Coletillas puto odiosas

Coletillas foriles.
Va por modas, su tiempo, como las coletillas de la calle.
Cuando empecé a forear en el general, se estilaba mucho lo de "pobre". Ahora ha caido en desuso.

K♂rma paupérrima.
 
A mí otra coletilla ( o expresión, según se mire) que me hierve la sangre al extremo es cuando te encuentras con algún conocido que hace lustros que no ves y al terminar la conversación e intercambiar wasaps te dice : "Bueno, a ver si nos vemos y tomamos algo, no? Y así nos ponemos al día".
Luego pasan las semanas, meses y años y esa persona no te habla nunca y, cuando decides tu tomar la iniciativa de quedar para veros, no hace más que poner excusas de "tal día no puedo, uff ese día es que tengo cita con el médico", etc etc.
 
Sobre "¿sabes?" y "¿entiendes?" los expertos en asertividad recomendarían utilizar "¿me explico?" dando a entender con gran cinismo que el peso de la comprensión no recae en el interlocutor que no entiende sino en uno mismo que no se explica bien. Es decir, es la misma coletilla odiosa de tener que estar comprobando constantemente la atención del otro con el añadido de una capa de falsa humildad.

Todas las coletillas son un indicativo de un reflejo emocional, de lo que sucede en la mente de quien las dice. Son como la animación de "Cargando ..." del cerebro.

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¿Sae o qué?


El significado que tienen realmente en la cabeza de quien las dice puede ser muy diverso, pero en el caso del "¿me entiendes?" o "¿me explico?" suelen ser una llamada de auxilio. "¿Tú te estás enterando de algo? Es que yo he perdido el hilo de mis pensamientos y necesito ayuda".

Uno de los dramas de comunicarse en una lengua extranjera es que puedes ser todo lo refinado que quieras en tu idioma materno, pero pecar de infinidad de tics cuando tienes que expresar ideas complejas en otro. Cualquiera con un mínimo de sensibilidad ve cómo los interlocutores pierden algo de respeto al instante. Y por leve que sea, ese insulto te hiere y te hace más propenso a caer en más errores. Es entonces cuando se te quita esa superioridad moral de resabiado que rezuma este hilo.
 
Saludo típico de la Málaga cateta : "Quizer tio". No se si será típico se otras tierras, lo dudo.

Cada vez que un subnormal me saluda así me dan ganas de matarlo a golpes.

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"Aquí luchando". Empleada en días laborables cuando se encuentran casualmente dos conocidos cualquiera por la calle o en la cola del Mercadona.

Suelo contestar a esa "pues yo aquí trabajando pa'los hijos" y la gente se ríe, y con razón.
 
Todas las coletillas son un indicativo de un reflejo emocional, de lo que sucede en la mente de quien las dice. Son como la animación de "Cargando ..." del cerebro.

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¿Sae o qué?


El significado que tienen realmente en la cabeza de quien las dice puede ser muy diverso, pero en el caso del "¿me entiendes?" o "¿me explico?" suelen ser una llamada de auxilio. "¿Tú te estás enterando de algo? Es que yo he perdido el hilo de mis pensamientos y necesito ayuda".

Uno de los dramas de comunicarse en una lengua extranjera es que puedes ser todo lo refinado que quieras en tu idioma materno, pero pecar de infinidad de tics cuando tienes que expresar ideas complejas en otro. Cualquiera con un mínimo de sensibilidad ve cómo los interlocutores pierden algo de respeto al instante. Y por leve que sea, ese insulto te hiere y te hace más propenso a caer en más errores. Es entonces cuando se te quita esa superioridad moral de resabiado que rezuma este hilo.

Te voy a ser sincero: no soy tan duro como puedo aparentar aquí con mis juicios morales respecto a las coletillas. Lo que ocurre es que presupuse más éxito a un típico hilo putalocuriense entra-suelta-bilis-sal que una aproximación más fenomenológica como la que tú has esbozado y que yo también ensayé en mi primer post. Lo triste es que al hacerme reflexionar me has hecho caer en la cuenta de que a mi me interesa mucho más esta segunda aproximación.

