LeChuck
Freak total
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Pues eso.
Estaba ayer con unos confidentes en una cafetería nunca falta de clientela. Será la ubicación, ya que por lo demás es del montón. Y la mesa de billar, donde los caballeros mas refinados juegan mientras departen sobre los mas elevados temas. Y la camarera culona.
Había también un señor que supongo era el dueño, pues a ratos se parapetaba en la barra y se tomaba algo como si fuese un cliente más, junto a esa clase de parroquianos mas bien vetustos que gustan de sentarse en fila como gorriones en el tendido eléctrico, tomando un café y mirando a la nada durante 40 minutos. A ratos se levantaba y recogía vasos y tazas, y también andaba tras la barra de vez en cuando.
El caso es que un colega había ido a miccionar, y cuando se percató del estatus del hombre ese dijo "Que puto asco. Al pavo ese lo tenia fichado porque se ha ido del baño sin lavarse las manos y anda sirviendo copas, el tío cerdo"
A lo que otro colega, que había llegado antes y nos había esperado agregó "¿¡Ese!? Ese es un gilipollas de cuidado. Cuando he llegado le he pedido que me ponga una caña y me ha respondido: yo las cañas no las pongo. Yo me las bebo. Y se ha ido y me ha dejado con toda la cara de bobo"
Yo me las bebo. ¡Eh! jejejeee titiritiriiii
Cara de bobo, si, pero eso no significa que por ello no te vayan a atender en una cafetería.
Puede que en ese bar solo se sirva en la barra, pero aun así no me parecen esos modales para tratar a un grupo de distinguidos varones como eramos nosotros.
Con todos los bares que hay por aquí, eso fue mas que suficiente para, rehusando reclamar nuestro honor de vuelta con una sonora bofetada con guante de seda, decidir no volver Hamás. Ese hombre a lo tonto perdió cuatro clientes, y de forma indirecta seguro que alguno más. No por ser especialmente maleducado o inepto, sino por ser uno de esos elementos que tanto abundan a los mandos de bares en este país. Un cateto. Un parguela que no tiene ni puta idea de dirigir un negocio ni tratar a la clientela.
La historia no es la polla en verso, pero es la mas reciente, y hace ya tiempo que no salgo demasiado por lo que tampoco tengo nada espectacular que contar que recuerde ahora mismo.
El hilo va de experiencias negativas en establecimientos desde el punto de vista del cliente, aunque tal vez haya muchas historias desde el otro bando. Allá cada cual.
Estaba ayer con unos confidentes en una cafetería nunca falta de clientela. Será la ubicación, ya que por lo demás es del montón. Y la mesa de billar, donde los caballeros mas refinados juegan mientras departen sobre los mas elevados temas. Y la camarera culona.
Había también un señor que supongo era el dueño, pues a ratos se parapetaba en la barra y se tomaba algo como si fuese un cliente más, junto a esa clase de parroquianos mas bien vetustos que gustan de sentarse en fila como gorriones en el tendido eléctrico, tomando un café y mirando a la nada durante 40 minutos. A ratos se levantaba y recogía vasos y tazas, y también andaba tras la barra de vez en cuando.
El caso es que un colega había ido a miccionar, y cuando se percató del estatus del hombre ese dijo "Que puto asco. Al pavo ese lo tenia fichado porque se ha ido del baño sin lavarse las manos y anda sirviendo copas, el tío cerdo"
A lo que otro colega, que había llegado antes y nos había esperado agregó "¿¡Ese!? Ese es un gilipollas de cuidado. Cuando he llegado le he pedido que me ponga una caña y me ha respondido: yo las cañas no las pongo. Yo me las bebo. Y se ha ido y me ha dejado con toda la cara de bobo"
Yo me las bebo. ¡Eh! jejejeee titiritiriiii
Cara de bobo, si, pero eso no significa que por ello no te vayan a atender en una cafetería.
Puede que en ese bar solo se sirva en la barra, pero aun así no me parecen esos modales para tratar a un grupo de distinguidos varones como eramos nosotros.
Con todos los bares que hay por aquí, eso fue mas que suficiente para, rehusando reclamar nuestro honor de vuelta con una sonora bofetada con guante de seda, decidir no volver Hamás. Ese hombre a lo tonto perdió cuatro clientes, y de forma indirecta seguro que alguno más. No por ser especialmente maleducado o inepto, sino por ser uno de esos elementos que tanto abundan a los mandos de bares en este país. Un cateto. Un parguela que no tiene ni puta idea de dirigir un negocio ni tratar a la clientela.
La historia no es la polla en verso, pero es la mas reciente, y hace ya tiempo que no salgo demasiado por lo que tampoco tengo nada espectacular que contar que recuerde ahora mismo.
El hilo va de experiencias negativas en establecimientos desde el punto de vista del cliente, aunque tal vez haya muchas historias desde el otro bando. Allá cada cual.