorcado con las tripas del último sacerdote sacerdote». Diderot
 
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