Un viaje de risa... Historia de unos ignominiosos..

pepefacha

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27 Ago 2003
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Nada, me atrevo a publicar un texto de cuando fuimos de viaje a Valencia unos amiguetes... pongo la primera parte.. si a la xente le gusta... voy poniendo el resto...


IGNOMINIOSOS ON TOUR
VALENCIA 2000



Lo que se cuenta a continuación, lejos de ser ficción, es la más cruda y dura realidad, así que el que lo quiera llevar al cine que sepa que todas las situaciones vividas y que son contadas a continuación son ciertas, así que tendrá que cambiar algunos nombres para que ciertos personajes no se den por aludidos.
Para preservar la dignidad de algunas personas he creído conveniente modificar algunos nombres, y es que algunas personas tiene “vida social”.


Viernes 14 de julio (S. Camilo)


Por fin el tan ansiado y planeado viaje a Valencia iba a convertirse en realidad. Lo habíamos planeado en un principio ya para la Semana Santa, pero ya se sabe, que si por esto que por si lo otro, pues quedó aparcado en el baúl de los planes a realizar para el verano.
Mientras Chef y yo (Pin en adelante) estábamos en el curso de verano por la mañana, el Dog y el Capitán Vinilo se fueron a Oviedo a por el coche que íbamos a alquilar para el viaje. Que durante los días anteriores en la agencia de coches de alquiler RVH (suena a enfermedad, no?) les dijesen que nos iban a dar un coche distinto cada vez que íbamos a preguntar, pues nos dejó con la mosca tras la oreja. Cuando llegaron a la empresa primer sobresalto: nos querían dar un Fiat Punto sin aire acondicionado ni radio (ni que fuésemos unos putos moros que andan todo el día por el desierto y les da lo mismo 20 que 60 grados). El Dog abandonó durante unos segundos esa apariencia de turista alemán tranquilo que tiene él, para sacar la bestia que lleva dentro (algo peliculero, pero es que así queda mejor y con más énfasis) y soltarle a la tía de la empresa de coches:
- ¡¡¡NOS QUERÉIS TANGAR O QUÉ!!!
- ¡¡¡VAYA BOLA QUE METÉIS!!!
Esta reacción debió poner algo nerviosa a la nenita por lo que le dijo amablemente a Dog:
- Tranquilízate, chico
Esto puso a nuestro “chico” aún más cabreado.


Tras estas pequeñas tiranteces apareció lo que parecía ser el encargado de la empresa y tras una conversación, encontró en el parking ¡oh, milagro! el Ibiza que nos habían prometido en un principio. Tras examinar milímetro a milímetro la chapa del coche le encontraron un rayonazo, que Dog mandó a la chica que anotase en el contrato,(¡¡MIRA TÚ TAMBIÉN, QUE PARA ESO TE PAGAN!!) es decir, que el rayonazo venía de antes y no era nuestro.


Tras este pequeño “incidente” se dirigieron a Ciaño a recogernos del Curso, para casa, a hacer la maleta, pillar la comida (que luego iba a resultar más necesaria a unos que a otros) y a las 16:30 delante de casa de Chef. Tras la típica foto del “antes”, fuimos a la Pomar a por algo de bebida para amenizar la noche valenciana de los días siguientes. Una botella de Poncheti y unas de San Miguel (esta insuficiente cantidad de priba hacía necesario comprar provisiones en la capital del Turia).



A las 17:00 nos pusimos en camino, pero no sin antes pasar por casa de Capitán Vinilo para coger el ambientador de la Santina, que más adelante iba a hacer notar su presencia. Cuando embocábamos la recta del parque nos encontramos al padre del Chiqui, que muy sorprendido no se creía que nos íbamos a Valencia, con lo cual su hijo lo más seguro que tampoco se lo creía y al enterarse se estaría comiendo las uñas de los pies. Y hala, pá Valencia.

Por motivos de nuestra precariedad económica, entramos en la zona de reconquista, es decir CAZURRANDIA, por el Pajares. En el paso por Mieres quedó claro nuestra simpatía por la zona y sus gentes, je,je. Se notaba que el coche era nuevo ya que le costaba algo subir esas empinadas cuestas. Lo que más nos extrañó era que la temperatura del aceite no pasase de los 900 y que la aguja del gasoil tampoco se movía. En el Parador de Pajares nos posamos a hacernos la primera foto mongola y ¡coño!, el coche olía mucho a quemado (no confundir con que los de dentro del coche somos unos quemados, que es diferente).Aquí hubo el primer cambio de chofer, CHEF cogió los mandos de la máquina.


Lo que en un principio era: - No ensuciéis mucho el coche. Pasó a un segundo plano cuando se abrió la primera bolsa de Chetos y Filipinos. Poco a poco la bandeja de atrás se fue convirtiendo en zona vertedero. Y cuando nos quitamos los zapatos, bueno, sin comentarios.


