Ojito con las Baleares. Como el Gobierno no tome cartas en el asunto y no empiece a controlar un poco lo que se está empezando a cocer, van a ser los próximos en empezar a darnos por culo y de paso a ser una avanzadilla de los dichosos Paisos Catalans.
Hace dos años me fui con la señora Spaulding a Menorca, isla estupenda donde las haya por cierto. Un día nos subimos a un barco a ver el puerto de Mahón. La mar estaba tranquila y una agradable brisa peinaba nuestros cabellos. Pero poco podíamos imaginar que aquel relajante paseo se iba a tornar en rabia y asco, pues la simpática muchacha que nos estaba informando de la historia del Puerto de Mahón a través de la megafonía dijo de repente "este puerto ha sido codiciado por diferentes reinos: fenicios, romanos, franceses, ingleses y catalanes". Al oír semejante mentira estuve tentado de levantarme y pedir que me explicara más detalladamente a qué fantástico reino catalán se refería, así que miré alrededor para comprobar con cuántos aguerridos compañeros españoles podría contar en caso de que la discusión subiera de tono y me di cuenta de que tan solo había un par de parejas de alemanes, unos adolescentes con pinta de emos y unos abueletes catalanes. Con semejante panorama me mordí la lengua, agaché las orejas y seguí escuchando a aquella puta hija de Anna Gabriel. Eso sí, no le di propina.