DarthMauricius
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- 26 Feb 2006
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A raíz del reflote de hilos antiguos y clásicos como "follarse a mujeres con hijos" y "Citas Locas" se me ocurrió abrir este tema que creo que no había sido tocado.
Todos sabemos que vivimos en una sociedad particularmente enferma, trastornada, consumista y seguidora de modas estúpidas que surgen a lo largo del tiempo. Casualmente la mujer es un ser enfermo, trastornado, altamente consumista y seguidora de cualquiera sea la moda del momento. Ya sea usar hombreras, hacerse la permanente, ponerse piercings de vaca en la nariz o vestirse como Pikachu.
Una de esas modas es el vegetarianismo, veganismo y animalismo.
Vegetarianos siempre hubo, pero ahora como que hay una tendencia enorme a no comer carne porque "es asesinato" y salir a rebuznar por los derechos de los animales como si los de nuestra propia especie no fueran pisoteados cada día. Algunos de estos veganos, Straight Edge y tal están considerados en Estados Unidos como bandas peligrosas porque cada tanto se les da por incendiar y atacar McDonalds y restaurantes del estilo... como si en McDonalds se sirviera carne.
Esto nos lleva al profundo sentimiento de superioridad que tienen estos "iluminados" por no comer carne ni participar en las matanzas y el holocausto de vacas que se hace para el resto de seres humanos. Sentimientos de superioridad que en realidad son una manera de ocultar los verdadero sentimientos de inferioridad que tienen. Se creen tener la verdad esclarecida y la firme convicción de que hay que matar al resto que no comulgue con sus ideales. Muy democrático. Me hace recordar a cierto vegetariano famoso
Yo en mis encuentros con vegetarianos/as no he encontrado ni uno solo que no se creyese superior a mi y de hecho sé bien que si pudieran ponerme un tiro en la nuca lo harían, pero claro, eso no es asesinato. He tenido amigos de este estilo en alguna época de mi vida pero los he terminado mandando a la misma mierda por venir con ínfulas de superioridad a querer darme lecciones de moralidad. El asesino Neanderthal e involucionado soy yo por disfrutar de un buen bistec con patatas y no creerme superior a nadie por ello.
Es evidente que para llegar a este tipo de razonamientos hay que tener algo muy malo en la cabeza, algún trauma infantil porque la madre no les dejaba comer flan, que el tío carnicero les hacía tocamientos,o simplemente sentimientos de inferioridad y asociacion a esos "pobrecitos animales". Por sentimientos de inferioridad no sólo me refiero a ellos inferioridad en el sentido estricto, sino a todo un sinfin de sentimientos parecidos: baja autoestima, sentimientos de impotencia, tendencias depresivas, derrotismo, culpa, autoaborrecimiento, abandono, etc. A todo eso se suma que el las neuronas al no recibir las proteínas de la carne no hacen sinapsis correctamente. Vamos, que se les termina yendo la pinza.
Luego de todo esta introducción ladrillesca comentaré mis dos experiencias con este tipo de tías.
La primera es una torda que conocí hace años por baduc. Delgada, con curvas, una carita angelical, ojazos azules y una elegancia que pocas mujeres de hoy en día desprenden. Pero como todo, siempre hay un lado malo. Vegana radical a muerte que no usaba ni siquiera cosas confeccionadas con animales. Ayudaba en una perrera, iba a manifestaciones antitaurinas, e incluso un dia se juntó con varias tías del palo que salieron todas en bikini o en tetas pintadas de azul y protestando por los oceanarios que liberasen a Willy y tal. El espectaculo obviamente daba para pajote.
Además tenía un perro de mierda al que incluso le daba comida vegana especial para perros... Demencial que al perro, un animal netamente carnívoro lo sometiesen estrictamente a dicha tortura mientras se llenaba la boca con sus discursos contra el maltrato animal. Como cereza del postre, al igual que Adolfito, era abstemia. Como era carne de baduc yo solo pretendía una cosa: FOCKARMELA
Salimos un par de veces. Ella no paraba de hablar de sus manifestaciones, sus labores en la perrera y tratar de meterme en la secta vegana, que me vendría bien porque no se me veía con energía y que no tenía buen color de piel. Que el veganismo era lo más, que me descubriría a mi mismo y un largo sinfin de estúpideces sectarias que tuve que aguantar solo para poder follar. Porque era un bellezón. También me contó parte de su historia personal para poder entender su psicopatía. Ella era hija ilegitima de una maestra que se había follado a un alumno, la dejaron abandonada en un internado donde se crió sola y con sus padres desaparecidos y solo iban a verla, por separado, durante las navidades. Además en el internado se ve que era la gilipollas de turno que recibía todas las collejas porque lo único que hizo fue refugiarse en la lectura, descubrir sobre el maltrato animal y las cosas que se les hacían para que fueran a parar a nuestra mesa y decidió hacerse vegetariana, con lo cual más aíslada y pringada quedó con el resto de niñas del internado. Solo un perrito que le permitieron tener fue su única compañía, confidente y cariño que tuvo en su infancia.
