Pero que vamos, mucho imperio y mucho rollo para luego acabar perdiendolo todo y acabar siendo un pais semi tercermundista.
Y eso que controlar a 4 aborigenes sudakis no deberia ser muy dificil.
La empresa más asombrosa que un español ha culminado con éxito en toda la Historia es la conquista del Imperio Azteca. Apenas mil hombres, mal armados, peor abastecidos y aislados, en un país inmenso y extraño poblado por caníbales, a miles de kilómetros de España y enemistados con el gobernador de Cuba. Mil hombres comandados por Hernán Cortés.
Bernal Díaz del Castillo, cronista en primera persona de la epopeya, se preguntará años después:
"Muchas veces, ahora que soy viejo, me paro a considerar las cosas heroicas que en aquel tiempo pasamos que me parece que las veo presentes [...] porque, ¿qué hombres ha habido en el mundo que osasen entrar cuatrocientos soldados, y aún no llegábamos a ellos, en una fuerte ciudad como es México, que es mayor que Venecia, estando apartados de nuestra Castilla más de mil quinientas leguas, y prender a tan gran señor y hacer justicia de sus capitanes delante de él?".
https://www.diazvillanueva.com/2006/01/asi-se-conquist.html
Adoraban al sol y se consideraban sus hijos. Eran guerreros implacables y practicaban el comercio con gran aprovechamiento. Los pueblos de América del Sur les temían y ensalzaban a partes iguales, y los que no habían caído bajo su influencia no hubieran tardado mucho en hacerlo.
Pues bien: ese fabuloso imperio, en los confines del mundo conocido, fue conquistado en tan sólo media hora por, exactamente, 180 españoles, al mando de Francisco Pizarro.
Como era de esperar, el trujillano se negó en redondo y, ante los emisarios del gobernador, desenvainó la espada y trazó sobre la arena de la playa una línea, tan recta y tan cortante como el florete que la había dibujado. Acto seguido miró a sus hombres y les dijo con solemnidad: "Por este lado se va a Panamá, a ser pobres; por este otro al Perú, a ser ricos. Escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere". Trece decidieron ser buenos castellanos, y ricos. Los "trece de la fama", que en realidad fueron catorce, porque Bartolomé Ruiz también se a apuntó a lo de los incas, aunque hubo de regresar a Panamá a por refuerzos.
La papeleta de Pizarro era de aúpa. Tenía que arrebatar el imperio no a uno sino a dos pretendientes; para colmo, él tenía apenas doscientos hombres y los incas contaban por decenas de miles sus soldados. Por no hablar de que él no tenía ni idea de dónde estaba y los otros combatían en casa. En circunstancias normales –o si hubiera sido francés–, Pizarro habría dado la vuelta y esperado a que las tornas cambiasen, o a que otros emprendieran la conquista para, después, arrebatársela. Pero la conquista de América no supo de circunstancias normales y, por suerte para los americanos, no fue cosa de franceses.
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