Con la cantidad de ambrosías desde el cine mudo hasta principios del secolo XXI, véis unos truñoks que alucino.
Parece que estéis comiendo unos metros más de polla de negro apestosa con tal de que vuestro profe de cinemateca os apruebe...
Comédme los huevos por debajo del culo, en plan racimo de uvas.
LEON, El profesional (Luc Besson, 1994)
Una preciosa joven (prohibida Natalie Portman), con una familia de camellos de mierda, es rescatada por un tristón pero implacable asesino italiano a sueldo Interpretado por Jean Reno aka José Moreno.
Ella buscará venganza por el asesinato de su familia, en realidad por el de su hermano pequeño, cometido por un equipo muy disperso y fumado de la DEA comandado por un Gary Oldman psicodesatado y absolutamente magistral.
La cinta estrenada (la primera salida al mundo del hoy famoso director gabacho) rompió records de taquilla, tanto en Ñuropa como en Ñusa. Se suavizó y recortó el montaje, porque la relación entre Leon y Matilda tenía visos de relación pedófila (Portman con 14 y JR con casi 40).
Curiosamente, la directors cut o versión larga o tu puta madre que Luc Besson giñó, incluso acayó los rumores; porque deja claro que el amor de NP por JR es una mera ensoñación de ella que él considera inaceptable.
Al margen de polladas, Besson te coloca 2 horas de action-thriller que ya le gustaría a cualquier director actual poder jiñar, quicir, poder rodar sin que sea ejecutado al alba.
Un peliculote de dos almas solitariasy puras, separadas por la edad, que emociona, te deja el culo inquieto y que ha pasado a la historia como una buddy-movie nada ortodoxa que nos sobrevirá muchos años...
Añadimos a un Danny Aiello (RIP) magistral, a un Gary Oldman excelso y un score de Eric Serra (con temazo final de Sting) y tenemos un producto que sobrepasa el Notable Alto sin proponérselo.
Y un diseño de producción que te muestra Nueva York como es (o era). Una jungla urbana donde los rascacielos vigilan, pero no intevienen, la vida de cientos de miles de habitantes...
Le doy
8.75/10 Roquets porque me coméis la polla con vuestras convenciones, visionados obligatorios y filmotecas de gordos con olor a lefazo apergaminado.