Finalmente una noche la hice beber hidromiel, con un poco de cara de asco porque pobrecitas abejas y tal, pero dentro de lo vegana que era, la miel la tenía "permitida". El alcohol ayudó que se deshinbiera un poco y hablara de lo buena que era follando, que toda la energía de comer verduras y soja y mierda le daba poderes sexuales que el resto de mortales no tenemos por envenarnos con carne. Finalmente hubo "erótico resultado" y lo pongo entre comillas porque fue todo lo contrario. La tía ni se movía, era como follarse a una muñeca hinchable que se quejaba de que todo le dolía. A todo esto, el puto perro dando vueltas libremente por la habitación e incluso se subió a la cama una vez. Me cansé de tanta mierda y lo que hice fue ponerla a cuatro patas, follarmela duro y rápido y correrme en toda su cara y culo.
Ella me dijo que había sido asqueroso, y mientras me ponía los pantalones le recordé que aquello no era leche de soja. Me preguntó qué por qué me iba, le dije que habia prometido el mejor sexo de mi vida y fue lo contrario y que tanto puto olor a perro en esa casa me estaba dando nauseas. Y a lo gran macho me fui, con un cabreo de tres pares de cojones y ella soltando barbaridades que me entraron por un oído y salieron por el otro lado. Estuve a punto de pegarle una patada en las costillas al perrito al salir pero el pobre era la mayor víctima de una tarada que le daba de comer soja.
La otra con la cual mantuve contacto carnal (me quedón un chiste muy sútil) era una antigua compañera de trabajo que no sabía que era vegetariana. Morena, alta, delgada y también con un tipo muy elegante. Yo la veía un poco mojigata pero en líneas generales nos llevabamos bien. Al terminar el contrato cada uno siguió por su camino. Meses después recibo whatsapps de ella, que como estaba, que a ver si nos veíamos y tal. Salí con ella una vez y sabía que luego de tanto tiempo si me contactaba era porque a ella le picaría el coño. Fuimos a cenar y ahí fue cuando averigüé que era vegetariana, que hacía yoga, retiros espirituales a lugares perdidos en los Pirineos Aragoneses... Todo muy New Age. Casualmente también abstemia y odiaba todo tipo de estimulantes tipo café, té o bebidas de cola. La charla también tocó temas personales parecidos a los de la otra, un divorcio malo entre sus padres y el siguiente abandono. En ese momento te das cuenta de como pese a trabajar mucho tiempo con alguien realmente es un desconocido. La primera cita bien, pero de follar nada. Sabía yo que sería en la segunda cita, ya que normalmente en la primera ellas te radiografían y hacen una especie de estudio de mercado para ver si uno es apto o no para introducirse en su pútrido agujero infecto que tanto nos gusta.
La segunda cita fue muy bien y terminó con erótico y feliz resultado porque terminó siendo lo opuesto a la anterior. Una autentica guarra en la cama y fanatica del sexo anal, ya que sus mejores orgasmos los tenía por detrás. Yo encantado.
Seguimos saliendo y follando por un tiempo hasta que me dijo que se quería ir a un retiro de estos de yoga y tal. Le dije que a mi esas cosas no me iban, que de yoga no sabía nada ni tampoco me interesaba y que sería sapo de otro pozo. Ella me dijo que me quería como novio porque se lo pasaba muy bien conmigo pero que era obvio que eramos de mundos diferentes y que ella no podía tener una relación seria con alguien que no fuera como ella y no tuviera sus mismas inquietudes. Es decir un vegeta sectario y new age y que mejor ya ni siquiera vernos para follar.
Y ahora que hice memoria recordando a esta tía me viene a la cabeza el recuerdo de una pelirroja semi-vegetariana con fobia social (que combatía con pastillas) a la que conocí por Pof y que también era fanática del sexo anal... Alguna conexión entre vegetarianismo y que les guste cagar para adentro debe haber.
