FlorianSotoPeña
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- 16 Ago 2009
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Para familia de mierda la mía, y solamente se salva, precisamente, mi madre, que es una santa, mujer trabajadora donde las haya. Sin embargo no puedo decir lo mismo de otros integrantes del redil familiar.
Tengo un tío que ha vivido muchas experiencias traumáticas, primero, a los 6 años vio a su propia madre (a mi abuela) ahorcada en el lavabo de su casa a través de la mirilla, lo cual lo traumatizó de por vida. Tras la muerte de la progenitora, el padre, un maltratador alcohólico, decidió llevar a este hijo y a otro hermano menor de edad a colegios internos, donde nadie iba a verlos y los trataban como el culo. Años después, cuando este tío se hizo adulto, desarrolló muchísimos traumas y con unos desórdenes mentales bastante acojonantes.
Vivía, y vive, con su hermano menor, otro desgraciado que ha terminado por ser presa del alcoholismo y la vagancia, y en su momento también vivía con su padre (mi abuelo), un ex-alcohólico que nunca dio un palo al agua, de vida desordenada, pendenciero y maltratador de mi pobre (y suicidada) abuela, mujer tan religiosa como ignorante. La cuestión es que de vez en cuando este tío tenía unos ataques depresivos y montaba unos pifostios increíbles en su casa, y la tomaba con su padre, al que golpeaba con violencia. En una ocasión mi madre (su cuñada) y mi otro tío (entonces sin problemas de alcoholismo) se veían obligados a llevarlo al psiquiatra de urgencia, donde le daban una pastillita y unas cuantas conversaciones y la cosa quedaba ahí. A mi abuelo le dejaba la cara magullada y tumefacta, y éste que era un malaje y un liante entonces suavizaba su carácter y venía a pedir ayuda al resto de la familia, a la cual odiaba. Al parecer mi tío le culpaba, con toda la razón, del suicidio de su madre, y debía su carácter depresivo a esa experiencia traumática vivida en la infancia.
Lo curioso del asunto es que ahora mismo ese mismo tío, que tiene ya 52 años, desde que murió su padre hace unos años ha dejado de tener depresiones y pese a no tener una vida normal del todo, ahora mismo tiene una paguita por demente y encima tiene que soportar al otro hermano, de 46 años, que como él, nunca ha llegado a casarse ni ha intimado con hembra alguna, y se dedica a alcoholizarse sin apenas salir de casa.
EDITO: Se me ha olvidado contar un par de detalles más, y es que este tío mío parece inmortal, porque ha estado tres veces al borde de la muerte, y en las tres ocasiones ha conseguido evitar la acción de la parca funesta:
-La primera de ellas allá por finales de los años 80, cuando tras comprarse un coche nuevo y llevar a un hamijo a otro pueblo una noche de sábado, tras alcoholizarse, como manda la tradición familiar, acabó saliéndose de la carretera para terminar despeñándose por un barranco de baja altura. Sobrevivió tras pasar muchos meses en la UCI. Las secuelas del accidente le dejaron la cara desfigurada, que fue arreglándose con los años con diversas operaciones estéticas.
-Estuvo a punto de morir en las piscinas municipales del pueblo después de que le diera un corte de digestión por atiborrarse de viandas y luego meterse imprudentemente en el agua. Un gesto de subnormalidad profunda que le llevó, nuevamente, a cuidados intensivos en un coma que fue breve y que no le dejó ninguna secuela.
-También sufrió dos infartos en un espacio de tiempo de pocos meses, y a los dos sobrevivió milagrosamente pese a que los médicos no le dieron mucha esperanza. Lo curioso del asunto es que el tío siguió sus hábitos de vida, y desde entonces, de esto harán como 7-8 años, está perfectamente.
En otra cuento las andanzas de mi padre, hermano de estos dos, que también era todo un personaje.
Tengo un tío que ha vivido muchas experiencias traumáticas, primero, a los 6 años vio a su propia madre (a mi abuela) ahorcada en el lavabo de su casa a través de la mirilla, lo cual lo traumatizó de por vida. Tras la muerte de la progenitora, el padre, un maltratador alcohólico, decidió llevar a este hijo y a otro hermano menor de edad a colegios internos, donde nadie iba a verlos y los trataban como el culo. Años después, cuando este tío se hizo adulto, desarrolló muchísimos traumas y con unos desórdenes mentales bastante acojonantes.
Vivía, y vive, con su hermano menor, otro desgraciado que ha terminado por ser presa del alcoholismo y la vagancia, y en su momento también vivía con su padre (mi abuelo), un ex-alcohólico que nunca dio un palo al agua, de vida desordenada, pendenciero y maltratador de mi pobre (y suicidada) abuela, mujer tan religiosa como ignorante. La cuestión es que de vez en cuando este tío tenía unos ataques depresivos y montaba unos pifostios increíbles en su casa, y la tomaba con su padre, al que golpeaba con violencia. En una ocasión mi madre (su cuñada) y mi otro tío (entonces sin problemas de alcoholismo) se veían obligados a llevarlo al psiquiatra de urgencia, donde le daban una pastillita y unas cuantas conversaciones y la cosa quedaba ahí. A mi abuelo le dejaba la cara magullada y tumefacta, y éste que era un malaje y un liante entonces suavizaba su carácter y venía a pedir ayuda al resto de la familia, a la cual odiaba. Al parecer mi tío le culpaba, con toda la razón, del suicidio de su madre, y debía su carácter depresivo a esa experiencia traumática vivida en la infancia.
Lo curioso del asunto es que ahora mismo ese mismo tío, que tiene ya 52 años, desde que murió su padre hace unos años ha dejado de tener depresiones y pese a no tener una vida normal del todo, ahora mismo tiene una paguita por demente y encima tiene que soportar al otro hermano, de 46 años, que como él, nunca ha llegado a casarse ni ha intimado con hembra alguna, y se dedica a alcoholizarse sin apenas salir de casa.
EDITO: Se me ha olvidado contar un par de detalles más, y es que este tío mío parece inmortal, porque ha estado tres veces al borde de la muerte, y en las tres ocasiones ha conseguido evitar la acción de la parca funesta:
-La primera de ellas allá por finales de los años 80, cuando tras comprarse un coche nuevo y llevar a un hamijo a otro pueblo una noche de sábado, tras alcoholizarse, como manda la tradición familiar, acabó saliéndose de la carretera para terminar despeñándose por un barranco de baja altura. Sobrevivió tras pasar muchos meses en la UCI. Las secuelas del accidente le dejaron la cara desfigurada, que fue arreglándose con los años con diversas operaciones estéticas.
-Estuvo a punto de morir en las piscinas municipales del pueblo después de que le diera un corte de digestión por atiborrarse de viandas y luego meterse imprudentemente en el agua. Un gesto de subnormalidad profunda que le llevó, nuevamente, a cuidados intensivos en un coma que fue breve y que no le dejó ninguna secuela.
-También sufrió dos infartos en un espacio de tiempo de pocos meses, y a los dos sobrevivió milagrosamente pese a que los médicos no le dieron mucha esperanza. Lo curioso del asunto es que el tío siguió sus hábitos de vida, y desde entonces, de esto harán como 7-8 años, está perfectamente.
En otra cuento las andanzas de mi padre, hermano de estos dos, que también era todo un personaje.
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