Triple sueño, que nadie nos despierte:
Imperial, grandioso, único, de ensueño, owneador. Todos los adjetivos atribuibles a este equipo pueden sonar a poco en el día de hoy. Culés en todas partes del mundo han tenido el placer de deleitarse con algo que el mejor equipo de la historia en blanco y negro jamás ha sido capaz de hacer: triplete. Tres trofeos que lucen desde hoy en las vitrinas del Camp Nou y que serán atribuidos para siempre al mejor Barça de la historia, el más competitivo, el de los Iniestazos, Yayardos y Pintopenalties.
Messi, ¡qué bueno que te hormonamos!:
Si alguien necesitaba una final como esta para poder besar el cielo, ese era Leo Messi. Recuerdo hace unos años cuando jugó contra el Chakras-donecs la mala imagen que me llevé de este argentino. Era un chuponcillo más en un equipo al que Rijkaard había plagado de chavales del filial, aceptando que la primera plaza de grupo iba a ser para el Milán de Shevchenko. Tanto así que se me ocurrió ponerle el mote de "Peo-Messi". Con mucho gusto me he tenido que tragar esas palabras sólo cuatro años después, gracias a la genial progresión que ha tenido este pequeño lucifer que enloqueció a los diablos rojos.
Cristiano, vete para el Madrid:
Muy chulo se había levantado C.Ronaldo el día antes de la final. Anunció a bombo y platillo que el Manchester era mejor y que lo iban a demostrar. Owned de proporciones nelsónicas para tí, me querido amigo. Puyol y Piqué se encargaron de desactivar al mejor jugador del mundo...hasta ayer a las 20.45. Si ese mimado prepotente ha de ser el pilar del nuevo proyecto del Madrid, que lo fichen ya mismo. El Barça estará en deuda eterna con Florentino.
También quisiera aprovechar para saludar a mi querido amigo Tomás Roncero, al que ayer le leí una bonita frase en la que explicaba que se decantaba por la victora del Manchester United porque no pretendía ser hipócrita. Nosotros tampoco pretendemos serlo: Cómenos la polla.