Video de la tortura de animales (gato en la caja voladora)

no es el hecho de que le dé una patada en una caja de cartón. es cuando el gato hace un break dance y el chaval se sigue riendo. ahí. ahí es cuando está condenado.
me pongo transcendental y no mola, pero le mataba a ostias hasta que temblara, no por miedo, sino por síntomas claros. los músculos se relajan, el cerebro ya no puede ordenar y el sistema nervioso hace lo que puede. y esto me pone cachonda. lo juro.
 
no es el hecho de que le dé una patada en una caja de cartón. es cuando el gato hace un break dance y el chaval se sigue riendo. ahí. ahí es cuando está condenado.
me pongo transcendental y no mola, pero le mataba a ostias hasta que temblara, no por miedo, sino por síntomas claros. los músculos se relajan, el cerebro ya no puede ordenar y el sistema nervioso hace lo que puede. y esto me pone cachonda. lo juro.

Eres como Gina Gross pero con cocaína en los bolsillos y un porro detrás de la oreja.
 
mijimovil rebuznó:
¿Desde cuando vienes tu echando cojones por aquí maricón?
Eres tonto,maricón y subnormal,haber si empiezas a ciclarte menos y estudiar más,que vestir con bolsitas es tristísimo,sino te gustan los gatos no te los folles y ya está,muérete,benchis...

haberestudiadoxw3.jpg
 
En una cabaña que yo tenía en el monte, y que visitaba de cuando en cuando, anidó una rata. El nido estaba bajo el tejado sobre una viga que pasaba por encima de donde se encontraba mi cama. La rata se pasó toda la noche queriendo llegar a su nido, que yo no sospechaba que tenía sobre mi cabeza, y nunca olvidaré aquella terrible noche tratando de ahuyentarla. A la mañana siguiente, y dado que la rata madre no había conseguido llegar hasta su nido, una ratita pequeña cayó sobre mi almohada, justo al lado de mi cabeza. Con ayuda de una escalera descubrí el nido en el que había hasta 7 ratitas recién nacidas. Sentí verdaderos escalofríos, pues las ratas, como las serpientes, son animales que no soporto. Con ayuda de una pequeña pala de albañil -un palaustre- cogí a los animalitos y los saqué al exterior de la casa.

Aún no les había salido el pelo y tenían los ojos cerrados, pero se retorcían y emitían unos finos aullidos, seguramente de hambre. Comprendí que tenía que matarlas antes de que apareciera otra vez su madre, pero no sabía cómo hacerlo. Preso de una gran excitación tomé un martillo, y sin querer ver lo que hacía empecé a dar martillazos con gran frenesí, a la par que gritaba para infundirme valor y no escuchar los lamentos de los animalitos. Cuando abrí de nuevo los ojos aún había una ratita retorciéndose en aquel charco de sangre, y le machaqué la cabeza con un último y certero martillazo. Luego, con la ayuda de la pala, tomé aquellos restos sanguinolentos y los enterré.

Al rato un vecino vino a visitarme, y me llamó la atención sobre las salpicaduras de sangre que había en mi camisa. Entonces le conté con todo lujo de detalles mi terrible experiencia. Mi vecino no paraba de reírse, y al final me dijo:
-Podrías haberlas metido en una bolsa y enterrarlas sin más, o después de meterlas un rato en un cubo con agua si te daba cosa enterrarlas vivas.

No se me había ocurrido.
Sin duda actué en un estado de ofuscación espero que transitoria.
 
Parece que han borrado el vidrio de los dos sitios.

Sé que no debería verlo, y si lo hago me arrepentiré y estaré unos cuantos días de mala hostia, pero no obstante, si alguien lo tiene, que me lo pase. Gracias.
 
cuellopavo rebuznó:
En una cabaña que yo tenía en el monte, y que visitaba de cuando en cuando, anidó una rata. El nido estaba bajo el tejado sobre una viga que pasaba por encima de donde se encontraba mi cama. La rata se pasó toda la noche queriendo llegar a su nido, que yo no sospechaba que tenía sobre mi cabeza, y nunca olvidaré aquella terrible noche tratando de ahuyentarla. A la mañana siguiente, y dado que la rata madre no había conseguido llegar hasta su nido, una ratita pequeña cayó sobre mi almohada, justo al lado de mi cabeza. Con ayuda de una escalera descubrí el nido en el que había hasta 7 ratitas recién nacidas. Sentí verdaderos escalofríos, pues las ratas, como las serpientes, son animales que no soporto. Con ayuda de una pequeña pala de albañil -un palaustre- cogí a los animalitos y los saqué al exterior de la casa.