En resumen, todas putas y desequilibradas, pero si encima no comen carne aún más.
Todos sabemos que vivimos en una sociedad particularmente enferma, trastornada, consumista y seguidora de modas estúpidas que surgen a lo largo del tiempo. Casualmente la mujer es un ser enfermo, trastornado, altamente consumista y seguidora de cualquiera sea la moda del momento. Ya sea usar hombreras, hacerse la permanente, ponerse piercings de vaca en la nariz o vestirse como Pikachu.
Una de esas modas es el vegetarianismo, veganismo y animalismo.
Vegetarianos siempre hubo, pero ahora como que hay una tendencia enorme a no comer carne porque "es asesinato" y salir a rebuznar por los derechos de los animales como si los de nuestra propia especie no fueran pisoteados cada día. Algunos de estos veganos, Straight Edge y tal están considerados en Estados Unidos como bandas peligrosas porque cada tanto se les da por incendiar y atacar McDonalds y restaurantes del estilo... como si en McDonalds se sirviera carne.
Esto nos lleva al profundo sentimiento de superioridad que tienen estos "iluminados" por no comer carne ni participar en las matanzas y el holocausto de vacas que se hace para el resto de seres humanos. Sentimientos de superioridad que en realidad son una manera de ocultar los verdadero sentimientos de inferioridad que tienen. Se creen tener la verdad esclarecida y la firme convicción de que hay que matar al resto que no comulgue con sus ideales. Muy democrático. Me hace recordar a cierto vegetariano famoso
Yo en mis encuentros con vegetarianos/as no he encontrado ni uno solo que no se creyese superior a mi y de hecho sé bien que si pudieran ponerme un tiro en la nuca lo harían, pero claro, eso no es asesinato. He tenido amigos de este estilo en alguna época de mi vida pero los he terminado mandando a la misma mierda por venir con ínfulas de superioridad a querer darme lecciones de moralidad. El asesino Neanderthal e involucionado soy yo por disfrutar de un buen bistec con patatas y no creerme superior a nadie por ello.
Es evidente que para llegar a este tipo de razonamientos hay que tener algo muy malo en la cabeza, algún trauma infantil porque la madre no les dejaba comer flan, que el tío carnicero les hacía tocamientos,o simplemente sentimientos de inferioridad y asociacion a esos "pobrecitos animales". Por sentimientos de inferioridad no sólo me refiero a ellos inferioridad en el sentido estricto, sino a todo un sinfin de sentimientos parecidos: baja autoestima, sentimientos de impotencia, tendencias depresivas, derrotismo, culpa, autoaborrecimiento, abandono, etc. A todo eso se suma que el las neuronas al no recibir las proteínas de la carne no hacen sinapsis correctamente. Vamos, que se les termina yendo la pinza.
Luego de todo esta introducción ladrillesca comentaré mis dos experiencias con este tipo de tías.
La primera es una torda que conocí hace años por baduc. Delgada, con curvas, una carita angelical, ojazos azules y una elegancia que pocas mujeres de hoy en día desprenden. Pero como todo, siempre hay un lado malo. Vegana radical a muerte que no usaba ni siquiera cosas confeccionadas con animales. Ayudaba en una perrera, iba a manifestaciones antitaurinas, e incluso un dia se juntó con varias tías del palo que salieron todas en bikini o en tetas pintadas de azul y protestando por los oceanarios que liberasen a Willy y tal. El espectaculo obviamente daba para pajote.
Además tenía un perro de mierda al que incluso le daba comida vegana especial para perros... Demencial que al perro, un animal netamente carnívoro lo sometiesen estrictamente a dicha tortura mientras se llenaba la boca con sus discursos contra el maltrato animal. Como cereza del postre, al igual que Adolfito, era abstemia. Como era carne de baduc yo solo pretendía una cosa: FOCKARMELA
Salimos un par de veces. Ella no paraba de hablar de sus manifestaciones, sus labores en la perrera y tratar de meterme en la secta vegana, que me vendría bien porque no se me veía con energía y que no tenía buen color de piel. Que el veganismo era lo más, que me descubriría a mi mismo y un largo sinfin de estúpideces sectarias que tuve que aguantar solo para poder follar. Porque era un bellezón. También me contó parte de su historia personal para poder entender su psicopatía. Ella era hija ilegitima de una maestra que se había follado a un alumno, la dejaron abandonada en un internado donde se crió sola y con sus padres desaparecidos y solo iban a verla, por separado, durante las navidades. Además en el internado se ve que era la gilipollas de turno que recibía todas las collejas porque lo único que hizo fue refugiarse en la lectura, descubrir sobre el maltrato animal y las cosas que se les hacían para que fueran a parar a nuestra mesa y decidió hacerse vegetariana, con lo cual más aíslada y pringada quedó con el resto de niñas del internado. Solo un perrito que le permitieron tener fue su única compañía, confidente y cariño que tuvo en su infancia.
