A mi me ha decepcionado.
La razón por la que no me ha convencido esta película es porque no se toma a sí misma en serio, lo cual a veces es necesario. Es conveniente cuando por ejemplo no sabemos si atribuir el desarrollo del film a un gusto frívolo y anárquico por la metáfora y lo surreal que lleva a Aronofsky a que cualquier sentido (por enrevesado que fuere, pero sentido) sea no ya secundario, sino existente en la narración. A mí me dices al final que las alucinaciones han sido producidas por el herpes de la espalda, rollo House, y me solucionas la papeleta perfectamente, porque entonces la peli pasa a ser la crónica de un delirio, un testimonio de trágica y bella fragilidad mental en un contexto que a pesar de ser tópico -Showgirls en El lago de los cisnes- es la belleza y la tragedia por excelencia en el arte. Tendríamos una peli tan pasional y deslumbrante como pretenciosa, y no este ñoño caos. Pero no, todo resulta confuso innecesariamente, y se lastra la coherencia de la película, porque aparte de buscarle un norte al relato, sólo nos quedan un puñado de lugares demasiado comunes en este tipo de historias y eso sí, el apartado visual incontestable y la gran virtud del director, que para mí, aparte de su hiriente sensibilidad, es el contar milimétricamente lo que quiere con los diálogos justos, sólo basándose en la comunicacón entre cerebro y la mirada, la precisión del ojo tras la cámara y el montaje perfecto. Contar más con imágenes que con palabras, y eso es en gran parte el cine... pero ha de haber una intención mínimamente definida detrás de lo visual, y aquí no la he hallado.
Tema aparte el que el señor Aronofsky parece querer reafirmarse en el malrollismo como eje de su mundo interior artístico, en el predominio de la oscuridad sobre la luz. Pos fale, son límites enormes que se autoimponen ciertos directores con enorme talento, bien por un tema de pose, bien por carencias vitamínicas severas, o qué sé yo. Lo que no me creo es que tanto el amigo Darren, como Lynch, como Haneke, con von Trier, etc, hayan tenido una infancia especialmente desgraciada o una vida adulta particularmente infeliz. Simplemente parecen estar emocionalmente enfermos, lo cual no impide que puedan hacer ciertas cosas con un enorme talento. Pero sólo ciertas cosas.
Y a ver si en la próxima se deja a Mansell libre de la jaula de oro que ha sido este Cisne negro, pues así más brillará, sin duda.