El Loco de las Coles
Famelic escaleto
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- 29 May 2005
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Pues si amiwitos del equichdé, hoy día siete de Noviembre de la era de Google, estoy citado a las 9:15 para declarar en el Palacio de Justicia de mi ciudad, Murcia, por los trágicos hechos del 15 de Marzo de 2002, día en la que armé el taco prendiéndole fuego a mi casa con un mechero Clipper, en un arranque de mala hostia que pasará a la historia de las frikadas absolutas.
En el juzgado Nº 5 de Lo Subnormal me esperan con los brazos abiertos, para que ajuste cuentas con la sociedad y para preguntarme una y otra vez las mismas chorradas sin sentido.
Pobrecito de mi, aquejado como estaba por una enorme crisis de Anorexia y Bulimia, y con toda la tontuna de mis 18 añitos (o 19, no me acuerdo), decidí que la mejor forma de escapar de la presión familiar y de mi mismo era meterle fuego a mi casa e inciar una nueva vida lejos de aquí. Pero el tiro me salió por una relativa culata imaginaria, porque a día de hoy sigo viviendo en casa, con una mami que me aborrece y con unos vecinos que me miran con cierto resquemor.
La gente es mala.
Me llevo la cámara digital al juzgado, a ver si de estrangis puedo echar alguna que otra foto, mientras espero que me asignen a algún inutil de oficio, y cuando vuelva os cuento y posteo lo que tenga. Es la tercera citación que recibo y en el papel pone claramente que si no acudo, se procederá a mi búsqueda y detención, así que mejor me doy un bote por allí a ver que me tienen preparado. No aceptaré nada a no ser que me encuentre una mesa llena de ganchitos de queso, vasos de fanta de naranja y sandwiches de Nocilla.
Quiero que me devuelvan mi infancia.
Ruego encarecidamente al Juez que lleve mi caso que se ponga la típica peluca de rizos plateados. Me hará profundamente feliz.
En el juzgado Nº 5 de Lo Subnormal me esperan con los brazos abiertos, para que ajuste cuentas con la sociedad y para preguntarme una y otra vez las mismas chorradas sin sentido.
Pobrecito de mi, aquejado como estaba por una enorme crisis de Anorexia y Bulimia, y con toda la tontuna de mis 18 añitos (o 19, no me acuerdo), decidí que la mejor forma de escapar de la presión familiar y de mi mismo era meterle fuego a mi casa e inciar una nueva vida lejos de aquí. Pero el tiro me salió por una relativa culata imaginaria, porque a día de hoy sigo viviendo en casa, con una mami que me aborrece y con unos vecinos que me miran con cierto resquemor.
La gente es mala.
Me llevo la cámara digital al juzgado, a ver si de estrangis puedo echar alguna que otra foto, mientras espero que me asignen a algún inutil de oficio, y cuando vuelva os cuento y posteo lo que tenga. Es la tercera citación que recibo y en el papel pone claramente que si no acudo, se procederá a mi búsqueda y detención, así que mejor me doy un bote por allí a ver que me tienen preparado. No aceptaré nada a no ser que me encuentre una mesa llena de ganchitos de queso, vasos de fanta de naranja y sandwiches de Nocilla.
Quiero que me devuelvan mi infancia.
Ruego encarecidamente al Juez que lleve mi caso que se ponga la típica peluca de rizos plateados. Me hará profundamente feliz.
Clásico
Freak
Veterano
Asiduo
Forero del todo a cien
