J
JJ Benitez
Guest
Hola amigos !
Estoy aquí para contaros otra de mis aventuras misteriosas que se escapan a nuestros sentidos, los del ser humano.
Hallábame en la cuenca del río ganges la noche del 1 de Enero del año 2000 según el calendario romano. Estaba investigando unos sedimentos, según especialistas, que tienen un paralelismo asombroso con restos obtenidos de marte por el robot "caneloni X".
Me disponía a hacer un descanso en mi trabajo y así poder ver las campanadas de fin de año españolas, ya que la diferencía de horarios era inevitable, seleccione el equipo necesario para poder conectar en directo con TVE. Se basaba en un supercinexin a modo de pantalla bifurcadora de señal correctamente conectada a un generador de bolas de trufa mediante hilo de sedal de grosor 4 mm. Cabe destacar que como antena utilicé el pene extirpado de un cocodrilo (dicho animal me habia servido como cena el día anterior).
Ahora viene lo misterioso del caso, encendí el generador y el supercinexín, en ese justo momento, una puerta tridimensional de naturaleza desconocida se abrió ante mí. Mi espirítu de explorador pederasta me hizo entrar inmediatamente. El olor era denso, lo definiría como una mezcla de pies malolientes y sobaco de marroquí. No veía nada, una luz intensa me deslumbraba. De repente, me vi arrastrado por una fuerza inexplicable. Lo vi ante mi. Era Ramón García dando las campanadas de nochevieja. Lo extraño era que estaba desnudo, con el cuerpo semiinclinado y a cada movimiento de la bolsa escrotal sonaba el tipico campanazo, era algo así como una batucada de testículos. En la numero 12 ya se podía observar la cara de dolor de Ramón. Quise hablarle para que me dijera dónde me hallaba, pero en ese momento se me escapó un oloroso gas como consecuencia de la carne de cocodrilo ingerida, bastante pesada por cierto.
La multitud allí observando se giró y me miraba anonada en silencio. Quería explicar que yo no había sido y fue levantar el brazo (en señal de pidiendo tranquilidad) y me salió otro gas, esta vez en dos tiempos raaaaaa raaaaaaaa como cuando cambias de marcha en una rieju.
Ahí acabo mi experiencia, la misma fuerza me sacó bruscamente por la puerta que había entrado.
Qué había pasado? Me habían abducido seres de otro planeta? Fui transportado en el espacio y en el tiempo? Por qué mis gases fueron tan mal acojidos? Quién provoco esa puerta tridimensional? La provoqué yo a base de tirarme gases previamente?
La vida humana está llena de misterios y de incógnitas sin resolver, otro día les comentare mi segunda experiencia con las puertas tridimensionales si la CIA me permite continuar con vida.
Estoy aquí para contaros otra de mis aventuras misteriosas que se escapan a nuestros sentidos, los del ser humano.
Hallábame en la cuenca del río ganges la noche del 1 de Enero del año 2000 según el calendario romano. Estaba investigando unos sedimentos, según especialistas, que tienen un paralelismo asombroso con restos obtenidos de marte por el robot "caneloni X".
Me disponía a hacer un descanso en mi trabajo y así poder ver las campanadas de fin de año españolas, ya que la diferencía de horarios era inevitable, seleccione el equipo necesario para poder conectar en directo con TVE. Se basaba en un supercinexin a modo de pantalla bifurcadora de señal correctamente conectada a un generador de bolas de trufa mediante hilo de sedal de grosor 4 mm. Cabe destacar que como antena utilicé el pene extirpado de un cocodrilo (dicho animal me habia servido como cena el día anterior).
Ahora viene lo misterioso del caso, encendí el generador y el supercinexín, en ese justo momento, una puerta tridimensional de naturaleza desconocida se abrió ante mí. Mi espirítu de explorador pederasta me hizo entrar inmediatamente. El olor era denso, lo definiría como una mezcla de pies malolientes y sobaco de marroquí. No veía nada, una luz intensa me deslumbraba. De repente, me vi arrastrado por una fuerza inexplicable. Lo vi ante mi. Era Ramón García dando las campanadas de nochevieja. Lo extraño era que estaba desnudo, con el cuerpo semiinclinado y a cada movimiento de la bolsa escrotal sonaba el tipico campanazo, era algo así como una batucada de testículos. En la numero 12 ya se podía observar la cara de dolor de Ramón. Quise hablarle para que me dijera dónde me hallaba, pero en ese momento se me escapó un oloroso gas como consecuencia de la carne de cocodrilo ingerida, bastante pesada por cierto.
La multitud allí observando se giró y me miraba anonada en silencio. Quería explicar que yo no había sido y fue levantar el brazo (en señal de pidiendo tranquilidad) y me salió otro gas, esta vez en dos tiempos raaaaaa raaaaaaaa como cuando cambias de marcha en una rieju.
Ahí acabo mi experiencia, la misma fuerza me sacó bruscamente por la puerta que había entrado.
Qué había pasado? Me habían abducido seres de otro planeta? Fui transportado en el espacio y en el tiempo? Por qué mis gases fueron tan mal acojidos? Quién provoco esa puerta tridimensional? La provoqué yo a base de tirarme gases previamente?
La vida humana está llena de misterios y de incógnitas sin resolver, otro día les comentare mi segunda experiencia con las puertas tridimensionales si la CIA me permite continuar con vida.