Finalmente una noche la hice beber hidromiel, con un poco de cara de asco porque pobrecitas abejas y tal, pero dentro de lo vegana que era, la miel la tenía "permitida". El alcohol ayudó que se deshinbiera un poco y hablara de lo buena que era follando, que toda la energía de comer verduras y soja y mierda le daba poderes sexuales que el resto de mortales no tenemos por envenarnos con carne. Finalmente hubo "erótico resultado" y lo pongo entre comillas porque fue todo lo contrario. La tía ni se movía, era como follarse a una muñeca hinchable que se quejaba de que todo le dolía. A todo esto, el puto perro dando vueltas libremente por la habitación e incluso se subió a la cama una vez. Me cansé de tanta mierda y lo que hice fue ponerla a cuatro patas, follarmela duro y rápido y correrme en toda su cara y culo.
Ella me dijo que había sido asqueroso, y mientras me ponía los pantalones le recordé que aquello no era leche de soja. Me preguntó qué por qué me iba, le dije que habia prometido el mejor sexo de mi vida y fue lo contrario y que tanto puto olor a perro en esa casa me estaba dando nauseas. Y a lo gran macho me fui, con un cabreo de tres pares de cojones y ella soltando barbaridades que me entraron por un oído y salieron por el otro lado. Estuve a punto de pegarle una patada en las costillas al perrito al salir pero el pobre era la mayor víctima de una tarada que le daba de comer soja.
La otra con la cual mantuve contacto carnal (me quedón un chiste muy sútil) era una antigua compañera de trabajo que no sabía que era vegetariana. Morena, alta, delgada y también con un tipo muy elegante. Yo la veía un poco mojigata pero en líneas generales nos llevabamos bien. Al terminar el contrato cada uno siguió por su camino. Meses después recibo whatsapps de ella, que como estaba, que a ver si nos veíamos y tal. Salí con ella una vez y sabía que luego de tanto tiempo si me contactaba era porque a ella le picaría el coño. Fuimos a cenar y ahí fue cuando averigüé que era vegetariana, que hacía yoga, retiros espirituales a lugares perdidos en los Pirineos Aragoneses... Todo muy New Age. Casualmente también abstemia y odiaba todo tipo de estimulantes tipo café, té o bebidas de cola. La charla también tocó temas personales parecidos a los de la otra, un divorcio malo entre sus padres y el siguiente abandono. En ese momento te das cuenta de como pese a trabajar mucho tiempo con alguien realmente es un desconocido. La primera cita bien, pero de follar nada. Sabía yo que sería en la segunda cita, ya que normalmente en la primera ellas te radiografían y hacen una especie de estudio de mercado para ver si uno es apto o no para introducirse en su pútrido agujero infecto que tanto nos gusta.
La segunda cita fue muy bien y terminó con erótico y feliz resultado porque terminó siendo lo opuesto a la anterior. Una autentica guarra en la cama y fanatica del sexo anal, ya que sus mejores orgasmos los tenía por detrás. Yo encantado.
Seguimos saliendo y follando por un tiempo hasta que me dijo que se quería ir a un retiro de estos de yoga y tal. Le dije que a mi esas cosas no me iban, que de yoga no sabía nada ni tampoco me interesaba y que sería sapo de otro pozo. Ella me dijo que me quería como novio porque se lo pasaba muy bien conmigo pero que era obvio que eramos de mundos diferentes y que ella no podía tener una relación seria con alguien que no fuera como ella y no tuviera sus mismas inquietudes. Es decir un vegeta sectario y new age y que mejor ya ni siquiera vernos para follar.
Y ahora que hice memoria recordando a esta tía me viene a la cabeza el recuerdo de una pelirroja semi-vegetariana con fobia social (que combatía con pastillas) a la que conocí por Pof y que también era fanática del sexo anal... Alguna conexión entre vegetarianismo y que les guste cagar para adentro debe haber.
En resumen, todas putas y desequilibradas, pero si encima no comen carne aún más.