Claro. Es que cuando todo lleva más impuestos por un montante mayor que el valor del producto en sí porque hay que mantener un estado mastodóntico e hipertrofiado más todas las redes clientelares que de él penden es lo que pasa, que al final el Estado en lugar de convertirse en un regulador económico se convierte en un extractor que demanda para sí todos los recursos del país, incluyendo como es natural los beneficios de las empresas, porque los trabajadores ya trabajan para él la mitad del año.
Naturalmente esto no es culpa de la guerra.