Voy a ir poniendo según me acuerde las diferentes anécdotas ligoteístas que he tenido a lo largo de mi vida. Así que no me dilapidéis si lo hago en más de un mensaje, que de uno a otro igual ha pasado el tiempo para editar.
El trío solo que no
Empezaré con una que me ocurrió en segundo de carrera, durante las fiestas de la universidad.
La noche anterior me hicieron el lío para salir aprovechando que al día siguiente se celebraba la fiesta, que ir de empalme era una gran idea. Entre otras cosas casi me llevo una hostia de un expresidiario por quedarme mirandole los tatuajes, pero es otra historia. Hay que quedarse con la idea de que yo me pasé muchísimo la noche anterior, que me acabé acostando a las 6 porque pensé que una hora de sueño me ayudaría a pasar la mañana un poco mejor. A las 7 sonaba el despertador, a las 7.30 estaba yo en el autobús y a las 8 bajaba de él para vomitar. No auguraba nada bueno el día.
Venía yo tonteando con dos chicas mayores que yo, y me las encontré (o más bien me vinieron a buscar) por allí pese a que en el día de la fiesta grande hay más universitarios en el campus que cualquier otro día. Bromeaban con que eran mucha mujer para mí, que yo era un crío y que no sabría qué hacer con ellas. Yo, muy chulo, les dije que podía con las dos, y con esas empezaron los jueguecitos. Me tocaban, me besaban y mordían el cuello...
¿Quién no se animaría con esta situación? Yo no. Estaba muy resacoso, se me hacía cuesta arriba y, qué demonios, dos tías de 23 y 25 años quizá sí eran demasiado para mí.
Apareció cuando la cosa se ponía bien tensa un amigo con el brazo vendado y en cabestrillo, un apaño que le habían hecho en el puesto médico que se monta por si acaso. Yo, como buen amigo, dejé a las muchachas y le acompañé a casa. Ni que decir cabe que nunca hubo más roce con ellas.
Con perspectiva miro hacia aquél entonces y pienso: ¿lo hice por ser un buen amigo o lo utilicé como excusa porque me vi poco hombre? También puede ser que se estuviesen cachondeando de mí. Prefiero no pensarlo, ninguna de las opciones me deja en buen lugar.
----------------------------------------
La gorda no me gusta, pero tengo que hacer tiempo
Esta ocurriría años más tarde, una noche de verano en un conocido pub de un pueblo costero de mi zona. Salí con el tío con más ojo para detectar chicas fáciles. De hecho esa noche, al empezar, dijo lo siguiente. "hoy te voy a encontrar a las dos más guarras del local". No mintió: no solo eran ligeras de cascos sino que eran dos punkiperrofláuticas del copón, cosa que no me importaba ya que siempre me dio morbillo ese rollo.
No eran dos tías de 10, no voy a mentir. Pero en cada grupo y/o pareja de amigas, siempre hay una fea y otra guapa. En este caso gorda y no tanto. La noche acabaría con mi amigo llevándose a la que de mejor ver estaba de las dos, y la restante, viendo que su amiga iba a tardar un rato en volver, mareandome a ver si caía algo. Yo, intentando librarme de ella de la manera menos ofensiva posible, acabé saliendo a la calle a dar un paseo, al cual me siguió, y en un tropiezo fruto de la ebriedad, se agachó a ayudarme y me dije: "qué cojones, el coche lo lleva él y hasta dentro de un par de horas no va a querer volver a casa". Y le clavé bocao. Ni que decir tiene que lo aceptó de buen agrado.
Ya que había roto mi filtro y lo había cambiado por un aro de piscina para orcas, decidí llevar aquello hasta el final y ver si conseguía meterla. La llevé a un rincón apartado donde empecé a meterle mano como buenamente podía: hubo un momento de estar seguro de haberle metido un dedo pero resulta que le estaba frotando un pliegue. No me la follé porque encima cuando por fin estaba alcanzando la entrepierna coge y me suelta que tiene la regla. Cuando por fin llegó mi amigo y me dijo que nos íbamos me pidió el teléfono, le dije que se lo pidiese a su amiga y que esta preguntase a mi amigo, una vez recuperada la sobriedad me di cuenta de donde casi meto la picha.
----------------------------------------
Te conozco de ayer, ¿puedo darte por el culo?
El titulo es un poco clickbait, me conocía de hacía algo más.
Ella era de otra comunidad autónoma y la conoci por un grupo en común de telegram, una historia que emocionó a Spielberg. Nos caímos bien, nos hicimos tilín, nos hicimos guarradas por el ordenador y al final se cogió un vuelo para verme.
Le enseñé un poco la ciudad, porque hay poco que ver, y nos fuimos a casa porque ella venía a lo que venía, y yo le abría las puertas de mi casa por lo mismo. No le tuve ni que sugerir que se amorrase al pilón, la tia lo hacía con gusto y vicio. En un momento dado me dijo que me pusiese a cuatro patas, que le daba morbo. Yo, cachondo como iba, acepté de buen gusto y no os voy a mentir: que te la pelen en esa postura mientras te comen los huevos está de puta madre. Cuando me di cuenta estaba chupando por encima de donde tocaba y fue subiendo hasta alcanzar el culo. Me quedé sin hablar y se me debieron encoger hasta los cojones, porque ella pareció darse cuenta y me preguntó si es que no me gustaba. No es que no me gustara, es que aquello era completamente nuevo y más bien extraño, pero la dejé hacer. Y la dejé hacer hasta el punto que cuando me di cuenta, me había metido un dedo.
