Clark Gable
Master of pucheritos
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No soy creyente. No tengo ningún dios específico, particular. Pero creo en la belleza, en la perfección. Creo que la música da sentido a nuestras vidas, aún no sé para qué. Lo que doy es gracias a quien sea por hacer que existieran Tim Buckley y su hijo Jeff. A ese mismo ente maldigo por hacer que nos abandonaran tan prematuramente, y porque este mundo no reconozca su inmenso legado y la belleza y honestidad de su obra. Porque hay pocas palabras para describir su música: espiritualidad, amor, belleza, melancolía. A ellos les dedico este hilo. Se lo debo por acercarme con su música a quien quiera que sea ese dios que todos buscamos.
Tim Buckley nació el 14 de Febrero de 1947 en Washington. Vivió en varios lugares, como Amsterdam o Nueva York, hasta que se estableció en California. Publicó su primer disco homónimo para el sello Elektra en 1968, junto con su inseparable guitarrista Lee Underwood.
¿Qué nos encontramos en este disco? Pues un puñado de canciones con toques psicodélicos, atmósferas etéreas y un concepto diferente del cantautor folk tan de moda en la época, con señores como Donovan y Dylan. La diferencia es que Buckley canta al amor y (un tema recurrente en su carrera) a la pérdida del mismo. Desde la tierna balada Wings, pasando por la psicodelia de Song of the Magician, con la bellísima voz de Buckley deslizando sus palabras acompañada de unas oníricas guitarras, nos trasladamos a un tiempo y una época en la que los campos están en flor y las chicas llevan el pelo largo, y se ríen y nos cogen de la mano. Uno de los discos más accesible de Buckley, inocente y risueño. Feliz. Algunas canciones:
Song For Janie
Después, vinieron los ultimos coletazos de los años 60, y con ello, la psicodelia y la música experimental y progresiva, el Sgt. Peppers... ello se refleja en el segundo álbum de Tim Buckley, Goodbye and Hello:
Este disco es una maravilla. Nos sumerge en un mundo onírico, con letras más adultas y perfectas, acompañando su privilegiada voz por organillos, percusiones y vientos, creando auténticas joyas como Phantasmagoria in Two, Song to The Siren, Once I Was o la que da el título al álbum, Goodbye And Hello, sublime, con ecos de feria medieval y donde demuestra el increíble talento vocal que posee. Y para muestra unos vídeos, el primero de la mil veces imitada y nunca superada Song To The Siren (los fans de Héroes del Silencio la conoceréis) en una escalofriante actuación acústica para el programa de los Monkees. El segundo, de Once I Was, una canción de amor, entregada, desgarradora (will you ever remember me?):
Song To The Siren
Once I Was
http://media.imeem.com/m/HbBep7PiLn/aus=false/
http://media.imeem.com/m/axE3o5g95v/aus=false/
Después de que su colaborador en las letras, Larry Beckett, se fuera al ejército, Buckley se "liberó" y empezó su época más fértil y creativa, en la que demostró que era un jodido genio. El disco con el que la inició fue Happy Sad, con una de las portadas más evocadoras y reproducidas de la historia, un Buckley con la mirada perdida, con una tristeza serena, asimilada; un preludio de su destino. Además, que el tío era guapo, joder.
Buckley inicia con este disco su giro al jazz experimental. Desata su voz, una voz que abarcaba tres jodidas octavas y media, y que él explota y modula a su antojo, y junto con un vibráfono y una guitarra evoca postales de tranquilidad, de sosiego, de placidez. Se olvida de la electricidad de sus anteriores trabajos y compone unas canciones que podríamos llamar minimalistas y que limitaban sus actuaciones: el gran público quería ver a un muchachito cantando folk y no a esta maravilla vocal y musical, avanzadilla de la vanguardia y heredero del smooth jazz; hijos de puta ineptos. Destaco Love from Room 109 at the Islander, porque me encanta el sonido del mar, y Sing A Song For You. Pero como no están por ninguna parte y el Goear no va, pongo Gipsy Woman, que la he encontrado. Amérrimo el método usado en el vídeo:
Gipsy Woman
Aprovecho y meto aquí uno de sus mejores directos (para mí el mejor), el Dream Letter, grabado en Londres en 1968. Estremecedor, bellísimo. Una jodida maravilla.
Durante 1969, Buckley comienza a escribir las canciones de Lorca y Blue Afternoon.
Claro, aquí los fans de Buckley le dieron la espalda definitivamente. No estaban preparados para los ejercicios vocales y la jazzística furiosa y a veces cabaretera y trágica de estos discos, con sensuales líneas de bajo y el vibráfono ya integrado como un componente más del grupo. Deja de ser un chaval romántico y se vuelve un artista experimental. Personalmente, Lorca no me termina, pero Blue Afternoon me parece un buen disco, tal vez una prolongación de Happy Sad. Aunque claro, lo que no sabía nadie es que Tim Buckley estaba tramando uno de los discos más grandes de la historia, uno de esos discos que están avanzados a su tiempo, como años más tarde haría su hijo con Grace: estaba preparando Starsailor.
