Álava: Mitad etarras, mitad etarras arrepentidos.
Albacete: Tristes. Su ciudad es una mierda y lo saben.
Alicante: Deficientes a los que les encanta explotarse en la cara petardos. Divertidísimo.
Almería: El aire les ha hecho tanto mal que se dice que dentro de dos generaciones no podrán tenerse en pie de pura idiotez.
Asturias: Los más tontos de España, sin ninguna duda. Aman su mierda de tierra compuesta por praderas (gran aporte al PIB) y una potentísima industria basada en sacar carbón de una mina donde ya no hay. Sus gentes son tercas, engreídas y pesadas hasta la saciedad. Bomba atómica ya.
Ávila: Cuatro gatos cuyo rasgo más característico es que odian a los madrileños.
Badajoz: Estudiosos de prestigiosas universidades tratan de averiguar si guardan algún ancestro con el eslabón perdido o una tribu africana ultrasubdesarrollada.
Barcelona: Hablan como si les hubieran sustituido los dientes por grajeas de Orbit. Dejan a los maricas vestidos de cuero andar por la calle sin masacrarlos. Siempre serán el hermano mediano, el segundón, el que nunca optará a los privilegios del primero, ni a los beneficios del pequeño.
Burgos: Relamidos, nacionalsocialistas, desconfiados y retrógrados.
Cáceres: Su motor es un parque natural caracterizado por sus buitres. Mierda seca con acento sureño. Lo más parecido a Nuevo México que hay en España.
Cádiz: jejejjeje
Cantabria: Acaban sus palabras en -uco, viven en las praderas, tienen demasiado pelo entre las cejas y desconfían hasta de su sombra.
Castellón: Tienen ese acento de la Comunidad Valenciana que parece que se les ha quedado un profiterol engarzado en las glándulas salivares y tienen dificultad para hablar.
Ciudad Real: Lástima que nadie la haya visto ni a nadie le importe que lancen doce toneladas de bombas de racimo sobre ella.
Córdoba: El primer cordobés decidió procrear con un pañuelo metido en la boca. Por un milagro genético que nadie logra adivinar, se traspasó a su descendiente y es incapaz de articular una palabra que se entienda. Famosos por su sombrero, por lo que dejaron unos moros y por un retrasado que toreaba y hacía el espagar.
La Coruña: Prueba a decirle a una persona que se han muerto sus padres, que se ha quedado sin trabajo, que su mujer le ha dejado por su hermano y que tiene cáncer. Ponle el bigote por encima de los ojos y ráfagas de 400 km/h de viento a su alrededor. He aquí un habitante de esta provincia.
Cuenca: Conocida por los varoniles efebos que presenta a Míster España y porque un guardia civil la armó cojonuda hace unos años. Nada más que reseñar.
Gerona: Divertidísima provincia a tomar por el culo de la civilización y con la agradable tramontana que se deja notar en forma de brisa de vez en cuando sobre ella.
Granada: Un amigo mío me dijo que había estado cinco minutos en esta ciudad sin que nadie le robase, le ofreciese leer las líneas de la mano o le echase aliento a ajo y porro. Murió de cáncer por mentiroso.
Guadalajara: Provincia conocida por salir cada día en los concursos por la noche cuando preguntan por la ciudad de las cinco "a" y por los holocáusticos pedos que desgarraron el ano a Cela durante sus pernoctaciones en fondas de mala muerte en su "Viaje a la Alcarria".
Huelva: Maravillosa provincia compuesta por flamencos, gaviotas y gente a tope de cáncer por refinerías a cinco metros de sus casas. Altamente recomendable para Ramón Sampedro.
Huesca: He buscado en google y no me ha salido ningún resultado sobre esta hez. Por algo será.
Islas Baleares: Cuatro piedras mal puestas sobre las que reptan drogatas, jubilados alemanes, sidosas y personas que tienen el mismo problema en el habla que los castellonenses.
Jaén: Cuando pasan 50 años y te acostumbras al olor a aceite de oliva y a tener el pelo con más grasa que Mario Conde, te resulta hasta agradable vivir en esta mierda deshabitada.
León: Divertidísima provincia que se quiere separar de la autonomía que más da por el culo para formar una autonomía en la que, a su vez, El Bierzo se quiere escindir de la mierda leonesa. Todo un cúmulo de despropósitos habitado por gentes estrechas de miras con acento rancio y culo a tope de botillo.
Lérida: Dicen que una vez alguien pasó en coche por esta provincia y vio una fábrica de Kellogs. Fue la noticia más notoria que ha ofrecido esta mierda con fronteras, a tope de ciuistas comebolsas.
Lugo: Una muralla, cuatro gatos, un bar, alguna que otra cuesta, mucho frío, ha tenido recientemente un cambio político, hay gente maravillosa y no sé mucho más.
Madrid: Deficientes con una parada de metro cada cien metros y que, aún así, van corriendo a todos los sitios, se esputan, profieren insultos y vuelven locos por llegar a trabajos donde son mileuristas desde un barrio donde la palabra más bonita que se ha escuchado en los últimos años es "leucemia". Viven entre saharauis, payoponis, provincianos y transexuales y salen mucho en las noticias porque bandas de simios o de skins matan a escoria.
Málaga: Mucha gente apelotonada entorno a una costa llena de mierda, mafias de todos los países del mundo, habitantes que no sabrían distinguir un lingote de un trozo de mierda y centenares de gitanos más ennegrecidos, si cabe, y que huelen a hoguera.
