Anécdotas ligoteo

  • Iniciador del tema Iniciador del tema Puterito
  • Fecha de inicio Fecha de inicio

Puterito

RangoBaneado
Registro
16 Nov 2018
Mensajes
1.576
Reacciones
704
Fue la anécdota con la que es para bien o para mal hoy mi esposa
Estaba en un pub un sábado con los amigos y ella alli con su minifalda con su jersey ajustado y me la miraba con descaro,ella me miraba pero se sentía incomodada y giraba la cara, así durante varios sábados porque siempre frecuentábamos el mismo pub, al tercer sábado me acerqué y le dije que si la podía invitar, me dijo que no y se fue, el segundo ataque fue en la antigua discoteca big ben tambien coincidíamos en la misma zona, al cabo de un par de domingos de mirarla le dije que si bailábamos la respuesta fue salgo de una relación complicada y no me caes demasiado bien, otro chasco
Después de dos domingos volví ( me tenia loco, buenas tetas, faldita corta) al ataque, esta vez accedió a tomar algo y charlar, es el vivo ejemplo de de la frase que un amor surge a veces después de un que mal me caías, o no te podía ni ver, de alli nos ennoviamos y llevamos 26 años juntos, 6 de noviazgo y 20 de casados, si uno quiere algo tiene que perseguirlo, en mi caso el que la persigue la consigue me fue bien,
Teneis anécdotas curiosas de ligoteo, tanto si han sido buenas o malas
Contadlas pueden servir para otros foreros, las malas o buenas de tindre o similares pueden servir
 
Venga, bien, vas por buen camino @Puterito. También me gustaría que abrieras un hilo contando cómo haces para ir de putas en tu matrimonio, si tu mujer lo intuye, te ha cazado alguna vez, cómo justificas ese desvío de dinero, etc.

En mi caso, voy a contar una anécdota universitaria. Estaba en primero de carrera de audiovisuales, aunque luego terminé harta y la abandoné para irme a otra rama totalmente distinta. En aquel entonces yo estaba apuntada al club de cine de la universidad. Todos los jueves teníamos que ir, convalidaba un mísero crédito, pero yo iba por gusto en realidad. Como era pronto todavía para conocer a mis compañeros de clase, empecé a fichar a un chaval que estudiaba en mi mismo curso pero al que todavía no había puesto nombre. La cosa es que al terminar el club de cine de los jueves por la tarde nos quedábamos los cuatro pringados que asistíamos a comentar algunos aspectos de la película. El día que echaron El séptimo sello en V.O no fue nadie más que este chaval y yo. Fernando se llamaba. Hasta el nombre me gustaba. Era alto y delgado, con barba, tenía 21 años y yo 18 recién cumplidos. Era sencillo, parecía culto, siempre con un libro bajo el brazo pero sin afán de fardar. No era pijocultura de diseño, era amor por el arte y la literatura. Al menos en mi imaginación :lol:

Terminamos cruzando cuatro palabras, nos agregamos en fb, hacíamos trabajos juntos de clase y un día de huelga nos invitó a su casa a otro compañero y a mí con la excusa de terminar un trabajo de Lenguaje audiovisual. Me dijo que no habría nadie más y que podríamos estar ahí tranquilamente. Llegado el momento el otro chaval no se presentó (nunca averigüé si hubo Black Hand o qué) pero me vi muy acorralada. Nunca había tenido ningún acercamiento con este chaval, ni habíamos dado a entender nada. Sí nos caíamos bien y podía apuntar a algo pero jamás hubo algo que se pudiera malinterpretar.

Me llevó a su cuarto y cerró con llave. Le pregunté el motivo. No había nadie, ¿no? Pues no cierres. Bueno, por si acaso, me dijo. Me empezó a sonar raro todo, tenía marihuana en la mesa, tabaco por el suelo, zapatillas tiradas, él me había recibido en pijama y calcetines... todo muy esperpéntico para tener tan poca confianza.