Entre una cosa y otra nos plantamos en la capital de Cazurrandia, León, porque Capitán Vinilo se quería comprar el disco homenaje-tributo a LOS FLECHAZOS. Como unos camaleones nos transformamos de Ignominiosos On Tour, en unos despistados TÚRISSS para dar con la calle de Chelsea (la tienda de Los Flechazos). Mira que no hay coches en todo León, que nos pusimos al lado de una Kadet Gsi con dos lugareños con cara de malos - malísimos y collarines: -Oye, la calle del Chelsea
- Ahí al lado la tenéis.


Los lugareños, pese a su pinta de malos, fueron muy amables pero debido a la rigidez de sus cuellos no nos miraron cuando les dimos las gracias. Menos mal, porque nos estábamos partiendo el culo de ellos.


Aparcamos el coche y el Capitán Vinilo y yo nos fuimos a la tienda a por el disco. Nada más entrar a Capitán Vinilo casi le da un síncope y es estaba Elena Flechazos atendiendo (tampoco era para tanto la tía). Tras rebuscar entre los discos y no encontrarlo, se fue a preguntarle por el disco, pero para su tremenda tristeza aún no había salido (y eso que los de Radio 3 habían anunciado su lanzamiento hace ya algún tiempo). Pos ala, pál coche y rumbo a Valencia.


Debido a lo aburrido del paisaje y como no había otra cosa que hacer nos fuimos memorizando dónde estaban los putis o casas de alterne desde León a Madrí. También debido al aburrimiento empezamos a sacar los pies por las ventanas (esto se estaba empezando a convertir en un verdadero viaje ignominioso).


La siguiente parada fue en una estación de servicio un poco antes de Madrí dónde hicimos merienda-cena. Debido al aburrimiento decidimos comprar una de esas revistas para camioneros, y no era el CAMIÓN, sino más bien una de esas en la que las chicas van ligeritas ropa y nos cuentas con todo detenimiento y fotos sus experiencias más guarras. Pero cual sería nuestra sorpresa al no encontrar una sola jodida revista porno en todo el viaje de ida (para el viaje de vuelta si que las había, pero debido a la compañía que traeríamos no era de recibo comprarla). En esta gasolinera, el Capitán Vinilo se dio cuenta que las vigas están hechas de un material más duro que su cabeza. Este descubrimiento, como todos los científicos se produjo de casualidad, cuando tras ir a tirar la bolsa de basura a una papelera y levantar su cabeza, esta, en su trayectoria ascendente se encontró con un obstáculo en forma de viga. El golpe fue considerable, con lo que el chichón que le salió le duró unos cuantos días. Como venganza dejó su huella en los baños de dicha gasolinera (tanto hablar de los putos jarcorianos que joden las paredes para convertirse al rato en uno de ellos).


El viaje continuó sin ninguna incidencia hasta la siguiente gasolinera desde dónde llamamos cada uno a nuestros respectivos hogares. Aquí se produjo un hecho reseñable. CHEF vio en el parking un coche con matrícula de la O, es decir, matrícula de Oviedo, a lo que se apresuró a decir: -Eh¡ mirar un coche de Oviedo¡. No le dimos mayor importancia hasta que vimos que dicho coche pertenecía a una familia de peruanos o bolivianos que estaban hablando con media comandancia de la Guardia Civil, ya que estaban allí con tres coches de la Menemérita (risas y carcajadas a la salud de CHEF). Por supuesto también aquí dejamos un pequeño recuerdo en forma de pintadas en un letrero.


Sin nada más que contar llegamos a Valencia. A unos 15 kms. o así le enviamos un mensaje al Richard y otro al Puto para que nos vinieran a buscar. A medida que nos acercábamos a Valencia una extraña sensación iba inundando el coche, que a estas alturas era más bien una patera con cuatro ruedas debido a la cantidad de mierda que había tirado por él. Un extraño olor iba haciéndose cada vez más fuerte, y no eran los pies de Capitán Vinilo. Pensamos que sería por alguna empresa de las proximidades, pero cuanto más nos acercábamos a Valencia cada vez era peor. ¡Joder, olía peor que la Ría de Avilés¡. Nos empezamos a impacientar ya que no recibíamos contestación ni por parte del Richard ni por el Puto. Algo nos olía mal, y no era sólo por el olor a mierda de Valencia. Como unos túrisss extranjeros intentamos dar con la calle Reus, pero nada. A eso de las tres por fin llamó el Richard, menos mal, ya creíamos que nos iban a dejar tirados después de 10 horas de viaje.


