


La mala pata de Yola
Berrocal sonríe, pero no tiene motivos. La mala suerte quiso que un tropiezo acabase con la rotura de su tibia izquierda y el paso por el quirófano para solucionarle este estropicio. Ahora le queda por delante una molesta rehabilitación que la madrileña superará con el optimismo que le caracteriza.
A pesar del percance que está sufriendo, Yola sonríe a la cámara haciendo gala de su actitud positiva ante la vida. Ataviada con un poco favorecedor camisón de hospital, nos encontramos a la ahora rubia recuperándose de la intervención a la que ha sido sometida. Pero empecemos por el principio. La bailarina salió a correr, como hace regularmente. Todo parecía ir bien, pero en un momento dado tropezó.
En circunstancias fisiológicas ordinarias, quizá habría podido recuperar el equilibrio, pero dado su reciente aumento de senos, la caída fue inevitable. Vencida por el peso de sus enormes pechos, Yola salió disparada por una fuerza casi sobrenatural. Ella misma lo cuenta así: "Salí volando, como a cámara deprisa. Entonces oí un crack y pensé 'ya está'. Me he roto algo".
Efectivamente. El diagnóstico médico certifica que la prima de Prado Berrocal se ha roto la tibia de su pierna izquierda, además de los ligamentos. Ante tal desbarajuste, los médicos tuvieron que insertarle un clavo de dimensiones más que considerables que asustó a la propia accidentada, acostumbrada a los volúmenes XXL.
Que hija de puta , no me digais que no parece un engendro entre CHUCKY y la niña del EXORCISTA con esa pose.