-¿Qué pinta Aznar dando lecciones de paz en Israel cuando no ha sabido construir la paz en España?
-Bueno, todos nos consideramosa capaces de dar consejos. Pero, por favor, no comparemos el problema palestino con el tema vasco.
-O sea que le entiende.
-No comparto en absoluto lo que ha hecho allí. Nos recomienda que perdonemos el pasado asesino y genocida de Sharon y le tiende la mano. ¿Por qué no estrecha la mano de un cabecilla etarra y le da también una segunda oportunidad?
-¿Por qué no vive usted en Palestina con los suyos?
-Lo intenté. Después de estudiar en España volví a Gaza, pero la situación política no me lo permitía.
-¿Por qué?
-Porque la policía secreta israelí me presionó mucho para trabajar con ellos como informador. Me amenazaron incluso y sólo pude escapar.
-¿Qué le ofrecían?
-El oro y el moro, como se dice vulgarmente. Un buen puesto en la sociedad, un buen sueldo, una buena seguridad a mi servicio, traer a mis hermanos del extranjero... todo lo que hiciera falta.
-¿Cuáles serían sus obligaciones?
-Tenerles informados de todo: una manifestación, actividad política, movimientos de líderes... La inteligencia israelí está obsesionada con la seguridad. Es su paranoia.
-Usted no aceptó, pero otros palestinos seguramente sí.
-Claro. No todo el mundo tiene convencimiento político ni la vida resuelta.
-¿Qué hacéis con esos traidores cuando les descubrís?
-Se les da la oportunidad de reconocer su culpa públicamente y son readmitidos en la sociedad palestina.
-¿Sharon traerá sólamente una nueva intifada o una guerra en toda regla?
-La nueva intifada ya ha comenzado. Sharon no para de provocar comprando casas en pleno barrio árabe y diciendo que Jerusalén es indivisible. La provocación es su sistema de vida. No olvidemos que los 2.700 muertos de Sabra y Shatila son responsabilidad directa de Sharon.
-¿Apoya usted la intifada?
-Evidentemente. Si funcionó la primera vez volverá a funcionar ahora. Es nuestra única esperanza y, como palestino, estoy orgulloso de que mi pueblo haya inventado este tipo de lucha pacífica.
-No tan pacífica.
-Sólo son piedras contra tanques. Y eso es lo que más desorienta a los soldados israelíes. Ellos que están preparados para la guerra nuclear, de repente deben enfrentarse a un chaval con una piedra en la mano. Y eso les rompe los esquemas.
-¿Pero de verdad me está diciendo que dejan ustedes la liberación de Palestina en manos de niños de 11 años?
-Mire, soy padre y no me gustaría que nadie matara a mi hijo. Ni nunca le enviaría a tirar piedras contra el ocupador. Pero es que no hace falta. Cuando yo vivía en Gaza, de muy niño ya cosía banderas. Y a los 6 años ya me habían puesto una metralleta M-16 en la cabeza.
-¿Es así como se forja la convicción política en los niños?
-Claro, cuando ves como pegan a tu madre, ya no hay opción.
-¿Y si la intifada fracasa?
-No fracasará. Con la primera intifada llegaron las primeras negociaciones. No fracasará por un motivo: los palestinos no tenemos nada que perder.
-¿Nadie en Palestina piensa en otras vías mas que arriesgar la vida de sus hijos?
-La intifada como estrategia une a todos los sectores del pueblo palestino. Casi por primera vez estamos todos unidos. Quiero dejar claro que nosotros no enviamos a nuestros hijos a la guerra como se está diciendo. Ellos van voluntariamente.
-¿De verdad es posible una paz entre dos pueblos que llevan 2.000 años en guerra?
-Ése es otro tópico falso. Nosotros hemos vivio en Palestina en paz con todas las otras religiones durante siglos. Hemos sufrido cruzadas y otras guerras, pero el tema con los judíos no lleva mas que desde el año 1947.
-Y a pesar de todo le veo optimista.
-Somos pocos pequeños y débiles, pero tenemos la justicia a nuestros favor. Por eso echaremos a los judíos de Palestina, como se echó a los americanos de Vietnam y a los franceses de Argelia.
Que Alá os ilumine
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