Murcia: Una vez fui a Murcia y un ser de apariencia extraterrestre, con un cigarro en la oreja, un colgante de 5 kilos del príncipe gitano en oro con incrustaciones y unos pantalones cortos ajustados me dijo "acho pijo huevo, ame un sigarro". Le escupí y se frotó las manos como cuando llevas cinco lustros sin lavarte y te echan un caldero de agua. Comprendí que allí todos eran iguales.
Navarra: Deporte nacional: cortar troncos y dar hostias a una pelota de madera. Última tía buena que se vio: el último día de San Fermín, hace cuatro meses. No hay más que decir.
Orense: Está ahí, escondida entre montañas y bosques. Dicen que una vez un coche se perdió, anduvo 40 kilómetros por un camino sin asfaltar, llegó a ella y sus gentes, de rasgos celtíberos, degollaron a sus ocupantes e hicieron un pincho de oreja. No hay más datos.
Palencia: Sus habitantes intentan hacer creer a sus compañeros de conversación que viven en Valencia, para que no les consideren retrasados mentales. Pasa un tren cada tres meses y dicen que los palentinos sobreviven gracias a los víveres que allí descarga. Tiene un pueblo de nombre ultralollercoaster, como es Venta de Baños.
Las Palmas y Tenerife: Erase una vez una tribu de gente con la barbilla muy ancha que danzaba y saltaba sin parar a lo largo de las fértiles tierras volcánicas de unas islas en medio del Atlántico. Unos españoles, que iban en sus barcos de putas a la India, perdieron el rumbo y arribaron a estas tierras. Como lo que se encontraron era desolador, mataron a todo lo que se movía, salvo a una mierda de drago, a una familia de la que posteriormente saldría Caco Senante y los 500.000 canarios que se parecen a él y una planta de aloé vera con la que hicieron cremas. Ellos se quedaron. Se mezclaron con las nativas no sacrificadas. Ahora son igual de lerdos o más.
Pontevedra: Te levantas por la mañana, abres la ventana y aspiras el magnífico hedor procedente de una fábrica de papel que está al lado de la ciudad y que la convierte en la Chernobil del sur de Europa. De ahí se explica la cara de no haber cagado desde que Poli Rincón marcó el 3-0 a Malta que tienen sus habitantes.
La Rioja: Una vez conocí a unas chicas que eran de Navarrete cuyos rasgos simiescos y su voz tabacalera despertó mi curiosidad. Fui a La Rioja para comprobar si era verdad que eran las características generales de sus habitantes y me encontré con una autonomía con personas con cara de neandertal, con un preocupante grado de alcoholismo y con un grupo de población rural cuyo PIB se asemeja al de Luxemburgo, a pesar de no saber ni escribir.
Salamanca: El extraño deje salmantino, que lleva a todos los charros a acabar en "u" todas las palabras que terminan en "o" les hace tener un toque gañán que no se arregla ni con el montón de cascotes mal puestos que llaman Centro Histórico. Lo mejor: mucha hembra por centímetro cuadrado. Lo peor: que ninguna es salmantina.
Segovia: Pasa como los portugueses con España. Ellos esperan la invasión de Madrid algún día y no se defenderán. Saben que son mierda y su conciudadano más destacado es un ciclista ultradopado, con cara de retard y que llegaba tarde a las contrarrelojes.
Soria: Dan tanta pena que hacen plataformas para que la gente les haga caso. Desde el Gobierno esperan que los piratas somalíes invadan la ciudad y masacren a su población o que el ébola aterrice en ella y cause estragos.
Tarragona: Hay un anfiteatro, un parque de atracciones, muchas personas con el síndrome bucal castellonense y mucha, mucha mierda por todos los lados. Un día salió en las noticias. Fue porque el presentador se había equivocado. Le despidieron por hablar de cosas inventadas.
Teruel: Sólo se conoce porque en invierno hace la temperatura de en Vladivostok y porque unos pobrecillos hicieron una plataforma igual a la de Soria. Todo el mundo nombra a los amantes de Teruel. Nadie sabe lo que es, pero es normal. ¿Quién se iba a interesar por algo salido de esta despreciable mierda?
Toledo: La ciudad huele a la mierda del río, su nombre es portado por mucha bestia parda sudaca en su apellido y quedó más agujereada que el cerebro de un esponjiforme después de la conquista del impresionante bastión militar, el arma más poderosa de la galaxia y el más portentoso y bello edificio que haya concebido el hombre: la mierda del Alcázar.
Valencia: Cientos de Seat León te reciben desafiantes cuando entras a esta ciudad. A bordo, centenares, decenas, casi un millón de canis con camiseta de tirante, gafas de sol del mercadillo y pantalones anchos con 400 bolsillos para cada una de las sustancias que consumen y trafican. Hay gente que la defiende, todos hicieron el casting para recepcionista de Médico de Familia y la Concha de Plata.
Valladolid: Fría, sucia, con centenares de gitanos, gentes desagradables, secas, provincianas, paletas y delirios de grandeza y sapiencia a pesar de no tener en el banco ni cartilla para que les ingresen el PER y no haber obtenido ni el graduado en ESO donde se lo sacaron Guti y Raúl. Su monumento más visitado es una gasolinera que hay a la entrada y por la que no hay más huevos que pasar.
Vizcaya: Etarras bestialistas con mujeres de troncocónica nariz y espaldas anchas y hombres orgullosos de ser unos garrulos.
Zamora: Desde Portugal les miran mal porque sus vecinos del otro lado de "la raya" les parecen demasiado pobres y pordioseros.
Zaragoza: Hasta el culo de canis, garrulos en su máxima expresión, cabezotas, estereotipos de lo que en su día enseñó al mundo Paco Martínez Soria y defensores de un terruño en el que no crecería ni un árbol de hamburguesas.