Black Adder
Plagiador de mierda
- Registro
- 22 Feb 2009
- Mensajes
- 25.123
- Reacciones
- 3.226
Estuve leyendo sobre Tommy Kono, quizás el haltera americano más brillante de todos los tiempos. Una de sus reflexiones más interesantes venía a decir que la práctica no hace la perfección, simplemente hace la permanencia. La idea de que practicar algo una y otra vez es garantía de lograr la excelencia no tiene sentido. Simplemente te entrenas para hacer lo que estás haciendo exactamente del modo en que lo estás haciendo. Si no se pone toda la atención posible en cada paso de cada práctica, simplemente estás poniendo palos en tus propias ruedas practicando mejor la forma de hacer mal las cosas.
La piedra angular de esta reflexión es que cada cosa que haces es una oportunidad para mejorar si te predispones a que sirva precisamente para eso. Dicho de otro modo, no enfocar cada práctica en cualquier ámbito de este modo significa que estás deshaciendo por la noche el trabajo correctivo específico que haces por la mañana. Andas en círculos, cansándote cada vez más de todo sin llegar a ninguna parte.
Los hábitos son producto de la práctica, ya sea intencional o no. Un mal hábito es el producto de practicar algo que no deberías estar haciendo. Y esto puede ser cualquier cosa, desde fumar basuco hasta balancear la barra demasiado adelante sobre tu eje corporal durante una arrancada. Es muy difícil sencillamente dejar de hacer algo habitual, la mejor aproximación es reemplazar un mal hábito por otro que actúe en sentido contrario. Eso es, en lugar de intentar dejar de hacer cosas que nos perjudican, es más efectivo practicar el hacer lo que quieres hacer del modo en que quieres hacerlo.
En algunos casos es literalmente imposible detener una mala costumbre, la única opción es hacer activamente algo en su lugar. Tommy reconoce la importancia de estimular el pensamiento positivo en lugar de compadecerse y caer en la negatividad. No me refiero al típico pensamiento feliz hippiesco sobre sonreirle al mundo y dejar de desear la muerte de la gente, sino en el sentido de activamente emprender acciones para corregir determinadas actitudes, en lugar de intentar reprimirlas directamente. En lugar de pensar cómo de estúpido eres por tal o cual cosa y desear que pudieras conseguir lo que crees que nunca podrás hacer (por lo estúpido que eres), crea un nuevo hábito que mejore todos los anteriores. Si sueltas la barra demasiado pronto en los dos tiempos NO puedes intentar soltarla menos temprano, simplemente crea el hábito de aguantarla dos segundos antes de tirarla. Eso no sólo mejorará tu levantamiento particular, sino que también modificará tu actitud a través de la práctica.
En definitiva, que puedes lamentarte hasta el infinito de cómo de desastre eres y la mala suerte que tienes, o contemplar con orgullo el trabajo duro que tienes por delante hasta mejorar. Creo sinceramente que una mentalidad positiva, activa y determinada es crítica para conseguir triunfar en cualquier cosa, ya sea en el deporte, que es un asunto de horar horas y horas de trabajo monótono y brutal durante años a cambio de unas cuantas oportunidades contadas de demostrar sus beneficios y efectos, como en cualquier otro campo menos importante, como la vida sexual.
La piedra angular de esta reflexión es que cada cosa que haces es una oportunidad para mejorar si te predispones a que sirva precisamente para eso. Dicho de otro modo, no enfocar cada práctica en cualquier ámbito de este modo significa que estás deshaciendo por la noche el trabajo correctivo específico que haces por la mañana. Andas en círculos, cansándote cada vez más de todo sin llegar a ninguna parte.
Los hábitos son producto de la práctica, ya sea intencional o no. Un mal hábito es el producto de practicar algo que no deberías estar haciendo. Y esto puede ser cualquier cosa, desde fumar basuco hasta balancear la barra demasiado adelante sobre tu eje corporal durante una arrancada. Es muy difícil sencillamente dejar de hacer algo habitual, la mejor aproximación es reemplazar un mal hábito por otro que actúe en sentido contrario. Eso es, en lugar de intentar dejar de hacer cosas que nos perjudican, es más efectivo practicar el hacer lo que quieres hacer del modo en que quieres hacerlo.
En algunos casos es literalmente imposible detener una mala costumbre, la única opción es hacer activamente algo en su lugar. Tommy reconoce la importancia de estimular el pensamiento positivo en lugar de compadecerse y caer en la negatividad. No me refiero al típico pensamiento feliz hippiesco sobre sonreirle al mundo y dejar de desear la muerte de la gente, sino en el sentido de activamente emprender acciones para corregir determinadas actitudes, en lugar de intentar reprimirlas directamente. En lugar de pensar cómo de estúpido eres por tal o cual cosa y desear que pudieras conseguir lo que crees que nunca podrás hacer (por lo estúpido que eres), crea un nuevo hábito que mejore todos los anteriores. Si sueltas la barra demasiado pronto en los dos tiempos NO puedes intentar soltarla menos temprano, simplemente crea el hábito de aguantarla dos segundos antes de tirarla. Eso no sólo mejorará tu levantamiento particular, sino que también modificará tu actitud a través de la práctica.
En definitiva, que puedes lamentarte hasta el infinito de cómo de desastre eres y la mala suerte que tienes, o contemplar con orgullo el trabajo duro que tienes por delante hasta mejorar. Creo sinceramente que una mentalidad positiva, activa y determinada es crítica para conseguir triunfar en cualquier cosa, ya sea en el deporte, que es un asunto de horar horas y horas de trabajo monótono y brutal durante años a cambio de unas cuantas oportunidades contadas de demostrar sus beneficios y efectos, como en cualquier otro campo menos importante, como la vida sexual.