Con la excusa de ir al baño me abrió la puerta, al salir intentó besarme. Le seguí durante 20 segundos que me parecieron eternos, y le aparté. Me preguntó si quería desnudarme y tumbarme en su cama. Le dije que no, que me había llamado mi madre y que me tenía que ir.

Me dijo: es que si te vas me voy a quedar muy rayado.

Y le dije: bueno, voy a ver qué le pasa a mi madre y vuelvo.

Le escribí un mensaje por facebook y le dije educadamente que no podía volver por un motivo que no recuerdo pero que me inventé al 100%, me disculpé e intenté cortar la cosa para poder mantener cordialidad en clase y que no fuera nada incómodo.

Al ver que ya no le prestaba atención empezó a hacerme chistes graciosos de forma muy nerviosa y esquizo. En una de esas me dijo, sin venir a cuento, que la tenía muy corta.

Hijo mío, Fernando, qué manera de cagarla tan horrorosa. Con lo guapo que me parecías y el asco que me terminaste dando.
 
Pero a ver, guapa, ¿le rechazaste porque te esperabas un cortejo más pausado, a la antigua, y te sentiste devaluada (por orgullo, por así decir), te asustaste..? ¿O realmente en ese momento cambió la percepción de su persona?
 
"No me hizo sentir especial" jajajajajajajajajaja
 
Pero a ver, guapa, ¿le rechazaste porque te esperabas un cortejo más pausado, a la antigua, y te sentiste devaluada (por orgullo, por así decir), te asustaste..? ¿O realmente en ese momento cambió la percepción de su persona?

Joder la escena de la habitación es para salir corriendo, hasta yo tendría miedo
 
Y para que se quede tranquila: Aquí se cita "El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni enmendarla en sus vidas posteriores"

Se quotea
Me llevó a su cuarto y cerró con llave. Le pregunté el motivo. No había nadie,
Lo cual me reservo lo que pienso.

Y aportaré que estuve a pico y pala con una argentina (cuando eran la novedad y lo exótico alla por los 2000) cuando conseguí cita con ella, a la media hora de "berborrea" de pobre de mi, mi madre y mi familia estan "muy mal ashá" y al tercer "necesito" ni me llamaban la atención las generosas tetas que paseaba. Con la excusa de "voy a fumar un cigarro" fuí a pillarle 30 euros de costo a un gitano y me pase la noche en su piso franco, bebiendo gin larios con coca cola. Una noche memorable. A la argentina me la eh cruzado un par de veces, con un calvo empujando del carrito de la larva y ella, mirando al suelo. Como dios manda.
 
"No me hizo sentir especial" jajajajajajajajajaja

Ssi, esto de hacer sentir especial es lo normal.

En otra ocasion lei algo asi como que: Si no hay admiracion no puede haber enamoramiento (o digamos encoñacion).
Esto me recuerda que en una ocasion, por la noche despues de haber ido a acompàñar a la chica (vivía aun con sus padres, era jovencilla), estaba hablando con una amigo novelista (de los de verdad, Roberto Bolaño). y en un momento él me dijo: "esto es que estás enamorado. Si la valoras a ella mas que a ti esto es señal que estás enamorado".
Pues sería. El caso es que años despues ella me dejó por otro, un "apariencias" y que al final se casaron, y con el tiempo ella se dió cuenta de lo que aquella cosa era, se separó, y ahora lo desprecia; palabras suyas dicha en petit comité conmigo.
En fin, y yo ya lejos, muy lejos de su vera con una vida resuelta en otras latitudes.
 
Hamijo si a la primera cita o interacción que da para cita no follas eres material carapadrizable. Espero que lo tengas claro.


Que por otra parte si te cuadra la pava lo veo bien, pero siempre que tomes suplementos de calcio eso si.
 
Voy a ir poniendo según me acuerde las diferentes anécdotas ligoteístas que he tenido a lo largo de mi vida. Así que no me dilapidéis si lo hago en más de un mensaje, que de uno a otro igual ha pasado el tiempo para editar.

