Yo vengo de ver una peli titulada "Ciberobsesión", que trata de una fulana que un día conoce a un chaval que participa escribiendo opiniones en internet sobre, mayoritariamente, cine y música, y ni corta ni perezosa se pone ella también a participar en el mismo sitio que él movida por una irrefenable obsesión por encontrar a un príncipe azul que la entienda.
El fulano pasa de ella, y ella, en vez de aceptarlo y a otra cosa mariposa, se dedica a un hostigamiento bestial 24/7 en esa página de internet, no importándole el espectáculo dantesco ni la imagen aterradora que de sí misma da al resto de participantes en esa página, que primero lo flipan y luego se descojonan, porque claro, al ser por internet no se corre el peligro de que la tía tome represalias. La obsesionada sigue a lo suyo, mientras el fulano sigue pasando cada vez con mayor notoriedad.
La peli luego da un giro argumental, porque al volver de ir al baño la tía se había olvidado -aunque no del todo- del primer fulano, y estaba dirigiendo su obsesión hacia uno de los miembros más prominentes de la página en cuestión, a quien no sólo acosaba y hostigaba a través de la misma, sino también por correo electrónico y quizá por teléfono y cuanto medio de comunicación tuviera al alcance, llegando a unas cotas de absurdez y patología nunca antes holladas por el ser humano. Por supuesto, exponía, a la vista de todos, los más íntimos detalles de su pensamiento, de sus actos, le interpelaba con cuestiones aberrantes, le sacaba a colación cosas que sólo existían en su imaginación y de las que pedía explicaciones (

), sin importarle que nada tuvieran que ver con el tema del que se trataba en la página, lo cual sólo servía para ahondar en el espectáculo que daba.
Tiene algunas subtramas, o tramas secundarias, como por ejemplo un personaje narigón particularmente insidioso contra la tía, que se arrimaba un poco demasiado a ella confiado en que no iba a recibir ninguna cornada de ese toro psicotizado en el que se había convertido, y contra quien la fulana reaccionaba de manera terriblemente hostil, para, una vez más, divertimento de la masa que, atónita, contemplaba el puto show que estaba montando. De vez en cuando la tía escribía algo relacionado con el tema del que trataba la página, pero comoquiera que la gente prestaba más atención al show psicótico que montaba online, estos mensajes eran ampliamente ignorados, sobre todo porque al cabo de poco solían aparecer borrados y sustituidos por tres puntitos.
Lo de los tres puntitos creo que es alguna clase de MacGuffin, pero no lo tengo muy claro.
Evidentemente, y mientras todo esto pasa, se trata por todos los medios de expulsar a la individua en cuestión, sobre todo el personaje que partía el bacalao en el sitio este, ya que era el que tenía la capacidad de ello, pero ella hacía caso omiso a todo y volvía bajo diferentes identidades que nuevamente volvían a ser expulsadas por alterar el normal devenir de las cosas, aunque ella creía que era siempre expulsada por despecho/arrogancia/maldad. Cada vez que podía, que era siempre, no dudaba en proseguir en una escalada de acoso infame que a veces amenazaba con cambiar de objetivo -hubo un momento en el que un tío aficionado a lo oriental parecía que se iba a convertir en su nueva víctima-. Todo muy chungo.
Al final resulta ser una de esas historias de amor que acaban con varios muertos.
No sé si alguno la habrá visto.
Le pongo
un 4,16