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Victor I rebuznó:El problema es frisar los 40 y tener la tentación de salir a la calle con la botella abierta alcoholizando la acera
WELCOME TO CHONILAND

Extraradio barcelonés. Interior de una disco-pub trallera. 2 de la madrugada.
Palúrdez, apellido imposible pero que ahorra toda descripción del personaje, deja el ticket del guardarropa en el bolsillo trasero de sus poco llenos pantalones (no hace peso muerto) y se dirige a la barra. Su figura desentona en el local como la de una vecinita de FHM en un seminario de Lidia Falcó pero hace tres meses que no moja y le da igual caer bajo. A pesar de todo conoce los riesgos, pero ha interiorizado perfectamente las reglas para sobrevivir en esta jungla.
REGLA #1: NO CRUZAR LA MIRADA CON NADIE
Cruza la pista en línea recta simulando que está muy ocupado rebuscando entre los dineros que lleva en la cartera aún a pesar de que los tiene contados para una sola consumición, ignorando los tíos sin camiseta que lo empapan de asqueroso sudor ajeno. Pide un ballantines con cola para no dar el cante. Mientras espera, de reojo, ha localizado una pareja de canis que ya se han percatado de su presencia. Paga, recoge el tubo de plástico con el etanol correspondiente y se aleja de la zona haciendo sorbitos al combinado para que no derrame.
REGLA #2: EVITAR LOS SERVICIOS A TODA COSTA
Ha pasado una hora y el tubo de plástico hace rato que está vacío. Palúrdez toma consciencia de que tiene ganas de mear. Escupe lo que queda del cubito que se deshacía en su boca con la esperanza de que la urgencia no sea irreversible. Sopesa que en un caso extremo cruzará la pista de nuevo, se hará sellar el dorso de la mano y buscará un rincón del polígono para ejercer sus derechos de incívico urbano. Cualquier cosa antes que entrar en la boca del lobo mezcla de narcosala y club de la lucha que son los servicios. De momento, pero, la principal urgencia sigue siendo tirar la caña.
REGLA #3: TRES MOCOS HACEN UNA NEGATIVA
Los últimos 20 minutos los ha malgastado revoloteando un grupo de 5 amigas cerca del podio. Al principio parecía que había opciones con la segunda en la pirámide de la follabilidad pero cada vez que se acercaba más de la cuenta las miradas y sonrisas lejanas se convertían en reticencia y frases hirientes a quemarropa. Al tercer intento Palúrdez empieza a sospechar que su presa hacía de anzuelo para la amiga fea y ha decidido emprender la retirada antes de que empezara el protocolo de las presentaciones, asegurándose de memorizar la ubicación en su GPS mental por si hiciera falta subir a rematar el córner a última hora. Opta por desplazarse hacia dos concursantes de Mujeres y Hombres y Viceversa bebidas como el capitán Haddock y especialmente escandalosas.
REGLA #4: EL TECNO SÓLO SE BAILA SI ES ESTRICTAMENTE NECESARIO
Vista de cerca, una de las concursantes gana mucho. Concretamente, de cintura para abajo. Palúrdez se enciende un cigarrillo, aprieta los morros y empieza a desplegar su repertorio coreográfico. Un buen culo embutido en unos tejanos de tiro bajo bien merece el esfuerzo. Por suerte, en pocos minutos ha conquistado un espacio entre los dos zorrones y la coreografía evoluciona hacia el ya clásico bocata de tres pisos con Palúrdez haciendo de relleno y asegurándose de tener la salsicha a tocar de la rebanada buena. Justo se ha decidido a posar las zarpas encima de sus caderas cuando se da cuenta de que la excitación le ha hecho olvidar la quinta norma.
REGLA #5: DETECTAR Y DESCARTAR LAS JENNYS
El amigo Jonny, que debe volver del servicio a juzgar por la cadencia de su mandíbula, no parece apreciar la belleza sincrónica de la danza conjunta de Palúrdez y su Jenny, y lo comunica solícitamente de forma verbal y física. La Jenny propietaria de los pantalones de sordomuda afirma desconocer quién tenía detrás suyo y estar convencida de que se trataba de su amiga (lo cual es evidentemente mentira). Nadie se esfuerza en demostrar lo contrario, conscientes de la irrelevancia del hecho en la materialización del inminente desenlace. Unos cuantos empujones y tirones después aparecen los nobles controladores de acceso del local, privilegiados espectadores-narradores de todo el suceso, que los invitan amablemente a abandonar el local (arrastrándolos penosamente hacia la salida). Una vez fuera, Palúrdez sabe que ha llegado la hora de dejar de ser un cobarde y comportarse como un hombre.

Y ahora qué, ¿eh?

Que lo pagarás muy caro, sinvergüenza. ¿Cómo osas?

Estoy harto de gente como tú. Si tu novia es una putita y cada vez que sales a enzarparte se frota con el primero que pasa yo no tengo la culpa.

Ay, bendito, que acabas de firmar tu sentencia de muerte. Por mis antepasados yo juro que te defenestraré.

¿Sí? Pues piénsalo muy bien porque sólo puedes terminar de dos maneras: o esposado y con un cargo por homicidio o en una bolsa de plástico. Y ahora ven aquí si tienes huevos.
Un escalofrío le sube por la espalda hasta el cogote al ver la cara de sorpresa del Jonny, que no se esperaba una actitud tan desafiante en su oponente. Y de hecho el propio Palúrdez tampoco. Al plantar cara a su miedo atávico y hacerlo delante de tanta gente ahora se siente nuevo, poderoso, capaz de todo. Entonces Jonny se abalanza sobre Palúrdez hecho una fiera, y detrás suyo tres colegas más. Palúrdez pierde el equilibrio en la primera acometida y en dos minutos que parecía que no fueran a terminar nunca le han roto la cara, reventado las costillas a patadas y apuñalado el estómago seis veces. Tumbado en el suelo, desangrándose a marchas forzadas entre la espantada de testigos con pocas ganas de declarar, recuerda vagamente la sexta norma, la más importante.
REGLA #6: SÓLO UN JONNY PUEDE VENCER OTRO JONNY (Corolario a la regla #6: y de entre ambos, quien pega primero siempre gana).