Vale. Aquí a Buckley se le va la pinza y muestra al mundo que puede hacer lo que le salga de los cojones con su voz y su creatividad. Es una auténtica patada (ojo, no al estilo Metal Machine Music) a todos los que le reclamaban como un cantautor folk, y donde demuestra todo su increíble talento vocal y compositivo. Su voz es un instrumento, las disonancias estallan en nuestros oídos y sólo encuentran descanso en Moulin Rouge o Song to the Siren. Todo lo demás es un frenético barroquismo musical, que devino en un fracaso comercial que condujo a nuestro Tim a una espiral de drogas y alcohol. ADVERTENCIA: es, de lejos, el disco más inaccesible de Buckley. No empecéis a escucharlo o no seguiréis haciéndolo Para que veáis de lo que hablo, unos cortes:
Starsailor
http://www.youtube.com/v/ggxL-Og3V8g&rel=1
Healing Festival
Song To The Siren
Tras el fracaso de su vertiente más experimental y compositiva, y una adicción a las drogas que acompañaba a la desilusión de no sentirse comprendido ni respetado a pesar de su genialidad, Buckley se rindió y lanzó otros tres discos, Greetings From LA, Sefronia y Look At The Fool. Mañana subo los dos últimos, que me ha fallado algo.
Sweet Surrender
http://media.imeem.com/m/LW9jAiFM82/aus=false/
http://media.imeem.com/m/nkYMNkMcwh/aus=false/
Joder, la gente es gilipollas, en serio. Estos discos son buenos, no son el Buckley que conocemos ni cierto es que está en su mejor momento (no vendía ni un disco y cada vez se metía más), pero son unas más que dignas composiciones, con un rollito funk soul muy bueno... Pues bien, el problema fue que Buckley no se lo creía. No era lo que él quería hacer, él quería hacer Starsailors y ser feliz con SU música, nacida de sus entrañas y su corazón. Su agente no lo veía así, y se quedó sin contrato. Un hombre que tocaba el cielo con su garganta, se quedó arruinado y destrozado.
El 29 de Junio de 1978, cuando volvía de un concierto, su cuerpo no soportó la mezcla de alcohol y heroína que esnifó. Sus amigos le llevaron a su casa de Santa Mónica pensando que estaba borracho, pero murió a los pocos minutos víctima de un cóctel mortal. Sus útlimas palabras fueron "Bye, bye, baby". Tenía 28 años y una corta carrera que aún estremece a personas como yo.
A todo esto, cuando vaya el goear subo unas cuantas canciones. Mañana hablaré de su hijo, pero no puedo evitar adelantarme con esto:
Dios, qué maravilla. Gracias, joder, GRACIAS.
Tim Buckley nació el 14 de Febrero de 1947 en Washington. Vivió en varios lugares, como Amsterdam o Nueva York, hasta que se estableció en California. Publicó su primer disco homónimo para el sello Elektra en 1968, junto con su inseparable guitarrista Lee Underwood.
¿Qué nos encontramos en este disco? Pues un puñado de canciones con toques psicodélicos, atmósferas etéreas y un concepto diferente del cantautor folk tan de moda en la época, con señores como Donovan y Dylan. La diferencia es que Buckley canta al amor y (un tema recurrente en su carrera) a la pérdida del mismo. Desde la tierna balada Wings, pasando por la psicodelia de Song of the Magician, con la bellísima voz de Buckley deslizando sus palabras acompañada de unas oníricas guitarras, nos trasladamos a un tiempo y una época en la que los campos están en flor y las chicas llevan el pelo largo, y se ríen y nos cogen de la mano. Uno de los discos más accesible de Buckley, inocente y risueño. Feliz. Algunas canciones:
Song For Janie
Después, vinieron los ultimos coletazos de los años 60, y con ello, la psicodelia y la música experimental y progresiva, el Sgt. Peppers... ello se refleja en el segundo álbum de Tim Buckley, Goodbye and Hello:
Este disco es una maravilla. Nos sumerge en un mundo onírico, con letras más adultas y perfectas, acompañando su privilegiada voz por organillos, percusiones y vientos, creando auténticas joyas como Phantasmagoria in Two, Song to The Siren, Once I Was o la que da el título al álbum, Goodbye And Hello, sublime, con ecos de feria medieval y donde demuestra el increíble talento vocal que posee. Y para muestra unos vídeos, el primero de la mil veces imitada y nunca superada Song To The Siren (los fans de Héroes del Silencio la conoceréis) en una escalofriante actuación acústica para el programa de los Monkees. El segundo, de Once I Was, una canción de amor, entregada, desgarradora (will you ever remember me?):
Song To The Siren
Once I Was
http://media.imeem.com/m/HbBep7PiLn/aus=false/
http://media.imeem.com/m/axE3o5g95v/aus=false/
Después de que su colaborador en las letras, Larry Beckett, se fuera al ejército, Buckley se "liberó" y empezó su época más fértil y creativa, en la que demostró que era un jodido genio. El disco con el que la inició fue Happy Sad, con una de las portadas más evocadoras y reproducidas de la historia, un Buckley con la mirada perdida, con una tristeza serena, asimilada; un preludio de su destino. Además, que el tío era guapo, joder.
