Suponiendo que folléis cuatro horas al día, que ya es follar, ¿qué vas a hacer con las otras veinte? Vale, ocho para dormir. Correcto. ¿Y las otras doce? Porque son doce horas con una vieja turrera, por dos días veinticuatro. Veinticuatro horas en un fin de semana aguantando a una tía dándote la turra, haciendo el paripé de que te interesa, veinticuatro horas aguantando a la tía poniéndote ojitos y pavoneándose a tu lado. Que eso es muy duro de aguantar, amic.
Dile que estás ocupado. Aparece por ese apartamento por la noche, te la follas y a mimir. Luego, por la mañana te levantas, te vuelves a tu casa y ya vuelves de nuevo por la noche o mejor ni vuelvas.
Madre mía, qué infierno de fin de semana.