Bueno, eso ya se comentó. Es el típico merluzo que habla levantando la voz cada vez más para llamar la atención. Un zafio de esos que utilizan motes como pinfloi, melenas, satélite o similares. De esos que escupen perdigonazos al hablar y se tienen que limpiar la barbilla cuando se ríen a carcajadas.
De esos que no pueden darse cuenta jamás de que su inferioridad intelectual es su escudo y su defensa. No pueden ver que la gente no se acaba de meter más con ellos por no rebajarse a un terreno en el que cualquier interacción resultaría ridícula y abusiva.
Su ignorancia y atrevimiento son peligrosos, pero por otra parte le dan un aura de indefenso gilipollas que le salva de males mayores.
Es el típico que cuando habla con un jefe o un cliente intenta hacerse el gracioso, pero cuando la cosa de pone tiesa es de esos que encogen los hombros, esconden su cabeza tras sus palmas estiradas y pide clemencia como un gilipollas.
Un cacas al que más de una vez le habrán curtido el lomo por bocazas y otras tantas se lo habrán perdonado por la más absoluta de las penas y la vergüenza ajena.
Ese es pescanovas, el Gilipollas Cum Laude, el número 1 de la Subnormalidad, el tonto entre los tontos que además intenta mirar por encima del hombro al resto de los mortales.
La pena es que todos conocemos algúnn Pescanova en la vida real, son una legión que floreció al arrullo de una sociedad demasiado permisiva con el retraso y que ha acabado colonizada por estos bonobos cuya única meta en la vida es intentar hacerse el gracioso por encima de cualquier pudor o atisbo
de inteligencia.