Buckley inicia con este disco su giro al jazz experimental. Desata su voz, una voz que abarcaba tres jodidas octavas y media, y que él explota y modula a su antojo, y junto con un vibráfono y una guitarra evoca postales de tranquilidad, de sosiego, de placidez. Se olvida de la electricidad de sus anteriores trabajos y compone unas canciones que podríamos llamar minimalistas y que limitaban sus actuaciones: el gran público quería ver a un muchachito cantando folk y no a esta maravilla vocal y musical, avanzadilla de la vanguardia y heredero del smooth jazz; hijos de puta ineptos. Destaco Love from Room 109 at the Islander, porque me encanta el sonido del mar, y Sing A Song For You. Pero como no están por ninguna parte y el Goear no va, pongo Gipsy Woman, que la he encontrado. Amérrimo el método usado en el vídeo:
Gipsy Woman
Aprovecho y meto aquí uno de sus mejores directos (para mí el mejor), el Dream Letter, grabado en Londres en 1968. Estremecedor, bellísimo. Una jodida maravilla.
Disc 1
- "Introduction"
- "Buzzin' Fly"
- "Phantasmagoria in Two"
- "Morning Glory"
- "Dolphins"
- "I've Been Out Walking"
- "The Earth Is Broken"
- "Who Do You Love"
- "Pleasant Street/You Keep Me Hanging On"
- "Love from Room 109/Strange Feelin'"
- "Carnival Song/Hi Lily, Hi Lo"
- "Hallucinations"
- "Troubadour"
- "Dream Letter/Happy Time"
- "Wayfaring Stranger/You Got Me Runnin'"
- "Once I Was"
Durante 1969, Buckley comienza a escribir las canciones de Lorca y Blue Afternoon.
Claro, aquí los fans de Buckley le dieron la espalda definitivamente. No estaban preparados para los ejercicios vocales y la jazzística furiosa y a veces cabaretera y trágica de estos discos, con sensuales líneas de bajo y el vibráfono ya integrado como un componente más del grupo. Deja de ser un chaval romántico y se vuelve un artista experimental. Personalmente, Lorca no me termina, pero Blue Afternoon me parece un buen disco, tal vez una prolongación de Happy Sad. Aunque claro, lo que no sabía nadie es que Tim Buckley estaba tramando uno de los discos más grandes de la historia, uno de esos discos que están avanzados a su tiempo, como años más tarde haría su hijo con Grace: estaba preparando Starsailor.
Vale. Aquí a Buckley se le va la pinza y muestra al mundo que puede hacer lo que le salga de los cojones con su voz y su creatividad. Es una auténtica patada (ojo, no al estilo Metal Machine Music) a todos los que le reclamaban como un cantautor folk, y donde demuestra todo su increíble talento vocal y compositivo. Su voz es un instrumento, las disonancias estallan en nuestros oídos y sólo encuentran descanso en Moulin Rouge o Song to the Siren. Todo lo demás es un frenético barroquismo musical, que devino en un fracaso comercial que condujo a nuestro Tim a una espiral de drogas y alcohol. ADVERTENCIA: es, de lejos, el disco más inaccesible de Buckley. No empecéis a escucharlo o no seguiréis haciéndolo Para que veáis de lo que hablo, unos cortes:
Starsailor
http://www.youtube.com/v/ggxL-Og3V8g&rel=1
Healing Festival
Song To The Siren
Tras el fracaso de su vertiente más experimental y compositiva, y una adicción a las drogas que acompañaba a la desilusión de no sentirse comprendido ni respetado a pesar de su genialidad, Buckley se rindió y lanzó otros tres discos, Greetings From LA, Sefronia y Look At The Fool. Mañana subo los dos últimos, que me ha fallado algo.
Sweet Surrender
http://media.imeem.com/m/LW9jAiFM82/aus=false/
http://media.imeem.com/m/nkYMNkMcwh/aus=false/
Joder, la gente es gilipollas, en serio. Estos discos son buenos, no son el Buckley que conocemos ni cierto es que está en su mejor momento (no vendía ni un disco y cada vez se metía más), pero son unas más que dignas composiciones, con un rollito funk soul muy bueno... Pues bien, el problema fue que Buckley no se lo creía. No era lo que él quería hacer, él quería hacer Starsailors y ser feliz con SU música, nacida de sus entrañas y su corazón. Su agente no lo veía así, y se quedó sin contrato. Un hombre que tocaba el cielo con su garganta, se quedó arruinado y destrozado.
El 29 de Junio de 1978, cuando volvía de un concierto, su cuerpo no soportó la mezcla de alcohol y heroína que esnifó. Sus amigos le llevaron a su casa de Santa Mónica pensando que estaba borracho, pero murió a los pocos minutos víctima de un cóctel mortal. Sus útlimas palabras fueron "Bye, bye, baby". Tenía 28 años y una corta carrera que aún estremece a personas como yo.
A todo esto, cuando vaya el goear subo unas cuantas canciones. Mañana hablaré de su hijo, pero no puedo evitar adelantarme con esto:
Dios, qué maravilla. Gracias, joder, GRACIAS.