Las conversaciones se reducen al tipico: "Buenos dias", "hoy parece que clareara" o "como chilles te rajo, puta". Normalmente yo llevo la tonica del dialogo, y a ellas parece no importarlas. Les suelo enseñar mi opinel de trabajar e incluso paramos el ascensor para hablar mas tranquilamente.
La unica a quien respeto es a doña Lurditas, ya que es mi unico punto de contacto con su hija: Renata, la puta.