Nos encontramos en el nuevo centro comercial, y tras los típicos saludos, pál domicilio del Richard. Pero había un pequeño problema, los padres de este individuo estaban en su casa por lo que alguien se tendría que sacrificar e ir a casa del Puto. Mierda, los corderos que irían al matadero éramos CHEF y yo. El Puto se hizo esperar una hora (como siempre) y tras un poco de cháchara cada uno para su casa, y Dios a la de todos. Antes de llevarnos a su casa y para que nos fuésemos imaginando lo que nos iba a esperar mañana nos llevó a unos antros de esos de juerga, a una playa a 20 kms. de Valencia. Vaya antros, con música pachún, pachún, tíos con cara y pinta de malos malísimos, las tías cojonudas, los coches todos llenos de empalmados pastilleros con la música de bacaladero a todo volumen. No se puede describir con palabras, había que estar allí para verlo.


Tras esto para casa. Lo que en un principio nos pareció una casa cojonudísima pronto se convirtió en un cuchitril. Los grifos del baño perdían y le caía agua al vecino de abajo, las persianas no bajaba ninguna hasta abajo, el suelo más que ignominioso era una mezcla de arena, suciedad-polvo-pelusillas, las habitaciones todas sucias, un baño lleno de trastos, la nevera vacía, el pan integral pasado y con moho, en fin, si lo ve cualquier madre le da allí mismo un patatús.
 
Y porque no terminas la historia?????????? no me gusta que me dejen a medias. :evil:
 
Sábado 15 de Julio (S. Buenaventura)

Entre la luz que se colaba por la persiana que no llegaba hasta abajo, el ruido de los coches apurando las frenadas en los semáforos de la calle, y el dormir en una cama que no es la tuya, esa noche no dormimos casi nada, por lo menos CHEF y yo, ya que Capitán Vinilo y Dog se dedicaron a hacer pases de modelo con la ropa íntima de la Trini, la compañera de piso del Richard. Al parecer, y siempre citando fuentes anónimas, el Richard le dejó una nota a su compañera de piso, que esa noche tenía cuartel, que tuviese cuidado al entrar en su habitación ya que iba a estar durmiendo Dog en su cama. (No os creáis que por la mañana entró la Trini y, como si de una peli porno se tratase, se tirase encima del Dog, nada, nada). También, sigo citando fuentes anónimas, el individuo que responde al apelativo del Richard en una conversación matutina con su señora madre hizo una pequeña referencia al tamaña del pene del Dog al despertar y la posibilidad de encontrarse con la Trini de esta guisa por la mañana cuando esta entrase en su habitación (ca un ye ca un, y ya se sabe la relación de confianza que el Richard tiene con su madre).


Retomando mi despertar, como de costumbre me dirigí a la cocina para desayunar, y tras buscar y rebuscar por toda la puta cocina no encontré nada que mojar en el Cola-Cao. Sería roñas el Puto, no tenía ni magdalenas, ni valencianas, ni bizcochos, ni galletas. Tuve que echar mano de pan del día anterior que me había sobrado de la cena (al más puro estilo supervivencia). Y eso que dicen que el desayuno es la comida más importante del día.


Tras un aseo rápido (no se nos marchase el moreno), para casa de Ríchar, que era nuestro punto de reunión. Aquí conocimos a un montón de amigas de Ríchar y del Puto, y echando mano de la estadística y de las tías observadas por las calles, yo diría que no eran para nada representativas de la fauna femenina del lugar Valencia. Menos dos, que por cierto eran explosivas, las demás eran buenas chavalas, y con esto lo digo todo. El Ríchar tanto hablar de su compañera, que si está buenísima, que si tiene un cuerpazo, que si patatín, que si patatán, pues al final se quedó en un fiasco para los ojos de estos cuatro ternascos astures deseosos de carne femenina valenciana (la verdad es que carne tenían las dos amigas en abundancia). Tras esperar casi una hora para que llegasen qué sé yo cuantas amigas más, nos fuimos por fin a la Playa de Canet, que está ni más ni menos que a casi 30 kms. de Valencia. Tanta bandera azul, tanta calidad del agua, ¡¡¡LOS COJONES¡¡¡ para playas, las de Asturias. Resulta que la de Valencia que si está sucia, la otra que si tiene medusas, la otra que no sé qué. Parafraseando a un amigo, CACHO MIERDA PLAYAS.


Estuvimos en la playa todo el día viendo pasar churris por aquí, chirris por allá. Buen ganao, si señor. Aquí si que se puede bañar uno, el agua estaba a una temperatura óptima. Tras un primer baño matutino al más puro estilo MANO, PASEO, PARQUE, comimos para reponer fuerzas del esfuerzo físico realizado, y es que nadar cansa (con nadar quiero decir no hacer nada). Mientras comíamos llegaron otras amigas del Richard, y estas si que estaban buenas, algo fondonas, pero en comparación con las otras dos ahora si que había very high level. Yo quedé algo impactado debido al bañador de una de ellas (no comment) por lo que mi conversación con ellas más bien fueron una serie de balbuceos casi incoherentes, unidos con la respectiva caída de baba (el cerebro va más rápido que el cuerpo, y en una mente como la mía, pues,…).


