Anodino
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Andaba yo haciendo zapping la otra noche, entre paja y paja, cuando me topé con este cierre del programa "La Gran Oportunidad", de Antena Trec:
Ya llevaba varios días dándole vueltas a este asunto que hoy os pongo sobre la mesa, pero este vídeo fue la revelación total, el hecho físico indiscutible que andaba buscando. Conste que nunca he visto ese poglama, que no sé de qué va y que me importa un carajo, pero el rollito de la supuesta motera me hizo explotar.
Está muy bien y todo eso que los moteros reclamen cositas ante la tele, eso no lo discuto. Pero cojones, ¿de entre los millones de moteros tuvieron que elegir uno con tetas para que hablara? Y que encima no supiera transmitir un mínimo de sensatez y habilidad motera. Y no, no va el tema por el rollo machista de yo lo hago mejor, o las motos son cosas de hombres. Es que, simplemente, no me encaja. Y hace feo.
Sé que generalizar es muy arriesgado, y que en esos casos mucho de lo que se dice no se cumple. En esto que intento decir habrá mil variables, puede que una por cada caso y persona, pero estoy seguro que arrancaré más de un "estoydeacuerdo" cuando digo que hay cosas de hombres y cosas de mujeres, divididas por una tenue e invisible línea. Cruzarla puede traer devastadores efectos.
Aunque me lo puedo imaginar, desconozco el efecto que traspasar la barrera de lo sexualmente atribuible dentro de la pareja. Pero sé que en la soltería el resultado puede ser demoledor. Por que sí, porque hay cosas que son para los tíos y cosas que son para las tías. Por historia, por tradición, por genoma, por H o por B, pero es así.
A buen seguro muchos de nosotros daríamos la misma respuesta si propongo adjudicar un sexo a determinadas tareas comunes o supuestamente exentas de sexo, como puedan ser lavar la ropa, hacer la compra, hacer la declaración de la renta, lavar el coche o llevar los niños a colegio. Es más, a buen seguro mientras leemos estas actividades se nos va apareciendo en la mente un cochamen o una pollaka.
Y lo siento, pero pilotar motos es cosa de tíos. No lo puedo evitar, pero me tira para atrás. Que las mozas vayan de paquete, aunque sea disfrazadas de power-ranger en son de paz, es otra cosa. Pero verlas agarradas a los mandos me transfiere cierta idea de marimachoman que no puedo con ella.
Sé, como decía antes, que quienes vivimos solos y tenemos que hacerlo todito con la dos manitas que nos dio Dios nuestro Señor nos echamos a la espalda todas las tareas, y que en parte mi teoría se me va al carajo ya desde el principio. Pero es que no puedo evitar la sensación de repulsa cuando veo a niñatas abrir un coche deportivo semituneado, o levantar y bajar pesas a saco con sudorcillo cayendo por las mejillas. Del mismo modo que se me cae la polla al suelo cuando veo al macho alfa paseando el Yorkshire de la parienta.
Que no, que no, que no es por machismo, es que hay cosas de hombres y cosas de mujeres.
Ya llevaba varios días dándole vueltas a este asunto que hoy os pongo sobre la mesa, pero este vídeo fue la revelación total, el hecho físico indiscutible que andaba buscando. Conste que nunca he visto ese poglama, que no sé de qué va y que me importa un carajo, pero el rollito de la supuesta motera me hizo explotar.
Está muy bien y todo eso que los moteros reclamen cositas ante la tele, eso no lo discuto. Pero cojones, ¿de entre los millones de moteros tuvieron que elegir uno con tetas para que hablara? Y que encima no supiera transmitir un mínimo de sensatez y habilidad motera. Y no, no va el tema por el rollo machista de yo lo hago mejor, o las motos son cosas de hombres. Es que, simplemente, no me encaja. Y hace feo.
Sé que generalizar es muy arriesgado, y que en esos casos mucho de lo que se dice no se cumple. En esto que intento decir habrá mil variables, puede que una por cada caso y persona, pero estoy seguro que arrancaré más de un "estoydeacuerdo" cuando digo que hay cosas de hombres y cosas de mujeres, divididas por una tenue e invisible línea. Cruzarla puede traer devastadores efectos.
Aunque me lo puedo imaginar, desconozco el efecto que traspasar la barrera de lo sexualmente atribuible dentro de la pareja. Pero sé que en la soltería el resultado puede ser demoledor. Por que sí, porque hay cosas que son para los tíos y cosas que son para las tías. Por historia, por tradición, por genoma, por H o por B, pero es así.
A buen seguro muchos de nosotros daríamos la misma respuesta si propongo adjudicar un sexo a determinadas tareas comunes o supuestamente exentas de sexo, como puedan ser lavar la ropa, hacer la compra, hacer la declaración de la renta, lavar el coche o llevar los niños a colegio. Es más, a buen seguro mientras leemos estas actividades se nos va apareciendo en la mente un cochamen o una pollaka.
Y lo siento, pero pilotar motos es cosa de tíos. No lo puedo evitar, pero me tira para atrás. Que las mozas vayan de paquete, aunque sea disfrazadas de power-ranger en son de paz, es otra cosa. Pero verlas agarradas a los mandos me transfiere cierta idea de marimachoman que no puedo con ella.
Sé, como decía antes, que quienes vivimos solos y tenemos que hacerlo todito con la dos manitas que nos dio Dios nuestro Señor nos echamos a la espalda todas las tareas, y que en parte mi teoría se me va al carajo ya desde el principio. Pero es que no puedo evitar la sensación de repulsa cuando veo a niñatas abrir un coche deportivo semituneado, o levantar y bajar pesas a saco con sudorcillo cayendo por las mejillas. Del mismo modo que se me cae la polla al suelo cuando veo al macho alfa paseando el Yorkshire de la parienta.
Que no, que no, que no es por machismo, es que hay cosas de hombres y cosas de mujeres.