El trío solo que no

Empezaré con una que me ocurrió en segundo de carrera, durante las fiestas de la universidad.
La noche anterior me hicieron el lío para salir aprovechando que al día siguiente se celebraba la fiesta, que ir de empalme era una gran idea. Entre otras cosas casi me llevo una hostia de un expresidiario por quedarme mirandole los tatuajes, pero es otra historia. Hay que quedarse con la idea de que yo me pasé muchísimo la noche anterior, que me acabé acostando a las 6 porque pensé que una hora de sueño me ayudaría a pasar la mañana un poco mejor. A las 7 sonaba el despertador, a las 7.30 estaba yo en el autobús y a las 8 bajaba de él para vomitar. No auguraba nada bueno el día.
Venía yo tonteando con dos chicas mayores que yo, y me las encontré (o más bien me vinieron a buscar) por allí pese a que en el día de la fiesta grande hay más universitarios en el campus que cualquier otro día. Bromeaban con que eran mucha mujer para mí, que yo era un crío y que no sabría qué hacer con ellas. Yo, muy chulo, les dije que podía con las dos, y con esas empezaron los jueguecitos. Me tocaban, me besaban y mordían el cuello...
¿Quién no se animaría con esta situación? Yo no. Estaba muy resacoso, se me hacía cuesta arriba y, qué demonios, dos tías de 23 y 25 años quizá sí eran demasiado para mí.
Apareció cuando la cosa se ponía bien tensa un amigo con el brazo vendado y en cabestrillo, un apaño que le habían hecho en el puesto médico que se monta por si acaso. Yo, como buen amigo, dejé a las muchachas y le acompañé a casa. Ni que decir cabe que nunca hubo más roce con ellas.

Con perspectiva miro hacia aquél entonces y pienso: ¿lo hice por ser un buen amigo o lo utilicé como excusa porque me vi poco hombre? También puede ser que se estuviesen cachondeando de mí. Prefiero no pensarlo, ninguna de las opciones me deja en buen lugar.

----------------------------------------

La gorda no me gusta, pero tengo que hacer tiempo

Esta ocurriría años más tarde, una noche de verano en un conocido pub de un pueblo costero de mi zona. Salí con el tío con más ojo para detectar chicas fáciles. De hecho esa noche, al empezar, dijo lo siguiente. "hoy te voy a encontrar a las dos más guarras del local". No mintió: no solo eran ligeras de cascos sino que eran dos punkiperrofláuticas del copón, cosa que no me importaba ya que siempre me dio morbillo ese rollo.
No eran dos tías de 10, no voy a mentir. Pero en cada grupo y/o pareja de amigas, siempre hay una fea y otra guapa. En este caso gorda y no tanto. La noche acabaría con mi amigo llevándose a la que de mejor ver estaba de las dos, y la restante, viendo que su amiga iba a tardar un rato en volver, mareandome a ver si caía algo. Yo, intentando librarme de ella de la manera menos ofensiva posible, acabé saliendo a la calle a dar un paseo, al cual me siguió, y en un tropiezo fruto de la ebriedad, se agachó a ayudarme y me dije: "qué cojones, el coche lo lleva él y hasta dentro de un par de horas no va a querer volver a casa". Y le clavé bocao. Ni que decir tiene que lo aceptó de buen agrado.
Ya que había roto mi filtro y lo había cambiado por un aro de piscina para orcas, decidí llevar aquello hasta el final y ver si conseguía meterla. La llevé a un rincón apartado donde empecé a meterle mano como buenamente podía: hubo un momento de estar seguro de haberle metido un dedo pero resulta que le estaba frotando un pliegue. No me la follé porque encima cuando por fin estaba alcanzando la entrepierna coge y me suelta que tiene la regla. Cuando por fin llegó mi amigo y me dijo que nos íbamos me pidió el teléfono, le dije que se lo pidiese a su amiga y que esta preguntase a mi amigo, una vez recuperada la sobriedad me di cuenta de donde casi meto la picha.