Aún no les había salido el pelo y tenían los ojos cerrados, pero se retorcían y emitían unos finos aullidos, seguramente de hambre. Comprendí que tenía que matarlas antes de que apareciera otra vez su madre, pero no sabía cómo hacerlo. Preso de una gran excitación tomé un martillo, y sin querer ver lo que hacía empecé a dar martillazos con gran frenesí, a la par que gritaba para infundirme valor y no escuchar los lamentos de los animalitos. Cuando abrí de nuevo los ojos aún había una ratita retorciéndose en aquel charco de sangre, y le machaqué la cabeza con un último y certero martillazo. Luego, con la ayuda de la pala, tomé aquellos restos sanguinolentos y los enterré.

Al rato un vecino vino a visitarme, y me llamó la atención sobre las salpicaduras de sangre que había en mi camisa. Entonces le conté con todo lujo de detalles mi terrible experiencia. Mi vecino no paraba de reírse, y al final me dijo:
-Podrías haberlas metido en una bolsa y enterrarlas sin más, o después de meterlas un rato en un cubo con agua si te daba cosa enterrarlas vivas.

No se me había ocurrido.
Sin duda actué en un estado de ofuscación espero que transitoria.

has hecho adelantar mi hora de paja.

tendrías que haber matado a la madre también
 
La mejor manera de lolearse con un gato es desencajandole la columna cervical.
Se coge de la cabeza y del culo y se procede al estiramiento del gato, luego se desposita en el suelo.

Una vez el gato se encuentre en el suelo saldra corriendo, pero debido a su estado sera incapaz de cambiar de sentido o direccion, estellandose contra el primer obstaculo que se encuentre. El gato quedara plegado sobre si mismo formando una bola mientras agoniza.
 
sino por síntomas claros. los músculos se relajan, el cerebro ya no puede ordenar y el sistema nervioso hace lo que puede. y esto me pone cachonda. lo juro.


pero para eso no hacen falta ostias, una vez a un colega le paso fumandose un canuto de purple haze
 
has hecho adelantar mi hora de paja.

tendrías que haber matado a la madre también

Lo que no he contado es que mientras machacaba a las ratitas a martillazo limpio, de puro gusto se me empezó a caer un hilillo de babas por la comisura de los labios, y se me quedó incluso una heridita donde vino a posarse una mosca a la que atrapé con un rápido movimiento de labios. Aún recuerdo cómo zumbaban y vibraban sus alitas tratando de escapar.
Fue aquél sin duda uno de los grandes momentos de mi vida.
 
Lo que no he contado es que mientras machacaba a las ratitas a martillazo limpio, de puro gusto se me empezó a caer un hilillo de babas por la comisura de los labios, y se me quedó incluso una heridita donde vino a posarse una mosca a la que atrapé con un rápido movimiento de labios. Aún recuerdo cómo zumbaban y vibraban sus alitas tratando de escapar.
Fue aquél sin duda uno de los grandes momentos de mi vida.
Tendrías que haber violado a la madre rata, mientras les cortabas las fina capa de piel que mantenía cerrados los ojos de las crias, para que pudieran ver entre lágrimas de sangre la violación de su progenitora.

Ahora si que tu historia da para paja.
 
Por cierto, también maltrato a mi perro! Y lo maltrato precisamente porque es mío, y porque le pasa como a algunas mujeres, que cuanto más las castigas más te quieren.

Yo creo que al perro le gusta que le patee. En realidad está acostumbrado, y es la única forma que tiene de relacionarse conmigo. Se pasa el día encerrado en una estrecha terraza, y como le he propinado ya sus buenas palizas por mearse o cagarse en el único espacio que tiene, el pobrecito es capaz de agantar hasta más de 36 horas sin aliviarse. Cuando llego a casa, ya de noche, se pone a dar saltitos de alegría y me hace toda clase de zalamerías. En realidad lo que quiere es que lo saque a la calle, donde puede aliviarse a sus anchas. Pero es entonces cuando más lo puteo, pues a cada patada que le propino en el vientre se le escapa algo de orina, y entonces yo le regaño con grandes y amenazadoras voces hasta achararlo por completo… ¡y hasta llora de culpabilidad! Tras de unas caricias para congraciarme con él, le lleno su escudilla con agua -lleva todo el día sin beber-, pero el animal no se atreve ni a tocarla, porque como está a punto de reventar, con que beba un poquito vuelve a escapársele la orina… y ya sabe lo que le espera, jeje.