Por la tarde, tras comer intentamos dormir la siesta en la playa, pero la alta temperatura ambiente–corporal lo hacia casi una misión imposible, por lo que nos dedicamos a jugar un poco con la pelota, de nuevo al más puro estilo MANO, PASEO, PARQUE. Lo que en principio era un simple rondo, poco a poco y debido a los balonazos, se acabó convirtiendo en el famoso juego del verano: CUIDADO Y APÁRTESE DE LA TRAYECTORIA DEL BALÓN, SEÑOR TÚRISSS. El baño de por la tarde si que fue mítico, tratando de emular a Rafa Pascual (el del voleibol) entablamos un pequeño partidillo en el agua. Ahora si que nuestra estampa era la de cinco subnormales jugando con una pelota en el agua, ya que no le dábamos más de tres veces seguidas al balón.


Tras todo el día en la playa y con unas considerables quemaduras repartidas uniformemente por todo el cuerpo nos fuimos para casa, que había que ponerse guapos para salir por la noche y conocer la movida valenciana. Pero antes, la típica parada en un Alcampo para dotarnos de provisiones. Unas cherverchitas, una de güisqui, y algo para mezclar, Coca-Cola y Trina (no confundir con la Trini, compañera de piso). Esta parada parece que no le hizo mucha gracia al Richard, debido a la presencia de sus progenitores y de su hermano, pero no sé porqué ya que dicho individuo, para refrescar la memoria, fue el que llegando un día de la gira, en bolas por el pasillo de su casa y delante de su madre y hermano, comenzó a gritar: ¡¡VAYA TAJADA, VAYA TAJADA¡¡ (Repito de nuevo, ca un ye ca un).La verdad es que nos costó casi media hora salir del Alcampo debido a la enorme cantidad de gente que allí había comprando


Ya por la noche comprobamos el grado de sofisticación que tienen los Jorges-paleros de Valencia. En todas las calles había un palero que muy amablemente te indicaba dónde había un lugar para aparcar a cambio de la voluntad (si Jorge se entera de esto convierte La Felguera en un enorme parking, y monta su propia empresa).


Cenamos en un Pans & Company, dónde por una mierda de bocadillo te meten un rabo que no veas, y dónde no sé si por el hambre o simplemente por que CHEF es así, dicho individuo, haciendo patria, ante el top que llevaba una amiga del Richard (con manchas blancas sobre un fondo negro, de terciopelo), le dijo que le recordaba bastante a cierto animal que campa alegremente por las praderías astures. En fin, albertáes.


Tras la cena nos fuimos a tomar un café a una cervecería de la zona. Al entrar nos pareció bastante pija, pero esto iba a cambiar poco a poco. Primeramente, el bastardo del camarero me puso una cara de mala ostia cuando le pedí un café: -es que después de las once apagamos la cafetera. Bartolo de los cojones, ni Victor hace eso. Después nos trajo más bebida de la que habíamos pedido; en vez de una cerveza nos trajo una Coca-Cola. Más cara de mala ostia: -Pues yo tengo apuntado aquí dos colas. Tras una pequeña charla civilizada le convencimos que se había equivocado y que trajese la cerveza en vez de la cola. Cuando le pedimos la cuenta, el muy XXXX de XXXX no nos la trae y nos dice cuanto le debemos en total, por lo que no sabemos si nos cobró la cola y lo que nos pudo haber cobrado de más por otras cosas. Nuestro honor estaba mancillado, por lo que a la salida y debido a un problema con sus glándulas salivales y sinusitis, el Capitán Vinilo le dejó un recuerdo en forma de japa en una bandeja que había sobre la barra de dicho antro. QUE SE JODAN, y que den gracias al cielo que no estábamos moñas porque sino dicho individuo y yo hubiésemos redecorado en baño (al más puro estilo Confe), y el picaporte hubiese estado sin usarse durante bastante tiempo.