----------------------------------------

Te conozco de ayer, ¿puedo darte por el culo?

El titulo es un poco clickbait, me conocía de hacía algo más.
Ella era de otra comunidad autónoma y la conoci por un grupo en común de telegram, una historia que emocionó a Spielberg. Nos caímos bien, nos hicimos tilín, nos hicimos guarradas por el ordenador y al final se cogió un vuelo para verme.
Le enseñé un poco la ciudad, porque hay poco que ver, y nos fuimos a casa porque ella venía a lo que venía, y yo le abría las puertas de mi casa por lo mismo. No le tuve ni que sugerir que se amorrase al pilón, la tia lo hacía con gusto y vicio. En un momento dado me dijo que me pusiese a cuatro patas, que le daba morbo. Yo, cachondo como iba, acepté de buen gusto y no os voy a mentir: que te la pelen en esa postura mientras te comen los huevos está de puta madre. Cuando me di cuenta estaba chupando por encima de donde tocaba y fue subiendo hasta alcanzar el culo. Me quedé sin hablar y se me debieron encoger hasta los cojones, porque ella pareció darse cuenta y me preguntó si es que no me gustaba. No es que no me gustara, es que aquello era completamente nuevo y más bien extraño, pero la dejé hacer. Y la dejé hacer hasta el punto que cuando me di cuenta, me había metido un dedo.
Ahí si que salté y le dije que lo sentía mucho, pero que eran demasiadas emociones en un mismo día. Me explicó que era lo que le gustaba, y que si eso significaba que no me iba a poder dar por el culo. Mientras intentaba asimilar lo que me había dicho, la tía se bajó de la cama y de su maleta sacó un arnés con un pollón tan grande como mi antebrazo. Todo lo que se me había cerrado el culo se me había abierto la boca. ¿De dónde había salido esta tía? Le tuve que explicar amablemente que no podía plantear eso la primera cita. Acabamos el polvo y durante los siguientes días, que fueron 3, siguió intentándolo. Estuve cerca de ceder, pero era ver el pollón gigante y encogérseme las ganas y la polla.

----------------------------------------

Error de novato

Tuve cierta tendencia a conocer chicas por internet pero no por aplicaciones ni webs de ligoteo, sino por otros lugares. A una la conocí por el LoL pero la historia no da para LOL, así que edito para añadir esta historia de una chica que conocí por tumblr.
Ella era de un pueblo de la provincia de al lado, y tras un tiempo tonteando por el skype (messenger había muerto hacía relativamente poco) decidimos quedar en Valencia, que a ambos nos venía bien y ofrecía varias opciones para pasar el día. Este día no conseguí ni darle un beso, pero el conocernos iba avanzando, yo iba estando más seguro y así de paso ella se quedaba con la conciencia tranquila y reafirmaba que no era una cualquiera y no se lía con un tío en la primera cita, palabras que me había dicho en otras. ocasiones.
Seguimos hablando y tras haber comprobado que en persona nos gustábamos y había feeling, química o como queráis llamarlo, las conversaciones fueron siendo más personales e íntimas. Un día me confesó que dormía mal y tenía varias contracturas. Me ofrecí a ir y darle un masaje con la mejor de las intenciones, que si bien no tengo ningún curso que me habilite para realizar masajes anticontracturantes, sí que me ha llamado siempre el tema del masaje y tengo algunos libros (y había practicado un poco con mi madre y algún otro familiar). La conversación siguió este curso:

Ella: Seguro que aprovechas para meterme mano e intentar follarme.
Yo: Uy, no no, si yo te lo digo con la mejor de las intenciones, déjame que te de un masaje y verás qué bien te quedas.
Ella: Pero tendré que quitarme la parte de arriba, ¿no?¡No sabes tú ni nada!
Yo: Solo si te sientes cómoda, no te voy a obligar a desnudarte.
Ella: Ya, claro. Tú quieres venir a follarme.
Yo: Y dale, claro que me atraes, pero no te voy a follar así sin haber intimado un poco antes.
Ella: Joder, pues yo lo que necesito es un buen polvo.
Yo: Si quieres cojo el coche y en menos de dos horas estás chillando.
Ella: No, así no, me has cortado el rollo.

