paquirring
A mí la Guardia Civil
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- 7 Feb 2007
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Me cago en la puta madre del que pariera Internet. Yo, que para el tema de las dobleces personales, los intríngulis humanos y los entresijos insondables de los seres que pululan a mi alrededor he sido siempre más bien tirando a corto, aún estoy noqueado por un suceso que ha acontecido recientemente.
Sin entrar en detalles, administro un foro público aunque no masivo, habitualmente no seremos más de 20 personas escribiendo, y la mayoría nos conocemos en persona.
Hace un par de semanas, notamos que uno de los más habituales no entraba, y se descubrió por boca de sus familiares (con los que algunos foristas consiguieron contactar) que el sujeto estaba en prisión por más de 15 denuncias por acoso sexual a menores.
Dicho sujeto era una constante en cualquier sarao o quedada que organizara el foro, hombre de taitantos, "empresario de éxito", "respetable marido y padre de familia" (entre comillas, porque eso era lo que nos contaba, y de lo cual sabemos que no es cierto: ni mujer, ni hijos ni la madre que lo matriculó). De la noche a la mañana descubres que este reptil, con el que te has sentado a una mesa (lo cual ya era un mérito con sus más de 150 kg. en canal, el típico gordo bonachón y afable) se dedicaba a coaccionar a lolitas por webcam, a enseñarles la churriminga y a extorsionarlas con amenazas de contarle a los padres sus guarradas frente a la webcam si no seguían actuando para él.
Y me cago en la puta madre del que perió a Internet porque si yo ya de por sí soy cándido para estas cosas, imagínense si se trata de sujetos con una verdadera doble vida, al real y la cibernética.
Lo peor de todo es el sentimiento que me queda: hijueputas redomados adoradores de shemales, niños mutilados y deformes y cadáveres putrefactos como sois todos vosotros seguro que se asustan cuando están en la cama y oyen un crujido, y resulta que hombres hechos y derechos, de apariencia normal, agradable y cercana ocultan una terrible doble vida (léase este de quien os hablo, léase Fritzl, o tantos y tantos otros).
Yo ya solo me fio de mi madre, que al estar en silla de ruedas sé que mucho no me va a sorprender.
Hazte un blog, hijo de puta