De aquí nos marchamos a una discoteca típica de la zona, cómo no, a unos 20 kms. de Valencia. El infierno señores, eso era la peor pesadilla que podíamos haber imaginado, una tortura. El Bananas, que así era como se llamaba aquel antro, era una macrodiscoteca con de vidrieras por el exterior y con un parking inmenso fuera. Aparcamos, y siguiendo las modas típicas de la zona, al botellón. Pero no sé lo que nos pasaba, no había chispa. Increíble señores, no teníamos ganas de pillar la grandísima moña. Lo intentamos sin lograr el resultado esperado. Una cerveza; nada. Otra cerveza; nada (Más vale que la gente no se entere de esto porque sino van a creer que nos estamos haciendo serios, responsables, y que no necesitamos beber para divertirnos). Mientras tanto veíamos como los lugareños subnormales se dedicaban a tirar de freno de mano por el parking con la música de sus radiocasets a todo volumen. Al acabar la segunda Sanmi, el Puto tuvo la peor idea de todo el fin de semana; entrar al Bananas. Un infierno, Dios mío. 700 pelas de entrada no compensaban que en dicha entrada dos tetudas estuviesen bailando de forma sexi para entonar al personal. Según el Puto había tres pistas de baile: la del bacalao (puchún, puchún), la revival (más puchún, puchún), y la hortera-discotequera-bailonga (con Enrique Iglesias y Ricky Martín como mayores exponentes) pero para mi y tras mucho tiempo allí dentro eran todas iguales. Lo único bueno de toda la discoteca era una zona donde si pedías un chupito te sacaban a bailar unas señoritas y de una forma sensual te dejaban en bolas para que toda la discoteca se riese de tu prominente erección de pichilín.
La fauna local era muy uniforme: los tíos vestidos todos igual con sus gorritos del “Primo Gitano” y las churris con vestidos escotados que quitaban el hipo, al más puro estilo, loba, lobona. Seguían sin cundir las 700 pelas. Tardamos unas cuantas horas en salir de aquel antro, y cuando llegamos a dónde teníamos los coches pudimos comprobar como se folla en una C-15, la cual estaba aparcada a nuestro lado.


Ya de vuelta a casa el Puto quiso realizar un experimento que tenía ganas de llevar a cabo: conducir con los ojos cerrados. Dicho experimento se frustró debido a que su hermana continuamente le hacía abrir los ojos.


Esta noche, debido al cansancio de todo el día ya nos dormimos rápido y casi ni nos dimos cuenta de los frenazos de los lugareños. Los habitantes de la otra casa del “Gran Gitano” seguían estando hacinados ya que hasta la mañana siguiente nos se iban los padres del Richard, por lo que el Capitán Vinilo y el Dog tuvieron que dormir juntos. ¡¡¡Qué guapo ye el querese¡¡¡
 
Domingo 16 de Julio (Nuestra Señora del Carmen)


En casa del Puto nos levantamos sobre las doce, y tras diez minutos buscando algo para mojar el Cola-Cao me tuve que conformar con pan integral con fibra, ya que pan integral normal estaba cubierto de una capa espesa de moho. Tras desayunar, a ver la tele al salón hasta la hora de comer, dónde Puto intentó hacernos espaguetis. Menos mal que le sacamos de encima de las potas porque sino hubiésemos comido espaguetis requemados y repegados. Se ve que no cocina mucho el chaval.
Tras el Tour nos fuimos a dar una vuelta por Valencia para que el Capitán Vinilo pudiese ver e Pinball, bar de ambiente mod de Valencia. Estuvimos casi dos horas buscándolo, pero que si quies arroz Catalina, no dimos con él por más que preguntamos a los lugareños. Tanto caminar nos dio sed y fuimos a tomar algo a un bar y ,cómo no, había que tomar una bebida local típica, “el agua de valencia ”. Al principio temimos que por ese nombre y debido al olor que despedía la ciudad se tratase de agua de las alcantarillas. En realidad era zumo de naranja con ginebra, si no recuerdo mal. Desde este bar pudimos ver a la fauna local en todo su esplendor: yonquis con cientos de cadenas y teléfono móvil, túrisss extranjeros aún más perdidos que nosotros, e incluso al maricón del camarero de la noche anterior. Al decir maricón hago referencia no sólo a esta palabra como insulto despectivo, sino también a su condición sexual.