Ahí si que salté y le dije que lo sentía mucho, pero que eran demasiadas emociones en un mismo día. Me explicó que era lo que le gustaba, y que si eso significaba que no me iba a poder dar por el culo. Mientras intentaba asimilar lo que me había dicho, la tía se bajó de la cama y de su maleta sacó un arnés con un pollón tan grande como mi antebrazo. Todo lo que se me había cerrado el culo se me había abierto la boca. ¿De dónde había salido esta tía? Le tuve que explicar amablemente que no podía plantear eso la primera cita. Acabamos el polvo y durante los siguientes días, que fueron 3, siguió intentándolo. Estuve cerca de ceder, pero era ver el pollón gigante y encogérseme las ganas y la polla.
----------------------------------------
Error de novato
Tuve cierta tendencia a conocer chicas por internet pero no por aplicaciones ni webs de ligoteo, sino por otros lugares. A una la conocí por el LoL pero la historia no da para LOL, así que edito para añadir esta historia de una chica que conocí por tumblr.
Ella era de un pueblo de la provincia de al lado, y tras un tiempo tonteando por el skype (messenger había muerto hacía relativamente poco) decidimos quedar en Valencia, que a ambos nos venía bien y ofrecía varias opciones para pasar el día. Este día no conseguí ni darle un beso, pero el conocernos iba avanzando, yo iba estando más seguro y así de paso ella se quedaba con la conciencia tranquila y reafirmaba que no era una cualquiera y no se lía con un tío en la primera cita, palabras que me había dicho en otras. ocasiones.
Seguimos hablando y tras haber comprobado que en persona nos gustábamos y había feeling, química o como queráis llamarlo, las conversaciones fueron siendo más personales e íntimas. Un día me confesó que dormía mal y tenía varias contracturas. Me ofrecí a ir y darle un masaje con la mejor de las intenciones, que si bien no tengo ningún curso que me habilite para realizar masajes anticontracturantes, sí que me ha llamado siempre el tema del masaje y tengo algunos libros (y había practicado un poco con mi madre y algún otro familiar). La conversación siguió este curso:
Ella: Seguro que aprovechas para meterme mano e intentar follarme.
Yo: Uy, no no, si yo te lo digo con la mejor de las intenciones, déjame que te de un masaje y verás qué bien te quedas.
Ella: Pero tendré que quitarme la parte de arriba, ¿no?¡No sabes tú ni nada!
Yo: Solo si te sientes cómoda, no te voy a obligar a desnudarte.
Ella: Ya, claro. Tú quieres venir a follarme.
Yo: Y dale, claro que me atraes, pero no te voy a follar así sin haber intimado un poco antes.
Ella: Joder, pues yo lo que necesito es un buen polvo.
Yo: Si quieres cojo el coche y en menos de dos horas estás chillando.
Ella: No, así no, me has cortado el rollo.
No fue literalmente así, pero os podéis hacer una idea. No volvimos a quedar, yo me quedé bastante parado tras esto y luego ella sacó el tema de su ex y que si no estaba preparada y no sé qué movidas. Yo era tonto del culo como para haber perdido un polvo, pero no como para aguantar aquello, así que desaparecí de su vida y la anoté a la lista de tías que no me he follado por gilipollas.
----------------------------------------
¿El viernes no? Ah, pues, uh, esto, si, no...
Esta ocurrió en primero de carrera, durante los viajes en bus hacia la universidad, donde en ocasiones coincidía con una compañera del instituto bastante callada, pero muy mona ella.
Empecé a sentarme con ella y darle conversación torpemente (no es que ahora sea un genio, pero por aquel entonces era un completo desastre). Empecé a pensar que entre nosotros surgía algo por ciertas miradas y sonrisas, entre nosotros la conversación fluía natural, disfrutábamos esa media hora, que se hacía corta y, al menos yo, esperaba con ganas el próximo encuentro. Un día, la última semana de clases de diciembre, al bajar del bus me armé de fuerzas y le pregunté si hacía algo el viernes por la tarde. No sé fue una excusa o si fue cierto, pero me contestó que tenía clase de baile. Nos quedamos ambos parados, mirándonos. Quizá ella esperaba que tomase la iniciativa y le propusiese otro día o que me pirase cagando hostias, pero me puse nervioso y no hice ni una cosa ni otra hasta que conseguí decir: "eh, claro, suerte con los exámenes".
No coincidimos nunca durante el siguiente cuatrimestre y tampoco me atreví a decirle nada por teléfono, también aconsejado por un amigo que me dijo que debía ella mover ficha ahora.
Alguna vez me la he cruzado tiempo después, y siempre pensé que seguía habiendo algo. Bromeamos con tomar algo pero nunca ha llegado ni a eso. Todas mis anécdotas son terribles. Y perdón por el formato, esta va desde el móvil.