No fue literalmente así, pero os podéis hacer una idea. No volvimos a quedar, yo me quedé bastante parado tras esto y luego ella sacó el tema de su ex y que si no estaba preparada y no sé qué movidas. Yo era tonto del culo como para haber perdido un polvo, pero no como para aguantar aquello, así que desaparecí de su vida y la anoté a la lista de tías que no me he follado por gilipollas.

----------------------------------------

¿El viernes no? Ah, pues, uh, esto, si, no...

Esta ocurrió en primero de carrera, durante los viajes en bus hacia la universidad, donde en ocasiones coincidía con una compañera del instituto bastante callada, pero muy mona ella.
Empecé a sentarme con ella y darle conversación torpemente (no es que ahora sea un genio, pero por aquel entonces era un completo desastre). Empecé a pensar que entre nosotros surgía algo por ciertas miradas y sonrisas, entre nosotros la conversación fluía natural, disfrutábamos esa media hora, que se hacía corta y, al menos yo, esperaba con ganas el próximo encuentro. Un día, la última semana de clases de diciembre, al bajar del bus me armé de fuerzas y le pregunté si hacía algo el viernes por la tarde. No sé fue una excusa o si fue cierto, pero me contestó que tenía clase de baile. Nos quedamos ambos parados, mirándonos. Quizá ella esperaba que tomase la iniciativa y le propusiese otro día o que me pirase cagando hostias, pero me puse nervioso y no hice ni una cosa ni otra hasta que conseguí decir: "eh, claro, suerte con los exámenes".
No coincidimos nunca durante el siguiente cuatrimestre y tampoco me atreví a decirle nada por teléfono, también aconsejado por un amigo que me dijo que debía ella mover ficha ahora.
Alguna vez me la he cruzado tiempo después, y siempre pensé que seguía habiendo algo. Bromeamos con tomar algo pero nunca ha llegado ni a eso. Todas mis anécdotas son terribles. Y perdón por el formato, esta va desde el móvil.
 
Última edición:
Estaba buscando forochat y no hay
Quería pues desahogarme o yo qué sé

Cuando alguien no te gusta nada de nada y lo intenta y lo vuelve a intentar. Qué asco tan asqueroso y a la vez lástima y de todo, no es como si te atacara un desconocido, es mil veces peor. Da muchísimo más asco
 
Estaba buscando forochat y no hay
Quería pues desahogarme o yo qué sé

Cuando alguien no te gusta nada de nada y lo intenta y lo vuelve a intentar. Qué asco tan asqueroso y a la vez lástima y de todo, no es como si te atacara un desconocido, es mil veces peor. Da muchísimo más asco

Es que todo da asco, no se sabe por donde cogeros, si son puteros dan asco, si se pajean dan asco, si lo intentan y lo vuelven a intentar dan asco......, así no hay manera, suerte que vosotras sois una maravilla de la naturaleza y la perfección absoluta
 
Es horrible todo, sí

Y que hacemos???, como lo solucionamos???, la solucion es haceros bolleras???
Aun que un tio no te guste te molesta que tu si le gustes y lo intente
Esta anecdota es mala???

Edito: como te gustaria que te entraran??, para no ser una anecdota mala de ligue, que te gusta???
 
Última edición:
Venga, bien, vas por buen camino @Puterito. También me gustaría que abrieras un hilo contando cómo haces para ir de putas en tu matrimonio, si tu mujer lo intuye, te ha cazado alguna vez, cómo justificas ese desvío de dinero, etc.

