Después de cierto ruido muy pocas nueces os traigo. No habrá Gran Cantata, pero sí una discreta Fuga. Iniciaré un exilio interior y os prometo gastar más dinero en psicólogos y menos en putas. ¿Y por qué?
Porque lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.
Porque llegué, vi y me deslumbré; y en el pecado me fue la penitencia.
Porque en esta historia yo no he saboreado ni las mieles del AMOR (sin opción alguna de ser correspondido), ni las certezas de la AMISTAD, que nunca debe ser buscada en estos ámbitos.
Porque en este foro siempre he “dado la cara” y ya no me apetece que me la vuelvan a partir.
Porque no siempre se cumple aquello de que ante la desesperación uno es capaz de hacer cualquier cosa.
Porque apenas tengo ORGULLO, aunque a veces he querido, torpemente, alardear de SENSIBLIDAD.
Porque sé del sabor amargo de cierta medicina que me fue administrada, no se la quiero dar a probar a nadie.
Porque agua pasada no mueve molinos, y no tengo fuerzas para luchar contra ellos cual patético Quijote.
Porque ¿quién soy yo para trazar una línea en el suelo y situar en un lado a los Inocentes y en otro a los Culpables?
Porque yo solo fui a echar un POLVO, y no quiero acabar peleando en el LODO para deleite del graderio.
Porque la venganza NO es un plato que deba servirse en plato frío; y la mayor indigestión la puede sufrir el que la perpetra.
Porque no quiero parecer como un Trajano tristérrimo y despechado.
Porque no pretendo emular a un Puthero y vomitar rencor por las esquinas.
Porque no deseo mostrarme como un Greenspan exudando misoginia.
Porque, aunque alguien nos intimide como un Goliat, Luis no tiene vocación de David.
Porque en este mundo la brillantez de los Elegantes no luciría tanto sin la mediocridad de los Nuevoforeros.
Porque en las guerras los fuertes siempre acaban imponiéndose a los débiles; y esta sería una guerra a destiempo y no claramente justificada.
Porque por “jugar a haber estado enamorado” uno puede hacer espléndidas estupideces.
Porque si no se torear “pa que me iba a meter”
Porque en el Gran Teatro del Mundo el papel que me ha sido asignado es el de un mero figurante.
Porque no debo adquirir un protagonismo que nunca me he sabido ganar.
Porque ELLA ha podido ser una “Femme Fatale”, pero durante unos meses fue “mi Femme Fatale”, y combinó alguna puñalada trapera con gestos de generosidad y empatía.
Porque no soy más que uno de esos Renglones Torcidos que Dios se empeña en trazar; y jamás, ni por un solo día, llegaré a ser Príncipe. Y de las Mareas que se lleven el poco crédito que me quedaba en el foro, pronto se olvidarán todos. Que habiendo traspasado ya la cuarentena, aun me veo transitando por la Edad de la Inocencia.