Hace algunos años, ahora no porque desde que Devi montó la que montó la mujer es menos mierda que antes en la India, vamos una mierda perfumada, había algunas muheres que casábanse con sus propios hijos.
La cosa es que como la mujer era propiedad del señor esposo, cuando este fenecía su esposa debía arrojarse a la pira con él y luego a fertilizar el Ganges juntitos.
Pero claro, así se podían perder negocios familiares si el heredero de los muertos era menor, ya que era acribillado en un acto público y todo pasaba al Estado.
Así las cosas, una mujer en el siglo nono, desposóse con su hijo de cinco años para que pudiese heredar un bancal y la casa de su viejo, muerto en extrañas circunstancias y no en la época colonial es de los ingleses que se llevaban el té y las rosas a donde los elefantes y los saharis.
La mujer tuvo que esperar para que el lingam de su hijo tuviese bicharracos fértiles, por lo que cuando pudo parir un hijo varón que perpetuase el tema resulta que le dió un hermano a su hijo y no un hijo.
Aquello creó un cisma entre las personalidades legales y les mataron a los tres por escándalo.
Y el bancal y la casa pasó al Estado.
No sé qué coño de moraleja extraer de esta mierda.