La película en sí no es mala, pero tampoco es buena ni aparenta que tuviese mimbres para ser algo más. Resulta demasiado correcta, realización correcta, actores correctos, ambientaciones correctas, no destaca en nada, no aporta nada nuevo ni sorprendente y tan solo por eso, por ser excesivamente correcta, resulta rutinaria y aburrida.
Pero no es eso ya lo más grave, lo más triste es su director Bryan Singer, que ya empieza a destacarse como el bluf de los últimos años. Todos conocemos ya "Sospechosos Habituales", poco hay que decir de ella, "Public Access" que es una peli muy buena (y no soy el más guay, la vi después de ver Sospechosos), pero desde "Verano de Corrupción" que se puede ver pero le falta algo, es que no levanta cabeza y parece que la cosa no tiene solución. Y sí, ya lo sé, las de los equismen son molonas, pero entendedme, esas las hace cualquiera.