Anoche fui vencido en buena lid por mi oponente. En una magistral estrategia envolvente me atacó por la espalda y caí derrotado. Quizás me confié, aposté por la técnica del pavo real, ahuecar el plumaje para aparentar más de lo que soy, entré soberbio, agresivo, aparentando seguridad y fortaleza. En mi mente resonaba algo que oí alguna vez en las pelis americanas de los 80; quién pega primero, golpea dos veces. Y eso intenté hacer, pegar primero. Pero mi oponente no era un cualquiera y mientras yo intentado disimular mi miedo con arrogancia, él, fraguaba una maniobra militar brillante. Primero se quitó el modo presencial, con esto me hizo pensar que se había ido a la cama, qué cabrón. Pero en realidad acechaba como un fantasma tras la pantalla, agazapado, esperando el momento oportuno, observando, estudiando al enemigo, anotando todos mis pasos. He visto a tíos astutos, pero anoche fue el mismísimo diablo el que guió los acontecimientos, un mariscal con grado, curtido en cúpulas de las de antes, conocedor de las tácticas guerrilleras. Un sabio, un señor, un estratega.
Me derrotó, caí rendido de sueño, confiado, me acosté victorioso y me he levantado vencido. Sencillamente magistral, una emboscada al más puro estilo Caballo Loco, un ataque sorpresa cuando el enemigo duerme. Sin bajas, la victoria más victoriosa, ganar con la inteligencia sin necesidad de usar la fuerza.
Me quito el sombrero. Pongo a disposición del ganador mi user. No sé cuando será la capitulación, pero me despido de todos vosotros, he de rendirle cuentas al destino.