Siga el video a continuación para ver cómo instalar nuestro sitio como una aplicación web en su pantalla de inicio.
Nota: Esta función puede no estar disponible en algunos navegadores.
Sekhmet rebuznó:![]()
Quien la entienda que me la explique.
Burócrata rebuznó:He visto Cómo entrenar a tu dragón y la expresividad de los muñecotes es awesome. Dentro de poco ya no habrá actores y todos iremos en patinete volador.
carapito rebuznó:Lo mismo se decía con la película de Final Fantasy y 14 años después siguen dando papeles a Mark Whalberg. Algo está fallando.
cuellopavo rebuznó:La vi por aquí recomendada, pero si tenía hilo, no lo encuentro...
Take Shelter, Jeff Nichols (2011)
Es el fin del mundo una vez más (últimamente siempre es a fin del mundo en las salas de los cines y en los salones de los hogares). Michael Shannon no habla mucho en esta película, no precisa hacerlo. Ese rostro que sugiere mil catástrofes padecidas está exento de la responsabilidad de hablar. Junto a él, Jessica Chastain, frágil en apariencia, delicada y salpicada de destellos que hace imposible apartar la mirada de su rostro, por el contrario, habla. Michael Shannon y Jessica Chastain: la persona que escogió el reparto sabía bien lo que hacía. Como si la película anunciara la renovación del mito de la bella y la bestia por la vía del apocalipsis. La exterior y la interior.
Estamos tan acostumbrados a la “narrativa” como fuente de acceso a la realidad que tenemos olvidadas otras vías: el delirio, la revelación o el éxtasis son algunas de las alternativas para penetrar en el tejido del mundo que nos rodea y extraer algo de sentido de él. El personaje de Michael Shannon va zambulléndose en una cadena de pesadillas que resultan ser revelaciones. Pero la contraposición de sus visiones con la linealidad discursiva de el-resto-del-mundo lo coloca en la posición de habitante del borde del abismo. Al principio el juego de imágenes que lo asalta parece ser sólo una especie de mal momento que está pasando, pero cuando sus pesadillas dejan huellas físicas comprende que el asalto de las imágenes tiene un significado que va más allá del meramente onírico. Lo que ve, claro, es el paisaje de otro fin del mundo posible.
La película trabaja esta idea de acabamiento en varias direcciones distintas: lo íntimo como territorio sometido a la presiones difíciles de soportar, lo familiar como terreno asolado por fuerzas centrípetas que lo condenan a la desintegración de forma inevitable y lo comunitario-social como el espacio en descomposición sostenido sólo por la inercia de rituales vinculados al mundo del trabajo que carecen de la fuerza necesaria para sostener la realidad por ellos mismos.
Pareja, familia, amigos, sociedad: la película indaga en estos ámbitos combinando la lógica analítica propia del discurso científico -bajo el cual, el personaje de Michael Shannon es un aterrado viajero rumbo al pozo de la locura-, y la lógica de la yuxtaposición propia del encadenamiento de imágenes alucinatorias, sonidos que no existen y pesadillas capaces de alterar la realidad cotidiana. Y, bajo el paraguas de todo este diluvio real e imaginario, la película se revela como un artefacto destinado a comunicarnos que sólo el amor de pareja tiene la fuerza suficiente para soportar todas las catástrofes imaginables. No es fácil sostener semejante tesis en estos días tenebrosos, pero el argumento que la defiende se agarra a los mismos mimbres que configuran nuestra cordura: esa pareja extraordinaria que conforman Jessica Chastain y Michael Shannon sobrevive como tal porque su entrega al otro es ilimitada, desafía cualquier cálculo racional y está cosida con los hilos de la locura.
Ya lo sabíamos, pero está bien de vez en cuando recordarse de algo importante: el fin del mundo no es físico, ni espiritual ni imaginario.
Se reduce simplemente a la renuncia al amor.
No hay más.
Filimbi rebuznó:La de Pablo Escobar es malísima joder, menuda mierda más gorda.
Spawner rebuznó:Pues acabo de ver Torrente 5 y, a diferencia de las dos anteriores, me ha arrancado algunas carcajadas buenas. Sigue siendo la misma mierda de siempre, pero yo me he reído.
Neus Asensi está vieja de cara como ella sola, pero me la tiraba con mucho vicio, porque tiene pinta de ser muy cerdérrima.
Utilizamos cookies esenciales para que este sitio funcione, y cookies opcionales para mejorar tu experiencia.