Yo pienso que estos tics o coletillas no son únicamente una pausa para pensar. Se acaban por convertir en un vicio que deforma tu manera de expresarte para que se adapte a la estructuración que imponen las coletillas. Es equiparable a aquellos fumadores conversacionales que adquieren una manera de hablar fumando muy específica; de manera inconsciente adaptan la cadencia de sus frases para que encajen con el tiempo entre caladas. Frases y caladas se influyen dialécticamente. De manera análoga, el cuerpo extraño de la coletilla, acaba por ser incorporado como una prótesis en la totalidad del lenguaje de un individuo para trastocarlo.

Uno se expresa para dar una salida legible a las ideas en bruto que vagan por el cerebro. El abuso de coletillas no deja de ser una intrusión de esa brutalidad del interior en el habla; como un motor con un engranaje roto que sigue girando pero patina constantemente en el mismo punto de la revolución.
 
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Uno se expresa para dar una salida legible a las ideas en bruto que vagan por el cerebro. El abuso de coletillas no deja de ser una intrusión de esa brutalidad del interior en el habla; como un motor con un engranaje roto que sigue girando pero patina constantemente en el mismo punto de la revolución.

Ese patinazo constante también lo escucha quien lo produce. ¿Hasta qué punto debe llegar una muletilla para que alguien haga el esfuerzo de deshacerse de ella? ¿Se puede decir que son casos leves de síndrome de Tourette, en los que el cerebro juega la mala pasada de repetir voces indeseadas?
 
Ese patinazo constante también lo escucha quien lo produce. ¿Hasta qué punto debe llegar una muletilla para que alguien haga el esfuerzo de deshacerse de ella? ¿Se puede decir que son casos leves de síndrome de Tourette, en los que el cerebro juega la mala pasada de repetir voces indeseadas?


Exacto. En el primer post del hilo hablo de ellos como de un prototourette. Estoy convencido de que están motivados por el mismo principio nervioso-impulsivo.

Yo creo que tiene que ver con cómo se establecen los hábitos. Que no deja de ser la repetición consciente de una actividad hasta que ésta se convierte en un automatismo. Cuando se establece ese automatismo siempre nos queda un residuo; lo podemos llamar el inconsciente, lo inintencional o la vida misma manifestándose, que ante la alienación de la actividad a la que la sometemos, ésta se revela y hace acto de presencia.

Tú que has pasado tiempo aprendiendo a dibujar habrás presenciado, de forma muy cristalina, que en el dibujo también son inevitables los tics; será facil establecer la relación entre la adquisición de éstos y la consolidación de hábitos y automatismos. Si continuamos pensando a partir del dibujo los podremos considerar una distorsión expresiva, que a fin de cuentas otorga lo que llamamos personalidad. Porque ¿qué es el encanto sino una sucesión de tics aseados, agradables, estéticos?
 
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Yo meto mucho "corticoides", ya me lo han hecho notar y trato de paliarlo, pero siempre se me escapa alguna vez en cada conversacion.
 
Hay un par de personas en mi vida que siempre que me ven me dicen "¿Qué dices, tío?”
La primera vez pensé que era una pregunta real, que por lo que fuese le había dado la impresión que había dicho algo pero no me había entendido pero ya veo que no, que es su forma de decir "hola, qué tal?"
Muy mal todo.
 
hola, qué tal?"
Muy mal todo.
Madre mía, oigo esa frase y me entran sudores fríos de ansiedad. He de responder algo! Y cuento lo que sea, cosas absurdas, que no vienen a cuento. Ellos me han preguntado. Porqué me saludan así? Joder!
 
Pues a mí cuando me preguntan "¿qué tal?", se lo cuento. A la gente le jode muchísimo, pero no es mi problema, no haber preguntado.

Obviamente yo no les pregunto "¿y tú?", porque no me interesa.
Pues esta es la estrategia que he adoptado recientemente.
El sujeto ya ha pasado de largo, le obligo a darse la vuelta y a escuchar mis problemas de ese momento. Por supuesto se tratan siempre de cosas para las que no tengo vocabulario en italiano o cosas que no tengo claras, por lo que tartamudeo como un puto retrasado. Pregunto sobre la marcha las palabras que voy necesitando, me quedo ratos pensando en silencio, pierdo el hilo...
Al final sonrió feliz, le agradezco su atención, deseo un bueno día y me despido o directamente le pregunto qué tal y me largo violentamente.
Por supuesto, esta mierda la sufre cualquiera que me dirija la palabra, independientemente de su jerarquía, género, edad, o de la relación que tenga conmigo el sujeto.
 
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