Los fachas no tenemos más que elegir entre votar a la izquierda, es decir, los peppers, y una solución así centroide que antes no existía, el bocs. Siempre tapada la nariz, eso sí, pero lo tenemos fácil dado que Onésimo ya no puede.
Los fachers roban en la misma proporción qeu el resto, esto ya lo hemos visto. Que algunos los ajusticiaríamos por twitch, pues no se puede decir, pero es lo que sería. La cosa es que, pase lo que pase, los faches van (o suelen ir) siempre con empaque, en modo rebaño. Se acuchillan entre ellos, pues bien, va, sale otro.
El tema es que los rojos, progres, jipis y toda esa ralea de guarros, indocumentados y retrasados mentales que van corriendo a besarles los pies a los gurús coleteros de la UCM, de futbolín y quinto, o a tecnócratas de un partido que es ya parte de varios ministerios haga lo que haga el resto. Quicir, ¿qué opciones tienen, los pobres desgraciados?
Cada vez que se corren con algún lidercillo altopuñesco, este va y se raja. Y salen, como de la hidra, las nuevas cabezas, confluencias, corrientes, mareas y su puta madre que hagan falta.
A ver, rojos, que si no es por las luchas intestinas dentro de sus propias filas, porque los rojos no puede remediar rojear, el Enano hubiera tardado un par de años más en limpiar campos y llenar cunetas. Menudo inútil.