En junio te metiste conmigo y me hiciste daño, Bedel, soy muy sensible y te deseé algo malo. Siento que mi energía se tornase en furia en tu novio y te agrediese verbalmente. No era él, era la influencia de mi deseo lo que le empujó a ello. Lo siento, de verdad.
Y hace unos días también me ridiculizaste en el foro e insinuaste cosas sobre mí, para que los demás se riesen, otra vez me sentí mal por tu culpa y me temo que esa poderosa energía que genero haya sido la causante de que tu compañero de trabajo se vocease públicamente.
Yo no controlo el poder que tengo, pero sí que sé que afecta al más débil o vulnerable. Nunca he querido hablar de ello en el foro porque sabía que si os lo comentaba me marginarías, claro, nadie quiere meterse por la internet con alguien y que luego le pasen desgracias.
Lo de tu abuela es lo que más siento, como muy sabes vivo en el foro ya que soy un marginado social precisamente por mi poder, tengo en mi excel anotado que tu padre te odia por ser marica (cosa normal por otra parte) y que tu madre solo te soporta pero que tampoco te da todo el apoyo que te gustaría. Mencionaste que era tu abuela la que te daba ese apoyo moral que todos necesitamos. Pues bien, espero que no te lo tomes a mal, ya ha pasado tiempo, pero fui yo quien mató a tu abuela, Bedel, lo siento. Tú y unos pocos os reísteis de mí cuando abrir un hilo para compartir con todos que estoy solo y lo que siento al vivir en una cueva oscura. Te reíste, Bedel, te mofaste de mi condición, eso me dolió y te deseé que tú también te quedaras sin las personas queridas para que supieses lo que es estar solo en el mundo, sin la sensación de tener una persona que te quiere incondicionalmente. Te dije que te ibas a acordar de la hora en que menospreciaste mi sentimiento de soledad. Esa fue mi maldición, y ya ves que si te acuerdas de la maldita hora, si hasta se paró el reloj. Poco después murió la pobre mujer, ya lo siento, pero al fin y al cabo somos marionetas dotados de unos poderes por los dioses y ni siquiera podemos sentirnos culpables por los dones que nos otorgan.