Esto me recuerda mucho a un jambo con el que estudiaba en mis años mozos, regordete, con gafas y con barriga cervecera de cuarentón, torpe e idiota hasta no poder más, que andaba así como si tuviera el culo abierto, muy raro, con las piernas abiertas, como si le hubieran trasplantado las piernas de otro. Se reían de él por ese motivo, y un día respondió a sus acosadores diciéndoles que si andaba así era porque tenía los güebos muy gordos y no le cabían en la entrepierna. Fue una buena respuesta, sin duda, pero no se ajustaba a la realidad del personaje.
A partir de esa respuesta, las burlas e insultos se acrecentaron, y en el propio vestuario, previo a las clases de gimnasia, se descubrió que tenía micropene, y que sus pelotas eran como dos huesos de aceitunas, llegaron a decirle que ni las hormigas podían llegar al orgasmo con él y otra serie de chascarrillos injuriantes e hilarantes. Yo, que nunca me metía en estos berenjenales, porque nunca me ha gustado humillar a nadie, he de reconocer que me partía viendo estas cosas.
El caso del forero mencionado parece algo por el estilo, viene haciéndose el hombrecito cuando es posible que cualquiera de sus hermanas o su propia madre calce más de clítoris que él de cipote, pero aquí el microgenitalismo es endémico, y una especie de seña de identidad del foro, aunque gusta más camuflarlo con un aristocrático pathos de la distancia, desde la soledad granítica de nuestro hikkimorismo recalcitrante.