Dimos otra vuelta para ver si encontrábamos el Pinball, pero nada, y nos fuimos a cenar a casa del Richard unas pizzas. Mientras veíamos El Gran Gitano llegaron las pizzas, entre las cuales había una denominada SORPRESA. A los comensales este nombre no nos gustó nada, y menos al abrirla para ver de qué era. No tuvo mucho éxito esta variedad de pizza por lo que nos tiramos como locos a comer la de queso y la de carne. Al acabar de cenar, vinieron unas vecinas del Richard a tomar el café (estas si que estaban buenas-buenísimas). Nos tomamos el café en muy buena compañía y nos marchamos a dar una tourné por la noche valenciana. Antes nos informamos bien de dónde podíamos probar el sistema de frenado de nuestro World Tano Car. Dicho lugar estaba al final de la playa de la Malvarrosa de Valencia, por dónde campan a sus anchas las señoritas en dicha ciudad. Era un descampado con piedras que durante el día sirve de aparcamiento para la gente que va a la playa y por la noche ,al parecer, van las parejitas que no tienen domicilio propio a realizar guarreridas. Cuando llegamos sólo había un coche, que no tardó de desaparecer del lugar debido a que le comenzamos a sacar todo el jugo al coche alquilado. Primero yo tiré un poco de freno de mano, saliduquis, luego Luqui hizo lo propio con el bólido. Chef lo cogió entonces, y para su deshonra se le caló. Ahí Dios mío, tantos años de carnet para que se te cale el coche haciendo el burro. Como para llevarlo a atracar un banco. Dog intentó hacer un 360 pero el coche hizo un ruido raro y dejamos de hacer el burro. Después nos fuimos a dar una pequeña vuelta por una de las zonas representativas de la city, es decir, por un barrio de putas. Pero extrañamente sólo había mulatonas. Lo más seguro que estabamos en la zona de las mulatonas, y que habría más zonas acondicionadas para tales fines. Al final de esta calle llegamos a un barrio donde extrañamente no había luz en la calle, a lo cual Luqui dijo: - Me parece que aquí es donde apuñalaron a un camionero por atropellar a un gitano. No hizo falta decir nada, el coche como si se condujese él solo dio media vuelta y pá casina. La vuelta a casa fue algo complicada debido a nuestra condición de túrisss en ciudad extraña. Bah¡, estuvimos casi media hora dando vueltas por Valencia hasta que encontramos nuestras respectivas moradas.


En casa del Puto nos acostamos nada más llegar, pero parece que en la casa del “Gran Ríchar” el Capitán Vinilo y el Dog se quedaron a ver una de esas películas que se usan para eliminar tensiones, y que en su mayoría carecen de un argumento consistente, es decir, una peli porno que el Richard tenía escondida por casa pero que el Capitán Vinilo encontró rápidamente.
 
Lunes 17 de Julio (S. Alejo)

>Para desayunar y debido a que no había nada de nada tuve que echar Corn Fleks al Cola-Cao, al más puro estilo americano.


Hoy iba a ser un día de relax por lo que nos fuimos al centro a dar un pequeño tour (pequeño, los cojones, que estuvimos toda la puta mañana paseando por Valencia) y continuar con nuestra actitud de túrisss. Primera odisea, encontrar sitio para aparcar. Siguiendo los dictados del Puto, no encontramos sito para aparcar ni de casualidad por lo que nos aventuramos a dar una vuelta por el casco antiguo con el coche para encontrar algún sitio para dejarlo. Tras media hora dando vueltas por el casco antiguo con el coche por fín encontramos sitio dónde aparcar. Dimos un paseo por el mercado, pasamos por las mismas calles unas cinco veces, las cuales están llenas de putis (allí pudimos ver como un enanito se marchaba con una mulatona), y por fin dimos con el FNAC una especie de LP (la tienda esa de La Felguera donde venden discos) pero a lo grade, es decir, como un centro comercial pero sólo de libros, cd´s, televisores,… Debido a que llevábamos toda la mañana por ahí caminando nos fuimos a tomar algo a una cafetería que era una especie de museo de la Coca-Cola y de San Miguel, y de aquí para casa.


El Puto quería preparar arroz para comer, y de nuevo su ineptitud en la cocina saltó a la palestra; el muy burro no quería revolver el arroz. Menos mal que yo, avezado en el mundo de la cocina, puse orden en aquel cuchitril y removí un poco el arroz por abajo para que no se pegase ya que sino hubiésemos comido arroz a la chamusquina.


Por la tarde no fuimos a hacer más turismo a las zonas típicas de Valencia, es decir, la Playa del Saler (una mierda de playa llena de piedras y cascotes de escombros de edificaciones próximas) y la Albufera (una llamarga de la cual los valencianos estaban todos orgullosos).


Antes de salir de Valencia vimos a dos churris de lo más representativo de la fauna local, y si no mirar la foto que presto y veloz les sacó CHEF.


En la vuelta a casa fue donde se puso de moda sacar el brazo derecho por la ventanilla y al grito de ¡¡ARRIBA¡¡ atemorizar a los lugareños. A esto contribuyó la cinta de Ilegales que en esos momentos sonaba dentro del coche.


Puto tenía ganas de que tomásemos otro postre típico del lugar: la horchata, para lo cual nos tuvo durante una hora dando vueltas por los extrarradios de Valencia, conociendo todos los suburbios. Tras este tour por los extrarradios por fin llegamos a la horchatería, dónde nos pusimos como focas a base de fartons y otro postre típico que a mi me parecían los Dónuts de Pandul. Para amenizar la estancia en la horchatería, una camarera de dicho establecimiento intentó infructuosamente arrancar su moto durante casi 15 minutos. Si pudieseis haber visto como sudaba la pobre y lo colorada que estaba. Todo un espectáculo.