En mi caso, voy a contar una anécdota universitaria. Estaba en primero de carrera de audiovisuales, aunque luego terminé harta y la abandoné para irme a otra rama totalmente distinta. En aquel entonces yo estaba apuntada al club de cine de la universidad. Todos los jueves teníamos que ir, convalidaba un mísero crédito, pero yo iba por gusto en realidad. Como era pronto todavía para conocer a mis compañeros de clase, empecé a fichar a un chaval que estudiaba en mi mismo curso pero al que todavía no había puesto nombre. La cosa es que al terminar el club de cine de los jueves por la tarde nos quedábamos los cuatro pringados que asistíamos a comentar algunos aspectos de la película. El día que echaron El séptimo sello en V.O no fue nadie más que este chaval y yo. Fernando se llamaba. Hasta el nombre me gustaba. Era alto y delgado, con barba, tenía 21 años y yo 18 recién cumplidos. Era sencillo, parecía culto, siempre con un libro bajo el brazo pero sin afán de fardar. No era pijocultura de diseño, era amor por el arte y la literatura. Al menos en mi imaginación :lol:

Terminamos cruzando cuatro palabras, nos agregamos en fb, hacíamos trabajos juntos de clase y un día de huelga nos invitó a su casa a otro compañero y a mí con la excusa de terminar un trabajo de Lenguaje audiovisual. Me dijo que no habría nadie más y que podríamos estar ahí tranquilamente. Llegado el momento el otro chaval no se presentó (nunca averigüé si hubo Black Hand o qué) pero me vi muy acorralada. Nunca había tenido ningún acercamiento con este chaval, ni habíamos dado a entender nada. Sí nos caíamos bien y podía apuntar a algo pero jamás hubo algo que se pudiera malinterpretar.

Me llevó a su cuarto y cerró con llave. Le pregunté el motivo. No había nadie, ¿no? Pues no cierres. Bueno, por si acaso, me dijo. Me empezó a sonar raro todo, tenía marihuana en la mesa, tabaco por el suelo, zapatillas tiradas, él me había recibido en pijama y calcetines... todo muy esperpéntico para tener tan poca confianza.

Con la excusa de ir al baño me abrió la puerta, al salir intentó besarme. Le seguí durante 20 segundos que me parecieron eternos, y le aparté. Me preguntó si quería desnudarme y tumbarme en su cama. Le dije que no, que me había llamado mi madre y que me tenía que ir.

Me dijo: es que si te vas me voy a quedar muy rayado.

Y le dije: bueno, voy a ver qué le pasa a mi madre y vuelvo.

Le escribí un mensaje por facebook y le dije educadamente que no podía volver por un motivo que no recuerdo pero que me inventé al 100%, me disculpé e intenté cortar la cosa para poder mantener cordialidad en clase y que no fuera nada incómodo.

Al ver que ya no le prestaba atención empezó a hacerme chistes graciosos de forma muy nerviosa y esquizo. En una de esas me dijo, sin venir a cuento, que la tenía muy corta.

Hijo mío, Fernando, qué manera de cagarla tan horrorosa. Con lo guapo que me parecías y el asco que me terminaste dando.

Sí, he escuchado/visto/vivido/protagonizado/sufrido esa misma escena cientos, miles, millones de veces. Es lo que tiene ser humano, que para algo que te sale bien, acabas cagándola la mayoría de las veces. En lo que sea.

Existen los héroes, existen los villanos, los tipos guapos, atractivos, arrebatadores, ganadores, pringados, negados, fracasados, perdedores... Ninguno tan puro como para serlo siempre la totalidad de su existencia.

Fernando, la cagaste horrorosamente... O la cagaste, a secas... O simplemente, pues viviste...

(no te lo tomes a mal, sekmeth, no es contra ti ni nada de eso; es acerca de las cagadas como método troncal de aprendizaje vital)
 
Última edición:
No he leido todas, pero la fernandito menuda perla de chaval la verdad, la forera parece maja
 
Arriba Pie