ichi is back
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Si algo me gusta del cine oriental (mientras que a otros les parece un defecto grave) es que no se anda por las ramas. En sus pelis no suele haber moraleja, ni explicaciones de por qué los personajes son así y son asá. En ocasiones es francamente difícil reconocer a los buenos de los malos si es que realmente hay buenos y malos.
El público occidental está acostumbrado a unos clichés, a unos personajes tipo y a que les subrayen claramente quien es el héroe, quien el villano y lo que está bien y lo que está mal.
En gran parte del cine oriental no pasa eso en absoluto. Cada uno es como es y tiene sus motivos para serlo. Un asesino brutal puede ser un buen tipo, un policía que lucha contra la mafia puede ser un psicópata movido por el rencor, etc. Sus acciones en ocasiones parecen absurdas e inexplicables, fruto de las pasiones, de la desesperación o de las circunstancias.
No hay personajes que te expliquen en voz alta por qué hacen lo que hacen. No suele haber narradores en off, ni teorías psicológicas. Sólo hay hechos y que cada uno que los tome como pueda.
Y no por ello la peli carece de sentido o de contenido. Al contrario, a lo mejor es más inteligente y profunda que la mayoría de las pelis occidentales de temática similar.
Dangan Runner es así.

Tres perdedores comienzan a perseguirse durante la hora y pico de la peli para matarse los unos a otros por motivos absurdos o equivocados. Una carrera desesperada y agotadora que pasa de lo cómico a lo trágico y a lo lírico continuamente.
Yasuda: Un pobre diablo, un cocinero muy corto al que todo el mundo desprecia y que está enamorado de una chica que anda con hombres ricos y mayores. Al verla no puede evitar vomitar siempre por los nervios. Ella se burla y dice que nunca será un hombre. Yasuda decide robar un banco para conseguir dinero y demostrar su hombría. El resultado será un desastre catártico.
Aizawa: Dependiente de una tienda dónde Yasuda entrará a robar una mascarilla para taparse la cara. Es un cantante de rock fracasado y drogadicto que sueña con una fama imposible mientras se carga de deudas con su camello y destruye la relación con una novia que le quiere. Su orgullo de macho le lleva a perseguir a Yasuda para quedar bien ante unas chicas en la tienda.
Takeda: Un yakuza cobarde que no puede evitar que maten al jefecillo que protegía. Obsesionado con ser todo un yakuza y sintiendo una atracción casi homoerótica por el jefe de su clan al que desea agradar a toda costa, confunde a Aizawa con el asesino que le burló y comienza a perseguirlo más por desesperación que por otra cosa.
Juntos inician una de las carreras más largas de la historia del cine durante la cual, de forma sutil, asistimos a una burla de todos los tópicos del cine de acción, de yakuzas y, en general, de todas las fantasías masculinas que impregnan el cine. Burla de la cual no se libran aspectos referentes al sexo, el amor romántico, la violencia o la ambición...
Una carrera sin sentido para demostrar que la hombría es algo muy relativo y un motor precario para guiar la vida. El final es apoteósico y sólo se salvará aquel de los tres que tiene una meta definida más allá de los clichés propios de la masculinidad mal entendida.

Dangan Runner es una peli al estilo "Pulp Fiction" o "Corre Lola Corre", pero, para mi gusto, mil veces más coherente e inteligente en su planteamiento, aunque no sea tan divertida como "Pulp Fiction" ni tan pretenciosa como la alemana.
Otra joya del cine japonés que nadie conoce.
Una pena.