todavia conservo algo de inocencia, para que negarlo, el hecho de ser racista, misogino, homofobo y un reprimido sexual de mierda que odia a todo el mundo no quita que de vez en cuando no pueda hacer alguna que otra travesura cual infante que esta descubriendo los secretos de la vida: el viernes no tenia muchas ganas de salir asi que me quede en casa, pero antes me asegure de ir a por aquello que me proporcionaria algo de entretenimiento y haria que una aburrida noche de viernes se volviera amena y divertida, fui al acuario que hay a dos manzanas de mi hogar y compre un par de hamsters ya grandecitos y un botecito de gasolina de esos que se usan para rellenar los zippos, mama salia esa noche no sin antes recordarme que no se me ocurriera ver la peli porno que ponen por las noches en la cadena de television local, de todas formas no necesito ver porno para tocarme la cosita, para eso tengo a la vecina de abajo que es muy puta y casi siempre deja la persiana abierta cuando esta en pelotas en su cuarto, pero bueno, volviendo al tema de los hamsters... me chifla el rociar a esas pequeñas alimañas con gasolina y luego prenderles fuego con la luz apagada, parecen bolas ardiendo que se mueven de un lugar para otro como locas, es bello, no sabeis cuanto tiempo pueden aguantar esos bichitos hasta que se mueren consumidos por las llamas de puro dolor, a pesar de ser pequeños gritan lo suficiente para que se oiga, es un ruido agudo y chillon... de siempre me han gustado los animales, pero los hamsters especialmente.