Duelista rebuznó:
O sea, que si yo entreno mucho, algún día llegaré a ser jugador de primera división...
Que va, eso de que con la práctica (o voluntad, como prefieras) se consigue todo es una de las grandes mentiras de estos tiempos que nos toca vivir. Nos venden la moto de que somos capaces de conseguir lo que nos propongamos siempre que lo deseemos con fuerza, pero es mentira, es una mentira muy grande ya que de un burro no se puede conseguir un caballo de carreras. Igual que hay gente negada para los estudios, hay gente negada para los deportes y por supuesto, hay gente negada para las relaciones sociales, en este caso, el ligoteo. Y esto es así, y cuanto antes se asuman y acepten las limitaciones propias, más feliz serás, creo yo. Lo cual no quiere decir que no estés en la obligación de intentar mejorar, pero siempre siendo realista ya que esa es la única manera de no llevarte unas buenas hostias en la vida.
Pues mira, poniendo tu post de ejemplo. Si reflexionases, leyeses un poco de filosofía y observases los matices del mundo que te rodea... podrías ser capaz de ver en la vida una serie de matices de gris entre el blanco y el negro (que son los únicos dos colores que ves actualmente). El pensamiento simplista no lleva a nada bueno.
Vaserqueno ha dicho claramente que no llegará a ser B.B. King, pero sí tocar blues con bastante arte. Llevándolo al fútbol, no llegarás a jugar en primera división, pero sí a montarte un equipo local de tu barrio. Que a según qué edades, el simple hecho de retomar el deporte con éxito y no crujirse los huesos ya es todo un logro.
Se puede aprender. Pero además de desearlo, con
esfuerzo. Ese pobre vocablo que casi está abocado a la extinción como responsabilidad, disciplina o madurez.
Y lo que dije, lo mantengo. Que no es incompatible con este post. Me explico.
Yo también era un adolescente inadaptado de la hostia, con pocos amigos y bastante desorientado en lo social (y no digamos en el ligoteo). A esto sumale que mis padres son bastante brutos y de ideas fijas. Mala combinación.
Pero con el tiempo empecé a aprender a relacionarme mejor, a tener diferentes amistades, a ser cordial e incluso a seducir (torpemente) a alguna chica. Claro está, a base de ensayo y error, muchas hostias y también aprendiendo de los demás. Solía escuchar a amigos que me sacaban más de diez años, y cada una de sus aportaciones me parecía oro puro.
Sin embargo...
Ahora, camino de los cuarenta tacos, me veo en una sociedad que no se parece en nada a la de antes. Como dice un buen amigo mío, este occidente es la Roma decadente que vive en su burbuja de realidad virtual y es débil ante los bárbaros que pronto la atacarán y saquearán. No sólo en lo económico, sino en lo social también. Perdiendo el tiempo en Badoo, Facebook y otras redes sociales de mierda, tratando de impresionar a no se sabe muy bien quienes. Y en la vida real, miramos furtivamente a la vecina del sexto y contestamos al conserje con un gruñido.
Por eso. Me da igual ser culto, tener estudios, no tener deudas, ser medianamente independiente, tener buen trato con la gente, circulos sociales y ser divertido. No es suficiente para esas niñas consentidas de 20, 30 o 40 que piden imposibles (no nos engañemos, el 90% de las hembras occidentales piensan así). Y me la suda, porque prefiero ignorarlas y tratar de buscar refugio en otras cosas.
Es más, estoy en el paro desde hace poco, voy mandando curriculums y puede que mi siguiente trabajo sea en el extranjero. Y si allá donde acabe, el contexto fuese distinto, entonces me animaré a tirar la caña (o a esperar que me la tiren, que también podría ser).