En casos muy limitados sí.
Por ejemplo, una persona que tiene que entrenar a las 6 de la mañana antes de ir a trabajar, y que luego tiene el tiempo justo para ir a la oficina y que no puede comer algo hasta media mañana o más aún, la hora de comer. Pues tiene sentido que ayune en lugar de levantarse una hora antes para comer, o de desayunar e ir pitando a entrenar todo embuchado. Entonces sí tiene sentido que ayune y que lo recupere en las comidas posteriores, no va a cambiar absolutamente nada. Es más, el quitarse el estrés de preocuparse por la comida ya constituirá algo positivo en sí mismo. Pero en este caso se trata de un beneficio circunstancial, no es que el ayuno per se ofrezca beneficios que comer regularmente no ofrece en condiciones normales.