Apofis
No-calvo de mierda
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Voy por mi barrio y veo ventanas plagadas de estos dibujos. Bien, vale, son de niños, hasta ahí perfecto. Es para que pase el tiempo tu hijo y que se quede un rato quieto? Perfecto.
Pero, ¿Es realmente para los niños?
No, claro. Es para los adultos. Es la ristra de ajos para que no entrasen los vampiros.
Los aplausos cada vez menos dilatados en tiempo pero más al día (hoy van tres desde las 20:00) es ahuyentar a los malos espíritus.
Se nos llena la boca siempre de que vivimos en la era tecnológica. Decimos " en pleno 2020 y todavía tal..." como si el mero hecho de vivir en este tiempo haga imposibles según qué circunstancias, pero en el fondo no somos más que seres muy primitivos estucados de aparatos que nos hacen parecer unos adelantados.
Ya no nos hacía falta Dios y lo matamos por eso ahora volvemos a la caverna y llamamos a los dioses de la lluvia, del viento y del fuego, lo hacemos con aplausos a ver si nos oyen. Con caceroladas por si los aplausos no les llegan, a ver si nos ayudan, porque a Dios nos lo hemos cepillado y ese ya no nos va a hacer caso.
Sentimos que con pensar las cosas muy fuerte ahuyentamos al mal. Si ponemos esos dibujos en las ventanas nada malo nos va a pasar. Si damos palmas menos aún y si ya ponemos el himno ni te digo. Eso ahuyenta por completo a los malos espíritus.
También está sacando lo peor de nosotros mismos. Vecinos chivatos que con móvil en ristre (si no no lo hacen) graban como abroncan a algún ciudadano que igual venía de dejar a su anciano padre en casa. Saqueos en mercadonas, miradas de reproche a quien va en coche. Todo sin saber nada del otro, simplemente nos apetece señalar.
Esto no ha hecho más que empezar y ya nos hemos convertido en una sociedad de cazadores-recolectores.
Al final la caverna no estaba tan lejos.
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