En verdad esta merienda cundió poco por lo que decidimos ir a cenar a un Mc Donalds dentro de un centro comercial y de paso ver la “Cuidad de la Artes y las Ciencias”. Como era de noche la verdad es que no vimos mucho por lo que decidimos ir a visitarla al día siguiente por la mañana, y fuimos a dejar el coche en el parking del centro comercial. Entramos en el parking y ante las dudas y las vueltas que estaba dando CHEF por el parking, como si no hubiese plaza para aparcarlo, le grite:
¡¡¡MIRA QUE NO HAY SITIO, EH¡¡¡, ¡¡MIRA QUE NO HAY SITIO¡¡¡. Tras estas pequeñas voces a nuestro conductor, este aparcó rápidamente.


Subimos al centro comercial, cenamos, y ¡hala¡ a hacernos fotos en actitud mongola. En las escaleras mecánicas, en los coches de 5 duros de los críos pequeños, en una especie de set de entrevistas (de aquí nos echaron unos guardias de seguridad).


De vuelta a casa hicimos un poco el burro con los coches por medio de Valencia, es decir, hacernos fotos de un coche a otro, pasarnos los móviles y las cámaras, pequeñas salidas y frenazos bruscos, en fin, ya sabéis, como si fuésemos los de Historias del Kronen. (es mentira)


De vuelta a casa pasamos por Meestalla, campo del Valencia (forsa Farinós y Gerard) donde a grito pelado cantamos el Capitán Vinilo y yo el glorioso himno de nuestro gran Real Oviedo.


Como el sueño se iba acumulando paulatinamente nada más acostarnos nos dormimos, aunque en casa del “Gran Ríchar” tuvieron que compartir de nuevo cama Capitán Vinilo y el Dog. ¿Saldrá algo de esta relación?
 
Martes 18 de Julio (S. Federico)


De nuevo en el desayuno tuve de mojar los Corn Flecs en el Cola-Cao, y el Puto que no compraba nada para desayunar.


En casa del “Gran Ríchar”, el Capitán Vinilo se levantó a las 8:00 a.m. para ir a ver tiendas de discos y de ropa, mientras los demás despertábamos más tarde. Me olvidé decir, que ayer al igual que hoy, Luqui, CHEF y yo teníamos que ir desde casa del Puto hasta casa del “Gran Ríchar” caminando, lo que nos llevaba casi un cuarto de hora.
A ver, vuelvo dónde lo dejé. Con el Capitán Vinilo quedamos a las doce en la Plaza del Ayuntamiento. Primero pasamos por la oficina de información turística para pertrecharnos de mapas y planos de la cuidad. El individuo que estaba atendiéndola era algo “raro” ya que cuando le preguntábamos por tal o cual museo, pues siempre respondía de la misma forma: -Ahi si, tenéis que ir, que es divino. ¿Algo rarito el individuo, no?.


A las doce, como habíamos acordado, todos en la Plaza del Ayuntamiento, de aquí al Museo de Historia Militar (un cuarto de hora caminando), a Meestalla (otro cuarto de hora caminando), dónde entramos como Pancho por su casa. Aquí el Capitán Vinilo encontró una banderita de España con una capa de polvo encima de por lo menos 20 años. Típicas fotos en el palco de autoridades con pose patriota debido a la banderita. Más tarde a la cuidad de las Artes y las Ciencias, que hoy si que estaba abierta, aunque sólo lo estaba el Hemisferic. Menos mal que desde Meestalla hasta aquí fuimos en coche porque sino íbamos a hacer nosotros más kilómetros caminando que el coche. Más fotos en El Hemisferic, compra de recuerdos, que por cierto eran un huevo de caros y pa casina a jalar, que por la tarde íbamos a ir a la playa. En casa del Puto hoy si que comimos en condiciones ya que nos hicimos nosotros la comida.
Habíamos quedado a las cinco para ir a la playa pero el Capitán Vinilo y el Dog no aparecían. Así a las cinco y media, las seis, las seis y media. Por fin aparecieron a las siete. Los muy cabrones decían que habían picado al timbre de la calle pero que o no les habíamos oído o que no les quisimos abrir. Pasados unos minutos dándonos las típicas voces por dicha putadita, pues nos pusimos manos a la obra, A JODER AL PUTO, por haberse largado con bebida de una fiesta en casa de unas conocidas.