Finalmente, y después de haberle enseñado varias veces la correa, sin llegar a engancharlo, lo saco por fin a la calle -¡qué contento se pone el muy desgraciado!-, pero no le dejo mear hasta llegar a la puerta de la peluquería -odio al peluquero- donde mea como un caballo, y allí mismo caga, mas si alguien nos observa saco una bolsita de plástico y recojo la hez para echarla en un contenedor, con lo que todos los vecinos me toman por un ciudadano ejemplar. Si veo que nadie me observa se la dejo al peluquero, para que se la encuentre por la mañana en la puerta de su establecimiento… ¡ja!

Después de un breve paseo subimos a casa. Es la hora en que le suelo poner su comida, pero yo me hago el olvidadizo… y el pobre no sabe cómo ni se atreve a recordármelo. Cuando finalmente se la sirvo en su escudilla -después de fregarla minuciosamente, no por higiene, sino para hacerlo esperar un poco más- y después de dar buena cuenta de ella en unos pocos segundos -tal es su hambre y tan escasa la cantidad que le sirvo (seguro que no tiene colesterol en sangre, jejeje)- intenta colmarme con toda clase de halagos que yo rechazo con indiferencia.

Indiscutiblemente el perro es el mejor amigo del hombre.
 
Cuellipav, me parece que tú eres de los que tienen un chucho de estos

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y te comportas con él como esta señorita

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Las durezas para los pieses.
 
Capitán Hediondo rebuznó:
...

Las durezas para los pieses.

Ná, es que me transformo cuando se me da por releer a Fonollosa :
Todo es acostumbrarse. El primer perro
que uno acalla colgándolo de un árbol
o enterrándolo vivo en algún hoyo,
tal vez a alguien le cause una aprensión
o le produzco un cierto escalofrío.

Mas si sigue le llega a tomar gusto
y amplía la experiencia a otras especies.
Igual que el cazador que se ha habituado
a vigilar las presas. Y a parar
el veloz movimiento de la vida.
Todo es acostumbrarse simplemente.

Matar los animales no es un trauma
para quien lo practica con frecuencia.
Es el puro reflejo placentero
de liquidar urgencias sin reparos.
Y con seres humanos le es lo mismo.

Pero está claro que PL no es buen sitio para trollear, a quien coño vas a escandalizar aquí
 
Me dan asco los defensores de los animales.
Los que piensan que cualquier animal es mejor que una persona, me dan especialmente asco.

Pero no asco del plan odiar. Es el asco que te da ver como se expande la esupidez humana y te salpica. Como aquellos chupis que justifican los ataques tipo 11-S porque nos lo merecemos por ser perversos occidentales, como aquellas maltratadas que denuncian a aquel que cometido el error de haber agredido a su novio marroqui para defenderlas.

Yo no quiero ser asi, por LOL. Yo se que estoy por encima de cualquier animal y tambien por encima de muchos de los que en este hilo han escrito lamentandose como viejas.
 
no se ven los vidrios, ¿ alguien podría poner un link valido ? preparo nardo en mano ...
 
Me dan asco los defensores de los animales.
Los que piensan que cualquier animal es mejor que una persona, me dan especialmente asco.

Pero no asco del plan odiar. Es el asco que te da ver como se expande la esupidez humana y te salpica. Como aquellos chupis que justifican los ataques tipo 11-S porque nos lo merecemos por ser perversos occidentales, como aquellas maltratadas que denuncian a aquel que cometido el error de haber agredido a su novio marroqui para defenderlas.

Yo no quiero ser asi, por LOL. Yo se que estoy por encima de cualquier animal y tambien por encima de muchos de los que en este hilo han escrito lamentandose como viejas.

Vuelvete a genova, facha.
 
cuellopavo rebuznó:
Gilipollas cagando por la boca

Sólo mereces que te torturen lentamente y no te permitan morir nunca, sólo eres MIERDA y no mereces ni respirar.
 
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Qué monada.
 
Aquel que maltrata a un animal o paga contra los animales su mierdosa y frustrada vida, merece una muerte lenta y dolorosa. Y poco más que decir.

Veríamos si tendría tantos cojones con un tio de casi 2 metros, con mucha, pero muchísima mala hostia dentro.

El maltrato a los animales es patrimonio de cobardes, retrasados, cavernícolas y frustrados de la vida.

Para aquellos que os regodeais con estos actos, solo deciros que me comeis los cojones a la altura de ojete.
 
Bueno, en unos países despellejan a los visones, en otros matan a tiros a cachorritos, en otros tenemos las corridas de toros...
 
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