Quedamos en el barrio de Santa Cruz y ahí están, sentados en el Pinzón a punto de cenar. Esplendorosos, elegantes, rozando la cincuentena pero bien cuidados, buena pinta, altos, atleticos. El nota tiene toda la cara de Kevin Bacon, pero con el pelo plateado.
Resulta que los pavos no son alemanes, son austríacos, de Viena para más señas.
Los dos casados con niños, pero son amantes de hace tiempo, y de vez en cuando se marcan un viaje de puta madre ellos dos solos.
En esta ocasión eligieron Andalucía. Con un coche alquilado han estado en mil sitios. Ayer fueron al Rocío, LOL. Me descojonaba con los austríacos en El Rocío.
Muy cultos y viajados y sobre todo muy pillados el uno del otro, muchísimos gestos de complicidad como niños de quince años.
Hablamos de todo, de museos, de viajes, mientras cenamos cojonudamente. Estamos cómodos, son de puta madre, joder.
Admiran mis mujculoh, mi altura (la voz cantante la lleva el notas...maloooo)
El tío se va a mear y me quedo solo con la tía y le pregunto si se llama Linda como en el tinder, y me dice que no, que se llama Julia y el Richard. Vuelve el notas y le dice "Linda, quieres otra copa?"
Vaya, que estos notas se han montado este teatrillo, y se dedican en sus viajes a buscar un toyboy y trincárselo o a saber.
Les pregunto que si han visto la Plaza de España, y me dicen que qué es eso. Coño pues para allá que me los llevo y lo flipan.
La piba ya empieza a musitar que está cansada y ya dice el Richarl que pal hotel.
Y ahí es ya cuando empiezo yo a divagar y analizar la velada.
Tíos, esta movida es idea del notas, la pava se somete porque está colada por él. De hecho en el tinder el que escribia con el perfil de ella era él seguro.
Así que a medio camino les digo:
"Bueno, chicos, aquí se separan nuestros caminos"
Me miran flipándolo, curiosamente ella como cabreada (a esta que le pasa) y les explico que me lo he pasado muy bien y que gracias por la cena, pero que he estado tan a gusto y habíamos conectado tan bien que lo último que se me ocurría en ese momento era follármelos. Él se lo ha tomado muy bien me ha dado su móvil que vaya a verle a Viena, pero he flipado con ella. Ha pasado de super agradable a ni mirarme a la cara y meterse en el taxi. El tío incluso le ha espetado "despídete, mujer" y ella ha respondido con un escueto "bye, bye".
En definitiva, que YO NO SOY MARICÓN. No comparto yo cama con el Richarl ese ni de coña.
El puto paimei lo ha adivinado.