No me acuerdo de todo lo que le hicimos pero más o menos podría resumirse de la siguiente manera:
- Ya que el muy cabrón nos había marchado con priba, y nosotros no podíamos caer tan bajo, pues la suya se la escondimos por toda la casa. Las botellas de la caja de sidra que tenía se dispersaron por toda la casa; en el retrete, en la lavadora, en el otro baño metidas dentro de cajas que tenía allí tiradas, escondidas dentro de los armarios o bien bajo la ropa.
- Un inmenso tapiz que tenía colgado en el salón pues ahora cumplía la función de puerta de la terraza.
- El piolín ahorcado de unas lámparas en el salón.
- La torre de cd´s escondida dentro de un armario.
- Los cuadros bien escondidos bien cambiados de lugar.
- Los zapatos, a modo de pisadas, puestos por el pasillo.
- Las botas militares sobre los altavoces de la cadena.
- La cortina de la ducha en medio del pasillo.
- Fotos indecentes con su cámara, que cuando las lleve a revelar se va a caer para atrás.
- Etc,…


Que conste que no lo hicimos solos, sino que Luqui también colaboró, y si no basta con echar un vistazo a las fotos.


Después de redecorarle el piso al Puto, a casa del Richard para que esos dos (el Capitán Vinilo y el Dog) recogiesen sus cosas. Antes de marcharnos para nuestra patria querida recobramos fuerzas a base de fartons y magdalenas mojadas en ponche-cola. Nada mejor que un buen tentempié para comenzar un largo viaje.


El viaje comenzó, como no podía ser de otra forma, perdiéndonos por Valencia, lo que nos auguraba un bonito y entrañable tour. Con la bandera de nuestra patria desplegada sobre la bandeja trasera de nuestra World Tano Car saludábamos a los camioneros astures que nos cruzábamos. Con el paso del tiempo el ánimo decayó y afloraron las típicas conversaciones de personas adultas, es decir, Gi.joes, los famobil-playmobil-airgamboys, la experiencia con gentes de otras galaxias que tuvimos el Capitán Vinilo y yo en Perlora cuando éramos tiernos lechones, los tato-chistes,…y poco a poco nos empezamos a meter con Luqui, debido a lo cual salió de mi boca la siguiente frase: -JOLIN, VAYA JUEGO QUE DAS, EH LUQUI. Lejos de toda intención de ofender, quise hacer referencia a que “gracias” a ella y sus conversaciones, pues no tuvimos que estar rajando ni de su hermano ni de Ríchar.


Como ya dije en la primera parte de mi relato, en todas las gasolineras que parábamos había muchas revistas porno, e incluso en una había una promoción de 3 x 1000 pesetas, toda una ganga, pero llevando a una señorita en el vehículo no era de recibo ir viendo fotos porno ni leer en alto los relatos eróticos.
La verdad es que la chica aguantó lo suyo, e incluso en un gesto que la honra entró en el Club de los Ignominiosos. No sólo hizo pintadas en la casa de al lado de un puticlub, contó chistes de culos, tetas y poyas, sinó que gracias a ella nos pudimos tomar las mejores instantáneas de todo el viaje enfrente de dos de esos antros de perdición. Bienvenida al Club de los Ignominiosos.


En Madrí, y debajo del Manzanares, debido a unos problemas respiratorios, es decir la garganta algo irritada por el aire acondicionado, bajé mi ventanilla y escupí una buena japa al mierda campo ese de segunda (el campo del Patético de Madrí). Al escupir pasaba al lado de nuestro coche otro vehículo que al ver mi acción aplaudió y me dio la enhorabuena.


Tras este suceso el sueño invadió poco a poco nuestro World Tano Car por lo que, al más puro estilo Nocheviaja, el tiempo me pasó volando. Sólo despertaba cuando parábamos a hacernos fotos en los putis, y de vuelta al coche otra vez a sobar. Creo que Luqui tenía el mismo problema de sueño.


Al llegar al Pajares el frió invadió el ambiente (el termómetro del coche bajó de los veintipico grados a los quince) por lo que nos vestimos más adecuadamente, es decir, como si fuese casi invierno.


Al llegar a Langreo y como unos caballeros (la ignominia no quita la caballerosidad) llevamos primero a Luqui a casa, luego me depositaron a mi en la mía y por último al Capitán Vinilo.


CHEF y Dog fueron a llevar el coche a Oviedo, y como aún eran las seis y media de la mañana y hasta las nueve no abrían lo de los coches estuvieron durmiendo un rato en el coche. Como no comentaron nada, la devolución de este no debió suponerles ningún problema, lo único que tal vez le tendrían que quitar la capa de polvo al coche con una espátula (que se jodan).
Toda una aventura, no?


Como ya dije al principio todo es verídico, cierto. Si Amenabar quiere hacer la peli que sepa que le vamos a cobrar derechos de imagen y que en el casting queremos estar presentes para ver quien va a ser cada uno.



Papá, si lees esto, no te creas nada, es todo imaginación de mi calenturienta mente. El resto de la gente que lo lea y no encuentre pasajes ni de sexo ni de alcohol, que no rebusque, que no hay nada.
 
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